Los arquitectos María Langarita y Víctor Navarro han participado en la Bienal de Arquitectura y Urbanismo de Shenzhen (China) gracias al apoyo del Programa para la Internacionalización de la Cultura Española de Acción Cultural Española (AC/E).

La arquitectura puede establecer dos tipos de dimensiones. Por un lado crea posibilidades y limita otros aspectos. Es decir, en el momento en el que se erige un muro se entorpece el paso entre un lado y el otro y si se erige un edificio crea sombras que hay que tener en cuenta. Pero también establece relaciones con sus habitantes, entendiendo que estos no solo tienen por qué ser humanos sino también especies vegetales y animales. Se crean jerarquías espaciales, barreras que segregan y opciones que abren un sinfín de posibilidades. Así piensan Víctor Navarro y María Langarita, los arquitectos españoles que han estado en la Bienal de Arquitectura y Urbanismo de la ciudad de Shenzhen (China).



Bajo el lema Repensar las ciudades los arquitectos de Medialab-Prado llevaron a cabo una investigación en dos partes. Primero quisieron entender cómo se podían acercar a la ciudad china (en los años 80 era una ciudad pequeña y ha crecido tanto que ahora es superior a muchas capitales europeas) y cómo vincularlo a su práctica profesional y de pensamiento. Langarita y Navarro tienen desde hace años una investigación que se llama Busto y pellejo que pone el foco en "repensar la ciudad desde su consistencia. El busto es lo inerte, lo estable, la ciudad que vemos", explica Navarro. En cambio, "hay otra parte de la ciudad que se ha ido erradicando y tiene que ver con lo orgánico, lo que es más afín al cuerpo y ha desaparecido". Ahí entran en juego los toldos, telas y cosas móviles, flexibles y orgánicas que habitaban las ciudades pero por su difícil mantenimiento no dejan huella en la arquitectura y terminamos viendo solo el busto.



Lo mismo ocurre con el proyecto que han presentado en China, Embodied Pelt, gracias al Programa para la Internacionalización de la Cultura Española de Acción Cultural Española (AC/E). Creen que todo ese 'pellejo' que requiere de la activación del ciudadano ha desaparecido tanto de las ciudades como de las oficinas de trabajo, siendo este último el tema de su proyecto. "Las políticas de mantenimiento y una mal entendida cultura de la eficiencia han ido borrando el rastro del pellejo de los lugares que habitamos", dicen en el proyecto. Y en las oficinas más que en ninguna parte, consideran.



Imagen del techo para un posible espacio de trabajo del proyecto Embodied Pelt del estudio Langarita-Navarro

Por eso estudiaron, mediante fotografías e imágenes de espacios de trabajo de la ciudad china, esos espacios que comienzan a ser genéricos e intentar recuperar esa dimensión personal relacionada con el cuerpo. "Una oficina de Estados Unidos, una de China y una de Europa son parecidas. No tienes contacto con los elementos, la luz está programada, hay mamparas de vidrio y solo quedan unos pocos elementos inertes que son las plantas", explica Víctor Navarro.



Con el busto y el pellejo de sus proyectos como eje de Embodied Pelt crean un prototipo fantástico de oficina "eliminando las partes muy visibles". Era muy importante, añade el arquitecto, "entender que las oficinas tienden a producir situaciones de confort incómodas y por eso hemos creado un techo variable revestido con telas que dan un aire acuático, se mueven con las corrientes de aire y generan una sensación cambiante que se relaciona con el exterior".



Además, les resulta importante, para hacer sostenible una ciudad, repensarla desde las bases que ya existen y reinterpretar la ciudad reapropiándose de lo que hay y creando lugares adaptables y actualizados. Así, el objetivo es que el habitante se "enamore" de lo que ve para que lo mantenga y cuide.



Su paso por China ha sido posible en gran medida a la ayuda del programa PICE. "Es importante, teniendo en cuenta en contexto cultural actual, el apoyo en las primeras fases de los proyectos sin las que no se puede desarrollar el resto con garantía y compromiso". No hay estructuras para muchas investigaciones básicas porque son de pensamiento puro y no crean rendimiento económico", apunta. Es el caso de su participación en la Bienal de Shenzhen, "una investigación para avanzar en determinados campos de la arquitectura y luego poder aplicarlo, como es el caso, en un concurso el concurso Europa de Barcelona". Todo lo investigado en Shenzhen lo podrán poner en marcha en un proyecto de viviendas sociales experimentales en la ciudad condal, cerca del puerto.



@scamarzana