Gracias, pero no
Imagen de la muestra No Participación
Espacio Trapézio acoge No Participación, una muestra de las misivas enviadas por diversos artistas para rechazar premios y participaciones en eventos culturales.
La muestra, comisariada originalmente por Lauren van Haaften-Shick, viene del Museo de Houston. "Era una exposición conceptual que podía funcionar en España y que era muy fácilmente trasladable", apunta Miguel Ángel Hernández Navarro, miembro de 1er Escalón y responsable de que las cartas hayan cruzado el charco. Para contextualizarla algo mejor, cuando llegó al Espacio AB9 de Murcia se añadieron las cartas de Santiago Sierra e Ignacio López Aparicio. "Lo que un artista rechaza a veces es más importante que lo que acepta", dice el artista Michael Rakowitz. Y es que en un momento en el que se atiende cada vez más a los derechos laborales de los creadores, No Participación funciona como un engranaje para evidenciar los esfuerzos de los artistas en su lucha personal. "Estamos acostumbrados a ver el mundo a través de una serie de actos de aceptación pero la historia también se construye a través del no", dice Hernández Navarro. Lo que no se ha hecho, ni dicho, ni aceptado es también "una forma de creación, de creación negativa", opina.
"Me resultan interesantes todas las cartas pero me llaman la atención los rechazos por discrepancias artísticas", dice el escritor. "Estoy interesado en sus ideas y con algunos de los pintores que ha seleccionado para representarlas pero hay diferencias de opinión que me piden mantenerme fuera de su clasificación". Robert Irwin, abril de 1964. El artista no quiso exponer en una muestra comisariada por Clement Greenberg y "rechaza ser contextualizado en torno a una serie de criterios críticos que no comparte", opina el responsable de que la exposición haya llegado hasta Madrid.
Carta de Artists Spaces y, a la derecha, misiva enviada por Jea Toche
Razones tanto éticas como políticas llevan a los artistas al rechazo de ciertas prácticas o eventos culturales. Éticas como en el caso de López Aparicio en 2011. "Deberías excusarme pero nunca he pagado una cuota por participar en nada, ni nacional ni internacional. Quizá tenga consecuencias en mi carrera pero quiero mantenerme ético", escribe para rechazar su participación. Así se empieza a hablar del arte de otra manera, con otros ojos, con otro acercamiento. "Decir no, rechazar, es una manera de posicionarse ante el mundo y en el caso del arte la negación es también un acto de legitimación de un lugar que, paradójicamente, necesita ser 'afirmado', el lugar del artista, que se ha ido convirtiendo poco a poco en una figura decorativa de un sistema que lo hace hablar en función de sus intereses", explica Hernández Navarro.En estas misivas se encuentran problemas históricos de todo tipo. Hay falta de pago de honorarios, la negación de la propiedad de los derechos, la censura o la controversia sobre las fuentes de financiación de los eventos culturales. Reunidas en una convocatoria abierta a la que se siguen sumando cartas, la correspondencia de los artistas llegan de Estados Unidos, de Europa, de Australia. El rechazo nos afecta a todos por igual y resulta "una manera de visualizar la resistencia de los artistas frente a ese sistema que no podría funcionar sin ellos".
Imagen de la exposición
En cuanto a la falta de pago de los honorarios la carta enviada por Leina Bocar en nombre de todo un colectivo de mujeres deja su huella en la exposición. En Between the Door and the Street buscaban la participación de 350 mujeres. Pero tenían que ejercer de voluntarias y no recibir ningún salario, ni ayuda, ni cuidado para sus hijos durante su intervención. Su respuesta fue clara y rotunda. "Como feministas, creemos que no pagar a las 350 mujeres participantes perpetua la desigualdad laboral, devalúa el tiempo de la mujer y asume que todas las mujeres dentro del proyecto tienen tiempo para el voluntariado y energía política y emocional, para hacerlo gratis", escribe Bocar.
Decir que no es también adoptar una postura activa que lucha contra las injusticias y pone de relieve los principios de cada uno. Invita a la reflexión, a la pausa y a enfrentarnos a los factores que más nos disgustan. ¿Por qué nos vemos obligados a decir que sí de manera constante? Eso es lo que trata de demostrar No Participación, una muestra que "puede repercutir en la toma de conciencia de que 'decir no' es un acto político que al mismo tiempo tiene un componente creativo, hay cierta poética a la resistencia y que la no-participación, es una posición necesaria cuyo lugar debe de ser visibilizado", concluye Hernández Navarro.
@scamarzana