Vista de una de las salas de VLC Valencia Línea Clara
De objeto de consumo efímero a obra colgada en las paredes de un museo. El cómic valenciano de los 80 llega al Intituto Valenciano de Arte Moderno en una muestra titulada VLC Valencia Línea Clara que homenajea su valor transgresor. Así lo señala el director del centro, José Miguel G. Cortés: "Estamos muy orgullosos de romper un silencio histórico sobre el cómic y situarnos como un museo innovador que abre sus puertas a los tebeos".En concreto, se exponen 200 cómics originales, obra gráfica y fotográfica, así como objetos y otras referencias sobre la generación de autores valencianos que en los años 80 renovó la estética del cómic español y europeo. Todo el edificio se ha impregnado con este contenido, desde las salas de exposiciones a la biblioteca y, por supuesto, la Colección. "El objetivo era traer el cómic al IVAM y lo hemos hecho con una exposición que muestra la diversidad estética y temática que abarcaron estos autores, una generación de artistas que revolucionó el cómic y cambió las reglas", señala el comisario de la muestra, Álvaro Pons.
Sento Llobell, Mariscal, Micharmut, Daniel Torres, Manel Gimeno y Mique Beltrán son los principales nombres de esta generación, un grupo de autores a los que les une la influencia de Miguel Calatayud. Como impulsor de esta disciplina artística, su obra ocupa un lugar destacado en la exposición. "Él aportó una modernidad necesaria al cómic que hasta entonces era muy academicista", ha apuntado el comisario.
Detalles de Miguel Calatayud: Hércules (1972) y Sento: Su primer amor (1985)
A partir de aquí se muestra el desarrollo de esta generación, calificada como "Nueva Escuela Valenciana". El paso de fanzines como El Gat Pelat o El Polvorón Polvoriento a revistas como Bésame Mucho, Star, Cairo, Complot o El Víbora. Un camino que les lleva a conformar un bloque de estética variada pero coincidente en su vanguardismo y reivindicación de relectura de los géneros clásicos.
Las siguientes salas pasan de lo general a lo particular en un recorrido por las obras imprescindibles de cada uno de estos dibujantes de los años 80 y su relación con la ciudad de Valencia. Con ella establecieron un estrecho vínculo que continúa contribuyendo a su imagen de marca. Una deuda permanente que exposiciones como ésta ayudan a saldar.