Image: Manuel Cossío, convertir la vida en arte

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Arte

Manuel Cossío, convertir la vida en arte

1 diciembre, 2016 01:00

Manuel Cossío en el jardín de la ILE en los años veinte. Foto: Fundación F. Giner de los Ríos

La Institución Libre de Enseñanza inaugura la exposición El arte de saber ver, un recorrido sobre la figura del pedagogo e intelectual Manuel Bartolomé Cossío, cuyo lema era "cada cual tiene la obligación de hacer de su vida un arte".

Manuel Bartolomé Cossío (1857- 1935), intelectual, pedagogo y uno de los historiadores del arte más destacados de la Europa de su tiempo, ocupa un significativo lugar en el proyecto modernizador de la Institución Libre de Enseñanza. Principal discípulo de su fundador, Francisco Giner de los Ríos, cuya labor al frente de la ILE continuó tras la muerte de éste en 1915. En 1916 puso en marcha la Fundación que lleva el nombre del maestro, con el fin de velar por el patrimonio material e intelectual de la ILE y darle continuidad.

Cuando se cumplen cien años de aquella iniciativa, la Fundación Francisco Giner de los Ríos y Acción Cultural Española organizan la exposición El arte de saber ver. Manuel B. Cossío, la Institución Libre de Enseñanza y el Greco, cuyo principal objetivo es recuperar la figura de Cossío, dar a conocer su legado intelectual y rendirle homenaje. En palabras del presidente de la ILE, José García Velasco, la exposición quiere "devolver a los ciudadanos el orgullo de una tradición deliberadamente proscrita, la del proyecto pedagógico más importante de toda la España moderna", y se enmarca en el contexto de la muestra El maestro de la España moderna, dedicada el pasado año a Giner y a su legado.

La vocación de Manuel B. Cossío por los temas artísticos y la amplia labor desarrollada en sus múltiples quehaceres institucionales y personales, ligados siempre a la Institución Libre de Enseñanza, "fueron un eslabón significativo en el largo proceso de institucionalización de la historia del arte como disciplina científica en España", asegura García Velasco, "impulsado desde 1876 por la Institución Libre de Enseñanza y su proyecto de modernización a través de la educación, la cultura y la ciencia". Y fue en el campo artístico donde más brillaría la aportación de Cossío, especialmente, en el estudio y la valoración de lo que hoy representa la figura del Greco, a partir de su gran libro sobre el pintor publicado en 1908.

Frontispicio y portada del primer volumen de El Greco, 1908, de Manuel B. Cossío

"Este libro de Cossío, El Greco, supuso uno de los hitos fundacionales de la Historia del Arte en España, ya que antes apenas se publicaban monográficos", explica Javier Portús, uno de los comisarios y jefe de Departamento de Pintura Española (hasta 1700) del Prado. El Greco ya era importante pero hasta entonces nadie había hecho el esfuerzo de recopilar todo este material, que es fundamental para entender la deriva de la investigación. Es decir, que "El Greco se incorpora al canon de la pintura occidental a raíz del libro de Cossío", señala el otro comisario de la exposición e historiador del arte, Salvador Guerrero.

La exposición presenta una mirada caleidoscópica sobre el Greco y la ciudad de Toledo a lo largo de la primera mitad del siglo XX. Con ella se reivindica el decisivo papel que tuvo Cossío en el estudio y la proyección de la obra del Greco, y se complementan las actividades que se han desarrollado en los últimos años con motivo de la conmemoración del cuarto centenario de la muerte del Greco. Pero además de hacer al Greco un pintor universal, Cossío fue el gran artífice de la idea de hacer de Toledo una ciudad compendio de la historia de España.

Sus constantes excursiones toledanas como guía de las visitas escolares de los alumnos de la Institución Libre de Enseñanza y como acompañante de visitantes ilustres, como fue el caso de Julius Meier- Graefe o, posteriormente, de Albert Einstein, constituyeron el germen de su monumental trabajo sobre el Greco que difundió su obra en el mundo entero, sí, pero además crearon un mitificación de Toledo que sería recurrente en los artistas posteriores, como se aprecia en la cantidad de vistas de la ciudad que pueblan la muestra, algunas de pintores tan importantes como Joaquín Sorolla, Carlos de Haes, Aureliano de Beruete o Ignacio Zuloaga.

Detalle de Paisaje claro de Toledo, 1932, de Ignacio Zuloaga

Por ello, la exposición dedica un apartado a la ciudad de Toledo como crisol de culturas, "que se convierte en emblema de esas búsquedas y en imagen de la España liberal, de visita obligada para los corresponsales internacionales del institucionismo", explica Guerrero, y como crisol, igualmente, entre tradición y vanguardia, a cargo de los jóvenes creadores de la Residencia de Estudiantes de generaciones posteriores. Nombres tan reconocidos como los de Luis Buñuel, Lorca o Dalí, que terminarían fundando en esos años de la Residencia de Estudiantes 'La Orden de Toledo'.

Además de su vertiente de historiador del arte, la muestra presenta pinceladas de otras facetas del intelectual como su afán pedagógico de cultivar la sensibilidad artística de los estudiantes, una habilidad que él llamaba "el arte de saber ver", que fue su principal empeño didáctico. "Para Cossío, el arte formaba parte del núcleo duro del conocimiento y debía estar unido al disfrute", asegura el director de la ILE.

Una trayectoria ecléctica y rica que se refleja en una variada exposición de más de 300 piezas entre documentos, fotografías, filmaciones de época, cartas, trajes, libros, revistas, manuscritos o piezas de cerámica, que se exhiben en cada apartado de la muestra junto a una selección de pinturas y esculturas de, entre otros, El Greco, Aureliano de Beruete, Ramón Casas, Joaquín Sorolla, Carlos de Haes, Joaquín Torres-García, Federico García Lorca, Benjamín Palencia o Salvador Dalí, todos ellos relacionados, de un modo u otro, con la Institución Libre de Enseñanza.