Picasso y Modigliani se van de fiesta
Jeanne Hébuterne (au foulard) de Modigliani y, a la derecha, Femme Assise de Picasso
Femme Assise de Pablo Picasso y Jeanne Hébuterne (au foulard) de Amedeo Modigliani baten el récord de venta de los últimos cinco años al caer el martillo en 43,3 y 38,5 millones de libras.
Femme Assise, retrato en el que Picasso captura a su musa Fernande Olivier, fue pintado en verano de 1909. El pintor viajó a Horta del Ebro, remoto lugar al que solo se podía acceder en mula. Se dice que la pintura fue creada en un momento crucial y productivo del artista. Tras la obra maestra de 1907, Las señoritas de Avignon, Picasso siguió su camino hacia un lenguaje pictórico del cubismo más puro. Ese proceso culmina con la nueva representación de la forma de Femme Assise. La pieza, que forma parte de la reducida serie de retratos que permanecen en manos privadas, fue vista en público por última vez en otra subasta que realizó Sotheby's en 1973.
Helena Newman, co-directora del departamento de Arte Impresionista y Moderno de Sotheby's ha dicho que "piezas de otros periodos de la trayectoria de Picasso han aparecido en el mercado pero han pasado décadas desde que una pintura de este calibre se ofrecía en subasta". Y añade: "todas las obras más significantes del pintor malagueño están en museos e instituciones internacionales y Femme Assise es una de las obras maestras vendidas en una generación".
En cuanto al tributo que Modigliani rinde a su eterna musa, Jeanne Hébuterne se trata de la obra del pintor más representativa que se ha visto en el mercado en la última década (desde 1986 ha permanecido en manos de un coleccionista privado). El lienzo, que ofrece al espectador la historia de amor más tierna y trágica del mundo del arte del siglo XX, ha sido vendida por 38,5 millones de libras. En ella se muestra la refinada estética que Modigliani desarrolló en la última etapa de su vida y el estilo evocativo que forjó inspirado en los maestros de su Italia natal y los artistas del avant-garde que conoció en París, como Picasso y Brancusi. Jeanne Hébuterne (au foulard) responde a las características más icónicas de sus retratos más tardíos; la simplificación geométrica de las formas femeninas y líneas melódicas que fluyen hacia el cuello y la cara alargada.
Aunque los últimos años de la vida de Modigliani estuvieron marcados por la tragedia también es cierto que es cuando realizó sus mejores y más celebradas piezas. Se mudó a París en 1906 y en menos de un año obtuvo la fama de ser un alcohólico y drogadicto. Y, tal vez, este consumo exagerado de sustancias fueron las que desarrollaron la tuberculosis que finalmente lo mató. Fue en enero de 1920 cuando, tras varios días sin saber nada de él, un vecino se encontró con un moribundo Modigliani aferrado a Jeanne. Poco después el pintor moría a causa de una meningitis tuberculosa. Pero la desgracia no acaba ahí, la joven de 20 años embarazada, se alojó en casa de sus padres. Aferrada e inconsolable abrió la ventana del piso de arriba y se tiró.