Tríptico del carro de heno, El Bosco. Hacia 1515
Patrimonio Nacional y el Museo del Prado inauguran El Bosco en El Escorial. Celebración del V centenario con 11 obras atribuidas al pintor y a su taller que sirven de preámbulo de la gran exposición de la pinacoteca.
Dos salas son las que albergan los tapices (que no se sabe cómo llegaron hasta El Escorial) y las tres pinturas atribuidas al artista y a su taller. Da la bienvenida la concida Cristo con la cruz a cuestas, atribuida la autoría a El Bosco, que viajará en mayo hasta el Prado cuando la pinacoteca inaugure su gran exposición sobre el maestro (a cambio el Monasterio recibirá dos obras del Museo). A mano derecha e izquierda el primer y el segundo volumen del Libro de entregas de Felipe II a El Escorial donde se muestra la obsesión del monarca por el artista. En la pared derecha el tapiz San Martín y los mendigos y, a la izquierda, Las tentaciones de San Antonio. Y en una vitrina se exhibe también el primer grabado que Cornelius Cort hizo de él y que se torna en una de las únicas imágenes que tenemos de la fisonomía del Bosco.
En la segunda sala otros tres tapices y una pintura completan la muestra. La coronación de espinas, atribuida a su taller, en la que dicen se retrata al propio pintor con ropaje elegante, lidera una de las cuatro paredes de las Salas de Honores del Monasterio. Esta pieza "fue considerada una obra tardía pero ahora es atribuida a su taller", dice Alfredo Pérez de Armiñán, presidente de Patrimonio Nacional. A su lado se puede ver una de las obras clave de su trayectoria, el Tríptico del carro de heno que "pertenece a la colección de Felipe de Guevara y que tras ser restaurada por el Prado se muestra al público por primera vez", amplía Pérez de Armiñán. De este modo, "ha recobrado su calidad velada por el tiempo". Aunque, matiza, la labor de Patrimonio Nacional es "continuar con el estudio, investigación y difusión de la obra de El Bosco".
En la misma sala se puede ver, al lado del Tríptico del carro de heno, la tela que lleva el mismo nombre con algunos detalles que los diferencian. En el tapiz, la imagen central se vuelve una especie de globo que transmite la idea de que el mundo va a la deriva por las atrocidades que ha cometido el ser humano en pos de su bienestar. Mientras que en la pintura los animales monstruosos que empujan el carro se convierten en bestias de carga y la pareja que corona la pintura, en la tela son tres animales diabólicos. En la otra pared cuelga el tapiz El jardín de las delicias, el de mayor tamaño, que decoró el palacio de Enrique III de Nassau y luego fue comprado, en una almoneda, por Felipe II y que para el año 1593 fue enviado a El Escorial.
La muestra se entiende como "el pórtico de apertura para la celebración del Bosco", anota José Luis Díez, director de las Colecciones Reales de Patrimonio Nacional. De modo que tenía que insertarse en las dos líneas que fijan las muestras de Patrimonio Nacional. La primera es "la puesta en valor de las colecciones pero contextualizadas y vinculadas a estas celebraciones. No se entiende bien El Bosco sin ser visto desde aquí porque las obras fueron pintadas y adquiridas por y para El Escorial". La segunda, en cambio, "la vinculación histórica que en este caso queda marcada claramente", añade.
¿Es o no es de El Bosco?
La rueda de prensa de inauguración ha estado salpimentada de polémica al hilo de las atribuciones y desatribuciones de la autoría de ciertas pinturas. La guerra saltó el pasado mes de febrero cuando el Proyecto internacional de Conservación e Investigación atribuía al Bosco Las tentaciones de San Antonio de Kansas City pero se la quitaba a las obras Las tenciones de San Antonio Abad, del Prado y Cristo coronado de espinas, de El Escorial. La pinacoteca se pronunció alegando en un comunicado que respetaba el estudio realizado pero disentía de dichos resultados. La pinacoteca creía en la autoría.El equipo de expertos holandeses estuvo investigando y aportando documentación gráfica, fotografías y radiografías "que han sido puestas a disposición de Patrimonio Nacional", dice Alfredo Pérez de Armiñán. Sin embargo, es de los que opina que "las obras que salen de estos talleres flamencos es conjunta y armónica entre el maestro y sus ayudantes que están insertos en cómo pinta el maestro y a sus órdenes". Lo importante, amplía, es "la idea y la calidad de las obras". José Luis Díez, por su parte, añade que es "la idea dónde realmente está El Bosco y en el caso de La mesa de los pecados capitales es 300% El Bosco". Porque, según Díez, "no es determinante para la valoración de la pieza ya que en ese tiempo no hay una concepción de autoría individual".
Para poner punto final a la polémica, el presidente de las Colecciones Reales, ha añadido que "es una deformación de nuestra época insistir en este punto. No es capital en obras de este carácter, podrá serlo en obras de años posteriores cuando los artistas afirmaban su individualidad artística".
@scamarzana