Intersections, 2015, de Anila Quayyum Agha. Foto: Debra Jenkins
La comisaria Rosa Martínez reúne en el Museo Nacional de Escultura de Valladolid a una veintena de artistas internacionales en torno a la mística. Nada temas, dice ella. Cuando el arte revela verdades místicas muestra la obra de artista como Marina Abramovic, Pilar Albarracín, Francis Alÿs, Louise Bourgeois, Dora García, Cristina Lucas, Soledad Sevilla o Bill Viola. Algunos han creado obras específicas para esta exposición organizada por Acción Cultural Española (AC/E).
Es de sobra conocido que Santa Teresa fue una personalidad influyente y compleja que sigue resultando atractiva en el presente. Así lo demuestran las celebraciones que se llevan realizando, el último libro de Juan Manuel de Prada, El castillo de diamante o la biografía que Espido Freire relata en Para vos nací. Pero no solo los escritores sucumben a su pluma sino también los artistas contemporáneos y es esto lo que vienen a ilustrar las tres salas en las que se realiza la exposición organizada por AC/E y comisariada por Rosa Martínez. Las piezas que se presentan en Valladolid exploran los ecos de Teresa de Jesús como escritora y mujer mística con las piezas de artistas que han intentado buscar un nuevo entendimiento y sentido de la vida.
"No es una exposición sobre la santa sino que quiere ser una prospectiva", apunta la comisaria nada más comenzar. En el Palacio de Villena "dialoga con los artistas contemporáneos, de manera más directa en algunos casos y más sutil otros". Las piezas de algunos de los artistas, de hecho, son expuestas por primera vez en Nada temas. Es el ejemplo del proyecto efímero Escalera al cielo de Cai Guo Quiang en la que un globo lleno de 6.200 metros cúbicos de helio elevó una escalera de 500 metros de altura y 5.5 de ancho forrada con fuegos artificiales. Al anochecer, el artista prendió los artefactos consiguiendo que las llamas se elevaran al cielo haciendo que los espectadores miraran hacia el infinito. La acción duró nada más que 100 segundos y la obra que se expone es una imagen de ese recorrido de la escalera hacia el firmamento.
A su lado una escultura de Gregorio Fernández de Santa Teresa con una pluma en la mano y al fondo, Texto continuo de Waqas Khan dando la impresión de que la escritora es quien continua con la prosa de la pieza. "Una exposición es un texto en el aire", parafrasea Martínez. De ahí a una sala en la que dos fotografías de Pilar Albarracín conversan con la instalación Trampa. Expulsión del Paraíso de Eglé Rakauskaité. Las imágenes de la fotógrafa, Mentira número 3, muestran en la primera de ellas "el peso de la mujer y su carga impuesta por la sociedad" y en la segunda escenifica a mujeres marcadas que quieren huir pero "no se trata de una marca en particular sino que hace referencia a esas marcas que clasifican y limitan a las personas", detalla la comisaria. Mientras que en Trampa, un grupo de 13 chicas están unidas entre sí con lazos en el pelo que, en un momento dado, cortan con unas tijeras. El sentido de la liberación "que las hace sujetos activos, el paso de la niñez a la vida adulta".
Vista de las obras de Josefa Tolrá en la exposición
Así, a través de un paseo por el Palacio de Villena se ven las obras de Bill Viola, una videoinstalación en la que una mujer pasa una cortina de agua y se desvanece, y da paso a la muestra de dibujos de la dibujante y médium Josefa Tolrá. Una mujer que comenzó su trayectoria pictórica a los 60 cuando decidió plasmar en papel las visiones que decía tener y a escribir las voces de aquello a los que ella llamaba "seres de luz". A su lado la instalación que Eulalia Valldosera presentó en la Cisterna Basílica en la quinta Bienal de Estambul en el año 1997 dando paso a Nikos Navridis y su intervención exclusiva para Nada temas. Una instalación que consta de unos auriculares en los que aúna la respiración de Santa Teresa con la de Marguerite Duras. A esta última se homenajea también en la segunda parte del título que da nombre a la muestra, 'dice ella', en alusión a su obra Dètruire, dit-elle.Una vez en el Colegio San Gregorio de la ciudad las piezas de la muestra conversan con las esculturas de la colección del Museo Nacional de Escultura. Allí, unos jóvenes Marina Abramavic y Ulay están presentes mediante una performance en la que se sientan en silencio con un monje tibetano y un aborigen australiano. "En Travesía nocturna conjunción buscan la conexión a través del silencio", anota Rosa Martínez, comisaria de la exposición. Y por último en la Casa del Sol las videoinstalaciones se hacen con la sala. Cristina Lucas emprende a martillazos contra una escultura de Moisés mientras que Rivane Neueschwander proyecta la imagen de una pompa de jabón que recorre su estudio. Se trata del aspecto "femenino y delicado" y de la necesidad de crear "una nueva conjunción" acerca de la dicotomía entre lo femenino y lo masculino. Lo femenino como acercamiento al misterio de la existencia y vehículo con lo sagrado.
De modo que actualizando el legado de Santa Teresa a través de lo terrenal y lo espiritual que han llevado a cabo artistas actuales nos acercan a la mujer como sujeto de la palabra amorosa. Son obras de los dos últimos siglos en las que el misticismo ha renovado su lenguaje y han dado sentido a la palabra belleza. "Vivir la vida de tal suerte que viva quede en la muerte", dijo la santa. Y la vida es, finalmente, lo que queda y de ella sus ecos en el presente.
@scamarzana