Especial: Lo mejor del año

Y sobre todo por Ingres. La exposición dedicada al pintor francés en el Museo del Prado ha sido mayoritariamente elegida como la mejor muestra del año por los críticos de El Cultural. Otra del Prado, la del flamenco Van der Weyden. Y entre ambas, Ignasi Aballí, uno de los artistas españoles mejor valorados que no podía faltar en esta lista con una exposición en el Reina Sofía que es de las de largo recorrido. Pero hay más. Este año que nos declarábamos adictos a Louise Bourgeois ha sido también el de Munch con su impresionismo abocetado y el de Max Bill con su radical concreción. Conceptual también Sol Lewitt al que siguen los más socialmente comprometidos Jeremy Deller y las Guerrilla Girls. Al final, escondida tras una máscara, Gilliam Wearing nos reconcilia con el IVAM. Consulta aquí las votaciones de nuestros críticos.

1. Ingres

Museo del Prado, Madrid







Su Gran Odalisca se colgaba en el Museo del Prado rodeada de fotógrafos y cámaras el pasado 11 de noviembre, creando así la expectación necesaria para asistir a una de las inauguraciones de la temporada. Dominique Ingres (1780-1867) se nos descubría en la pinacoteca madrileña como uno de los grandes pintores, una figura fundamental en el desarrollo del arte contemporáneo que "no sólo fue imprescindible en el siglo XIX, sino también en el XX, como se aprecia en Picasso", escribía Sergio Rubira en estas páginas (El Cultural, 20 de noviembre).



Bajo esta premisa todavía podemos ver en Madrid, hasta el 27 de marzo, 70 de sus obras, muchas de ellas nunca vistas en España, procedentes de los mejores museos del mundo, del Metropolitan de Nueva York a la National Gallery de Londres. Elegantes retratos, cuidados desnudos, pintura religiosa y de historia, un recorrido excepcional por la obra del francés, heredero de Rafael y de Poussin, "un pintor neoclásico y romántico, académico y vanguardista, tradicional y revolucionario. En su obsesión por la forma, Ingres escapa de cualquier etiqueta, se hace inclasificable", y enigmático. Un proyecto muy deseado que, aunque se ha hecho esperar, ha obtenido su recompensa. La exposición se ha convertido para los críticos de El Cultural en la mejor exposición del año. No se la pierdan.




2. Ignasi Aballí

Museo Reina Sofía, Madrid







Es una suerte que todavía pueda verse en el Museo Reina Sofía -hasta el 27 de marzo- la exposición del artista Ignasi Aballí (Barcelona, 1958). Una muestra que habla del tiempo y su huella, del azar, de la duplicidad del nombrar y el mostrar, de la ausencia y la desaparición y en la que Aballí revisa la última década de su trabajo. Es un viaje circular, sin principio/sin final, como expresa su título. Un juego entre ver y mirar, añade Bea Espejo, a quien el artista confesó en una entrevista publicada en estas páginas que "mis obras hablan del exceso y cuestionan el estatus de la imagen" (El Cultural, 23 de octubre).



Comisariada por el subdirector del museo, João Fernandes, la muestra propone un recorrido articulado en torno a las ideas estéticas del artista, que cuestionan el sistema de convenciones de la representación de la obra de arte, a través de fotografías, vídeos e instalaciones, esculturas, pinturas y collages, y con un ecléctico muestrario de materiales no convencionales como hojas, polvo, óxido, metales, recortes de periódicos o trozos de billetes de banco. Fragmentos de una poética crítica de las condiciones de representación de la vida y del arte en el mundo contemporáneo. La relación entre texto e imagen, la dicotomía entre presencia y ausencia, el orden y la clasificación son las bases sobre las que se asienta la obra de Ignasi Aballí, uno de los artistas españoles mejor valorados internacionalmente, que se ha ganado con creces el segundo puesto de la lista de este año.




3. Rogier van der Weyden

Museo del Prado, Madrid







Se trataba de celebrar una importante restauración, la de El Calvario (h. 1457-1464) de Rogier van der Weyden, y para ello el Museo del Prado ideó una pequeña pero esencial muestra en la que reunía las obras más importantes que se conservan del pintor flamenco (1399 - 1464). Una veintena de cuadros entre los que se encontraban el Descendimiento, propiedad de Patrimonio Nacional, el Tríptico de Miraflores, de la Gemäldegalerie de Berlín, y el Tríptico de los siete sacramentos, del Museo de Bellas Artes de Amberes, uno de los originales más valiosos del pintor. Y todos ellos girando alrededor de El Calvario, hoy en el Monasterio de El Escorial y restaurado con el patrocinio de la Fundación Iberdrola. Van der Weyden fue uno de los artistas más influyentes del siglo XV, así que esta exposición inaugurada la pasada primavera se convirtió en una ocasión única para aprender algo más del maestro flamenco: la fuerte relación de sus obras con la escultura, la gran influencia posterior que tuvo su arte y su repercusión en España.




4. Louise Bourgeois

Museo Picasso Málaga







He estado en el infierno y he vuelto ha sido la mayor exposición dedicada a Louise Bourgeois (1911-2010) en nuestro país. El inquietante universo de la artista llegaba con el mes de junio al Museo Picasso de Málaga representado por un centenar de piezas. Entre ellas, una de las versiones de la famosa Maman (de 1996): una araña de ocho metros de diámetro y más de tres metros de altura que fue colocada en el patio interior del museo. "Sus imágenes hablan de la vida y la muerte, los traumas y el sexo, y llevan directamente a un estado radical de duelo y supervivencia en donde, de repente, surge el reconocimiento tranquilizador de pasadas experiencias traumáticas", escribió Rocío de la Villa (El Cultural, 26 de junio). Una de las mejores revisiones de Bourgeois.




5. Edvard Munch

Museo Thyssen-Bornemisza, Madrid







Bajo el título Edvard Munch. Arquetipos, el Museo Thyssen reúne hasta el 17 de enero en Madrid más de 80 obras del pintor, la mitad de las cuales nunca se han visto antes en nuestro país. Planteada a la vez temática y cronológicamente, la muestra, la más grande en España desde 1984, nos descubre a "un Munch total, desde el impresionismo ‘abocetado' por el que fue criticado al comienzo de su trayectoria, al simbolismo radical dominado por la intensidad, dinamismo y dramatización de una paleta oscura, hasta la etapa final cuando las pinceladas enérgicas y coloristas se afirman sueltas en jóvenes cuerpos desnudos" (Rocío de la Villa, El Cultural, 2 de octubre). Una exposición imprescindible para los amantes del arte moderno, del que Munch es uno de sus padres.




6. Max Bill

Fundación Juan March, Madrid







También hasta el 17 de enero puede ver en la Fundación Juan March la primera retrospectiva de Max Bill (1908-1944) en España. Una cuidada selección de 170 obras y documentos que nos acercan la figura de este artista total, "uno de esos creadores polifacéticos cuya actividad se extiende por varios campos y cuya influencia se asimila de tal forma que acaba por ignorarse su origen", como escribió José María Parreño (El Cultural, 23 de octubre). Precursor del arte concreto latinoamericano, del arte minimalista de la década de 1960 e incluso del arte conceptual, Max Bill fue pintor, orfebre, escultor, arquitecto y diseñador gráfico e industrial, un artista que "no consideraba la obra de arte inútil, sino un ‘objeto configurado para el uso espiritual'". Una buena ocasión para conocerlo.




7. Sol Lewitt

Fundación Marcelino Botín







"No se fíen de las apariencias, ni de las trampas tendidas por el propio artista, por muy viejas y conocidas que resulten", así comenzaba la crítica de Ramón Esparza (El Cultural, 24 de julio) sobre la exposición 17 Wall Drawings 1970-2015 de Sol Lewitt (1928-2007). Y es que la sala de la Fundación Botín de Santander muestra hasta el 10 de enero diecesitete dibujos murales del artista conceptual apenas vistos hasta ahora (solo uno de ellos había venido antes a España), que generan una experiencia estética inusual y chocante. "El primer encuentro con la obra expuesta resulta ya provocador, aunque sólo sea por lo fácil que es pasar de largo", advierte el crítico. Así que, si visitan la exposición estos días, estén atentos.




8. Jeremy Deller

CA2M, Móstoles, Madrid







La de Jeremy Deller (Londres, 1966), premio Turner 2004, era una de la apuestas del año del Centro de Arte Dos de Mayo de la Comunidad de Madrid. El ideal infinitamente variable de lo popular revisaba la obra del artista londinense, conocido por sus reflexiones sobre la cultura inglesa y sus críticas hacia el mundo del arte. "En el núcleo de esta exposición, comisariada por Cuauhtémoc Medina y Amanda de la Garza, están las transformaciones experimentadas por la sociedad británica, especialmente sus clases populares y trabajadoras", explicaba Mariano Navarro (El Cultural, 20 de febrero).




9. Guerrilla Girls

Matadero, Madrid







"Artivismo feminista", así calificaba Rocío de la Villa la práctica artística de las Guerrilla Girls, el mítico colectivo de artistas surgido en la escena artística neoyorquina de mediados de los 80. La muestra, comisariada por Xabier Arakistain, revisaba su trabajo en una exposición que, el año pasado en la Alhondiga de Bilbao y este 2015 en Matadero Madrid, se convertía en la más grande realizada en Europa. Discriminación sexista en el arte y en la cultura visual han sido los pilares de una obra que, en este caso quizá desgraciadamente, no ha perdido la vigencia.




10. Gillian Wearing





Ha sido este un año crucial para el IVAM de Valencia, el primero con José Miguel G. Cortés al frente. Un año En tránsito (el director llegó en otoño de 2014) que ha tenido a Gillian Wearing (Birmingham, 1963) como una de sus protagonistas. Con obras creadas por la que fuera premio Turner 1997, la exposición recorre -hasta el 24 de enero- sus últimos 15 años de trabajo. Fotos, vídeos e instalaciones con un mismo interés: la gente y los retratos. "Lo que la gente proyecta como máscara humana es distinto de lo que ocurre en su interior", le decía a Bea Espejo (El Cultural, 18 de septiembre).