Hiroshi Sugimoto

El fotógrafo japonés recala en la Fundación Mapfre de Madrid con Black Box, una muestra compuesta de 41 instantáneas que recorren 40 años de trayectoria.

Un teatro vacío. Eso es lo que parecen las imágenes de la serie Theatres del fotógrafo japonés Hiroshi Sugimoto (Tokyo, 1948). Pero tan solo es una ilusión. Los espacios no están vacíos. Sí de presencia humana, pero las pantallas relucientes que se atisban no están en absoluto en blanco como parecen. Defensor de la fotografía tradicional del siglo XIX, el artista da continuidad a la práctica artesanal de la que fue pionero William Fox Talbot y la reinterpreta desde el presente. 41 de esas imágenes llenas de virtuosismo que a menudo representan la dualidad entre lo vacío y lo concurrido, la vida y la muerte y el exceso de información al que estamos sometidos, recalan en la Fundación Mapfre de Madrid (viene de su sede de Barcelona) hasta el próximo 25 de septiembre.



Theatres, serie con la que se abre la muestra, es un proyecto que el artista comenzó en 1976 y que acabó este mismo mes de junio en Turín. Lo importante de estas imágenes no es captar la estructura de los cines y autocines representados sino "las películas que se proyectan en sus pantallas", anota Sugimoto. El fotógrafo deja el obturador abierto durante la proyección de la película y lo cierra cuando acaba. De modo que cada imagen "está sobreexpuesta, tiene muchísima información", anota.



Pregunta.- ¿Esta serie, en realidad, trata de captar lo concreto y convertirlo en abstracto, capturar en tan solo un momento un largo lapso de tiempo?

Respuesta.- No se trata de un momento preciso sino de la duración en el tiempo. Si la película dura dos horas la cámara está expuesta durante todo ese tiempo, la película al completo. Teniendo en cuenta que cada segundo en el cine está compuesto de 24 fotografías, cada imagen es la acumulación de cientos de imágenes en una sola. Hay miles de instantáneas al precio de una, es una ganga. [ríe]



Union City Drive-in, Union City [Autocine de Union City, Union City], 1993, de la serie Theatres

Aunque la serie la comenzó hace 50 años está de total actualidad en términos de sobreexposición de información. Y aunque "los teatros son secundarios con la decoración forman un conjunto", añade. Sugimoto, firme defensor del uso de luz natural para la disciplina en estas imágenes no utiliza nada que no sea la que transmite la propia pantalla aunque "la luz de los cines es muy artificial".



¿Es la fotografía una prueba de la realidad?

A Sugimoto también le gusta que el espectador que se detiene frente a sus imágenes reflexione. Dioramas, otra de las series en exhibición, consiste en detenerse ante una imagen y pensar en si lo que vemos es cierto o no, en cuestionar nuestra propia percepción de la realidad. Lo que captura en esas fotografías son pinturas del Museo Nacional de Historia de Nueva York y parte de esa idea de la fotografía como prueba de la existencia de algo, de la máxima de 'ver es creer'. De modo que, ¿podemos confiar en la fotografía? "Se trata de no confiar en nuestra visión, en nuestro ojo, es preguntarse por la capacidad del ojo humano para recibir imágenes y creernos nuestra percepción", señala.



Algo similar, pero con carácter más filosófico y quizá zen, ocurre con Seascapes, una serie de imágenes mucho más abstractas que remiten a las naturalezas que pintaban impresionistas como Monet. Estas "son simplemente fotografías de naturaleza pero conceptualmente capturan un momento concreto que podría haber sido tomado hace cien años o dentro de otros tantos", apunta el artista. Transmiten "esa presencia humana aunque no piensas en la persona que fotografía sino en la imagen en sí misma", añade. De hecho, las instantáneas que fusionan el cielo y el mar nacen con la intención de que cualquier ser humano, por primitivo que haya sido o sea, pueda reconocerlas.



Bay of Sagami, Atami [Golfo de Sagami, Atami], 1997, de la serie Seascapes

"La fotografía ha muerto"

Firme defensor de la práctica tradicional de la fotografía, el artista ha creado una serie que rinde homenaje al propio Talbot. Lightning Fields se trata de imágenes capturadas sin cámara que prosiguen aquello que investigaba el inventor, el método positivo-negativo. Sugimoto visitó el castillo de Talbot y allí descubrió interesantes dispositivos para piezas estáticas. "Él fue un científico y la fotografía solo fue uno de sus inventos. Dejó de investigar porque quería proteger su patente así que la continué".



P.- En varias ocasiones ha mencionado que la fotografía es pintura creada por una máquina. ¿Cómo se complementan ambas disciplinas?

R.- La fotografía la inventa Talbot bajo la presión y la motivación de querer ser un buen pintor así que creó una máquina que creara pintura de manera automática. Ahora que la fotografía ya es todo un invento la fotografía instantánea ha cambiado. Las cámaras son máquinas de pintar de acuerdo con la imaginación de cada uno. Puedes quitar a una persona, añadir capas, etc. Ya no muestra la realidad, la fotografía ha muerto y con lo digital se ha convertido en otra cosa.



P.- ¿Por eso usa el blanco y negro?

R.- Mi fotografía familiar es en color [ríe]. El color es demasiado fácil, mucho más que el blanco y negro porque en las cámaras digitales existe el modo automático. En cuanto a la técnica se refiere yo prefiero el método tradicional, el resultado es mejor. El mundo de la fotografía está decayendo porque es demasiado fácil.



Lightning Fields 138 y Lightning Fields 176

P.- Y, ¿qué opina de las nuevas aplicaciones con las que todos nos convertimos en fotógrafos?

R.- Todo el mundo puede ser un fotógrafo barato. Las tecnologías son buenas para la gente y hacen que mi trabajo se vea mejor.



P.- De modo que se considera un artista tradicional y artesanal. ¿Qué aconsejaría a esos jóvenes que se quieren dedicar a ello de manera profesional?

R.- Que intenten mi modo de trabajar, el método del siglo XIX es el futuro de hacer las mejores fotos. Tenemos que usar la receta tradicional.



Al final del recorrido por las salas, el propio Sugimoto reza así: "La pregunta que me hacía es esta: cuando el primer humano se puso en pie y miró al mar, ¿qué vio? ¿Qué compartimos nosotros con aquella visión? Descubrí que la cámara es una máquina capaz de representar el sentido del tiempo".



@scamarzana