Image: Un concreto Max Bill

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Arte

Un concreto Max Bill

La Fundación Juan March acoge la primera retrospectiva del artista suizo con 170 obras que abarcan todas sus facetas

15 octubre, 2015 02:00

Construcción simultánea de dos sistemas progresivos, 1945-1951

Max Bill dijo: "He llegado a la conclusión de que la mayoría de los visitantes esperan recibir una sensación que exceda la vida cotidiana. La visita a una muestra es una ocasión para interrumpir la vida diaria con un día de fiesta". Y eso mismo es su arte: una fiesta de formas. Su arquitectura, pintura, diseño industrial, grafismo... llega en una retrospectiva con 170 piezas a la Fundación Juan March precedido de un concierto, Jazz para Max Bill (él era aficionado a este tipo de música), que despliega el valor de un artista multidisciplinar que buscó la forma, la belleza y la concreción.

Esta primera retrospectiva del artista suizo en España trata de mostrar la valía de uno de los máximos exponentes del konkrete kunst (arte concreto) poniendo su énfasis en la abstracción. La etiqueta fue creación de Theo van Doesburg en el Manifiesto de arte concreto del año 1930 en el que opina que tanto las formas como los colores deberían ser concretos. Un año más tarde, Bill se inscribió en esta teoría llegando a decir que el buen diseño depende de la armonía de la forma de un objeto y su uso.

Es así como toda su obra comienza a girar en torno a las ideas de forma, concreción, función, figura, belleza y configuración. Y las lleva a todas las disciplinas que cultivó: "están todas sus vertientes; la de pintor, diseñador, escultor, su trabajo en espacios públicos, el diseño de carteles, revistas, cubiertas de libros, objetos y, en forma de carrusel de imágenes, su labor como arquitecto", explica Manuel Fontán del Junco, director de exposiciones de la Fundación Juan March. Esta muestra, de hecho, tiene una visión actualizada de su obra y de lo que ha supuesto para las artes plásticas, el diseño y la arquitectura.

El límite pasa por el centro

Además, está Bill antes de ser Bill. "El artista joven y balbuceante que llega de la Bauhaus y se mueve en paralelo a su trabajo como diseñador" en un mundo deudor de Kandinsky y Klee, artistas que a su vez fueron sus profesores en dicha escuela. Así, la muestra se configura de manera tanto temática como cronológica para ofrecer una mirada completa a través de 170 piezas procedentes de diferentes museos y colecciones.

Esto último, la arquitectura, ha suscitado el interés del público así como ha propiciado estudios y publicaciones "sobre todo en Cataluña", apunta Del Junco. Su influencia, continua, se ve en arquitectos como Francisco de Asís Cabrero, Rafael Leoz y Enrik Miralles y Carme Pinós. Su paso por la Bauhaus le llevó a hacer perdurar y pervivir los ideales reformistas de modernidad en la formación de diseñadores y artistas antes de la Segunda Guerra Mundial. Para ello, fue el inspirador, ideólogo y autor de la fachada de la Escuela Superior de Arte de Ulm.

También su faceta de artista de arte concreto tuvo influencia en diferentes artistas y parcelas de su época. "La mirada de Max Bill ha sido relevante siendo un artista influyente de la abstracción geométrica europea y latinoamericana a partir de los años 30", apunta Del Junco. En Equipo Crónica también se puede ver esta influencia y, sobre todo, en la escuela de tipografía y diseño gráfico. Todo esto permite una mirada histórica y fresca hacia un artista que no es contemporáneo pero fácilmente podría serlo.

Izquierda: Quitar y añadir, de 1975. A la derecha, Sin título, de 1971-1973

Pero si hay un antecedente a esta exposición, ese es América Fría, una muestra amplia de los artistas europeos en América que configuró la Fundación Juan March. Dentro de su línea de exposiciones sobre el arte del siglo XX, América Fría intentaba rastrear a los artistas europeos en América. "Había muchos argentinos, uruguayos, brasileños... artistas europeos no tanto a los que influyeron como Mondiran sino a los que físicamente estuvieron allí y sirvieron de puente con el viejo continente".

Los 170 objetos viajan de diferentes museos y colecciones como el Kunstmuseum, el Gewerbemuseum de Winterthur, la Haus Konstruktiv de Zúrich, el Pompidou, el Reina Sofía y el Macba. "Ha sido complejo configurar la exposición", comenta. Y esto ocurre porque su obra "se encuentra desperdigada", de manera literal, en diferentes museos de todo el mundo. No hay ninguna institución que cuente con un gran legado de su obra sino que cada lugar alberga pocas obras del artista suizo. Todo lo que tiene que ver con el arte concreto, con la limpieza geométrica, con algo ligado a la racionalidad, al orden, al juego con las formas y el color, una vez instalado toma sentido. Pero cada una de las piezas tiene su propia historia.

@scamarzana