Tapiz de La nevada de Goya

Este año se conmemoran los 300 años del nacimiento del rey ilustrado y el Palacio Real de Madrid acoge una muestra de más de 130 obras que reconstruyen la corte durante su reinado. A su vez, la Academia de Bellas Artes de San Fernando y el Museo Arqueológico Nacional también inaugurarán muestra sobre diferentes facetas del Rey.

Dicen que al monarca Carlos III no le gustaba vestirse de gala, que se ponía de mal humor. En cambio en el retrato que le pintó Anton Raphael Mengs en 1765, el Rey aparece con toda la artillería puesta. No se sabe cuál fue su actitud durante la sesión pero sí que fue regalado por el Rey Federico V de Dinamarca ese año. La pintura, que nunca ha sido vista en España y que rara vez ha salido de Copenhague, se expone ahora en las salas del Palacio Real de Madrid con motivo de la exposición Carlos III. Majestad y Ornato en los escenarios del Rey Ilustrado que, con el patrocinio de la Fundación Banco Santander, conmemora el tercer centenario del nacimiento del Rey.



Un busto del soberano realizado por Mena en 1764 da la bienvenida al visitante y a partir de ese momento las obras, que se podrán visitar hasta el próximo 31 de marzo, recrean las estancias del Rey en Palacio, su gusto por el arte y cómo se convirtió en el referente de la relación entre la Corona y la Cultura española en la Edad Moderna. La muestra se centra, por tanto, "en los programas decorativos de los Reales Sitios de Carlos III", señala Alfredo Pérez de Armiñán, Presidente del Patrimonio Nacional, y se convierte en "un reflejo de su actividad artística".



La corte, que con el monarca contaba con una gran proyección internacional, se vio enriquecida y embellecida por el gusto que el monarca adquirió en Nápoles. Transitar estos días por la exposición supone, por tanto, caminar por la Corte del Rey ilustrado. La intención última, pues, de esta muestra es recrear las estancias del monarca que creó la banca precursora del Banco de España y modernizó la ciudad de Madrid. "Carlos III cuando vino desde Nápoles creyó que se tenía que formar (cabe recordar que no nació para ser rey) y reformar los salones del Palacio Real para dar un nuevo aire a la monarquía", anota José Luis Díez, director de las Colecciones Reales.



Detalle de Retrato de Carlos III, de Mengs, Museo de Bellas Artes de Copenhague

De esta manera la muestra se divide en diferentes salas que aportan información referente a su reinado y su mecenazgo. La primera está dedicada a las diferentes residencias, a los Sitios Reales, y cómo Carlos III reformó y modernizó todas las estancias de la familia. En la segunda sala se recrea la decoración íntegra del dormitorio del soberano para la que cuentan con "el conjunto más importante formado por Lamentación de Cristo Muerto de Mengs y un préstamo de las tres obras de la colección de los duques de Wellington que se completa con los textiles", señala Díez.



Ya en la siguiente sala se pueden ver los pasteles que Lorenzo Tiepolo hizo para la Corona española. "Se trata de un gabinete que desde 1946, es decir, desde hace más de 70 años, no se ven juntos". En estas obras se observa la minuciosa técnica del artista que reflejó a vendedores, militares, gente del pueblo y lugares del Madrid de la época. Otra de las salas más llamativas puede ser la que muestra los bocetos que artistas como Giaquinto, Mengs, Bayeu y Salvador Maella hicieron para los frescos que el monarca encargó.



Durante su reinado quiso cubrir con pintura al fresco las bóvedas para realzar la imagen de la Majestad en la sede oficial de la Corona. Pero, poco después, este empeño se trasladaría también al resto de Sitios Reales de la Corona, es decir, al Palacio Real de El Pardo, a la Colegiata de la Granja de San Ildefonso y a la ampliación del Palacio Real de Aranjuez. Algunos de ellos muestran "murales que no están a la vista del público y otros que ya no existen", anota Díez y, por esa misma razón, resultan atractivos de ver.



Detalle de cortina inv 10196933 con figuras chinas

Para Carlos III su único divertimento, el único ocio al que recurría como vía de escape, fue la caza. Esta actividad ayuda a entender por qué el rey tan solo pasaba ocho semanas del año en Madrid. Para completar ese relato otro conjunto de obras se le dedica a esta disciplina que el soberano cultivó hasta casi sus últimos días. Aquí, quizá una de las obras que más llaman la atención es el tapiz de Goya junto a su modelo y el recibo firmado por el artista. "De Goya conocemos bien las pinturas pero merece la pena pararse a observar este tapiz", anota el director de Colecciones Reales. Textiles de inspiración oriental, la porcelana del Buen Retiro y el conjunto de los cuatro tapices que hizo Goya de las cuatro estaciones completan esta muestra de 131 obras. Estos tapices del pintor zaragozano se muestran por primera vez juntas ya que a la muerte del monarca su hijo reformó la decoración haciendo que el conjunto se dispersase.



Y como fin, tanto de la vida del rey como de la exposición, se recrea el túmulo funerario del Rey Ilustrado, el primer monarca en habitar el Palacio Real. Su cama mortuoria y toda la decoración que formó parte de la ceremonia que se le dedicó cierran la muestra que conmemora el tercer centenario del nacimiento del monarca de las tres contradicciones: un rey religioso que expulsó a los jesuitas, un literato que no leía y un madrileño que nunca estaba en Madrid.



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Otras exposiciones sobre Carlos III en Madrid

Por su parte el Museo Arqueológico Nacional de Madrid inaugura el próximo 16 de diciembre Carlos III. Proyección exterior y científica de un reinado ilustrado. Es sabido que lo que realmente interesaba al monarca era la ciencia y para ampliar su legado la exposición pone en valor su política exterior y la aportación científico-cultural y su consiguiente papel en la promoción del conocimiento. Compuesta por un centenar de obras de artistas como Jean Ranc, Jacopo Amigoni, Giuseppe Bonito, Anton Rafael Mengs y Francisco de Goya dialogarán con objetos y materiales arqueológicos que se podrán ver hasta el próximo 26 de marzo.



Y, por último, la Academia de Bellas Artes de San Fernando organiza en su sede dos exposiciones paralelas sobre el soberano. Una corte para el rey. Carlos III y los Sitios Reales, que abre sus puertas del 21 de diciembre al 26 de febrero, al se centra en su interés e inquietud hacia la innovación, la arquitectura y la adecuación urbanística de la Villa y los Sitios Reales. Para ello creó una ambiciosa red de caminos que enlazaran las ciudades ilustradas en torno a la corte. Y, Carlos III y la difusión de la Antigüedad, del 15 de diciembre al 18 de marzo, fija el objetivo en la difusión que el monarca hizo sobre los descubrimientos arqueológicos en Herculano, Pompeya y Estabia durante los años en que ocupó el trono de las Dos Sicilias.



El Museo del Prado no podía faltar en el mapa de celebraciones de Carlos III. Además de los préstamos con los que ha nutrido las exposiciones citadas, muestra en la sala 37 Carlos III, cazador, de Goya. La pieza ha sido recientemente restaurada y revela una pintura de cuya técnica transmite poderosamente la personalidad del retratado y evidencia que fue pintado del natural desvirtuando así la idea, vigente hasta ahora, de que siguió el modelo acuñado por Antón Rafael Mengs en su retrato de hacia 1765. La figura del monarca se une aquí a cuatro medallas que revelan su efigie dinástica, desde el período italiano hasta el reinado español, y a un grupo de siete pinturas y dos estampas que le muestran desde su infancia hasta el retrato de Mengs y la interpretación final de Goya.