San Jerónimo en su estudio de Marinus van Reymerswaele

Poco se sabe de este pintor flamenco, nacido en Reimerswaal (Zelanda, Paises Bajos) entre 1490 y 1495 y que trabajó entre 1533 y 1545, seguramente en Amberes. Por sus obras se sabe que Marinus van Reymerswale mantuvo una estrecha relación con la pintura de la ciudad y, concretamente, con el taller de Quintin Massys. Como muchos pintores de la época, se especializó en temas tanto religiosos como profanos que copió y desarrolló en múltiples obras. Y entre sus pinturas religiosas destaca sin duda la representación de San Jerónimo del que el Museo del Prado conserva dos tablas. Es posible, de hecho, que Van Reymerswale fuera uno de los pintores que más versiones hizo del santo.



Pues bien, otro San Jerónimo en su estudio, inédito hasta ahora en el mercado, sale a la venta en la casa madrileña Fernando Durán por 350.000 euros. El óleo sobre tabla, de 62 x 80 centímetros, será el próximo lunes la estrella de su subasta especial de Navidad. Procedente de la colección del Marqués de Casa Pavón, en 1977 fue vendido por sus descendientes a los actuales propietarios, en cuya colección madrileña ha permanecido hasta ahora.



Si bien en otros cuadros de Van Reymerswale se aprecia una clara influencia de la pintura del mismo tema de Alberto Durero, en este San Jerónimo el parecido no es tan claro. En su versión más conocida (propiedad del Prado) el santo aparece de cuerpo, calvo pero con larga barba canosa, mirando de frente al espectador y señalando la calavera, mientras que en esta tabla que puede verse estos días en Fernando Durán la postura es, según la casa de subastas, más "original".



Y es que San Jerónimo se encuentra aquí ligeramente inclinado sobre la mesa, absorto en la lectura de un libro abierto a contraluz cuya página parece sujetar con una mano, mientras la otra descansa sobre la mesa. La calavera, atributo habitual del santo, aparece a nuestra derecha y la luz que se filtra por la ventana crea una atmósfera de fuerte clasoscuro. "El conjunto se asemeja más a otro modelo de Durero, en concreto al del grabado San Jerónimo en su estudio", explica el detallado catálogo de la subasta. En ambos, las manos alargadas y con marcados nudillos son marca "de la casa".



"Estamos ante una joya que sale a la luz después de tantos siglos y que, desde luego, puede que sea una de las mejores pinturas flamencas del Renacimiento que han salido en el mercado español en las últimas décadas", añaden desde Fernando Durán.



A pesar de lo poco que sabemos del pintor, no es un desconocido en España, donde su pintura gozó de éxito y se importó con frecuencia. En el Museo del Prado, además de las dos tablas de San Jerónimo, se conserva una Virgen de la Leche y, en el Museo Thyssen una de sus mejores versiones de la Vocación de San Mateo, otro de los temas más repetidos en la producción del flamenco.



En cuanto a los asuntos civiles, destacan sus retratos de grandes comerciantes y de la alta burguesía mercantil, de los que llega a realizar auténticas sátiras. La crítica a la avaricia y a la codicia de forma caricaturesca es una constante de estas pinturas. Una de las mejores es la de la National Gallery de Londres, pero también hay ejemplares en Madrid, Viena, Gante, Amberes, Berlín y Múnich. De hecho, El cambista y su mujer es otra de sus grandes pinturas propiedad del Prado.



También tienen cuadros de Van Reymerswale la Gemäldegalerie de Berlín, el Louvre o el Hermitage de San Petersburgo.



@PaulaAchiaga