Maruja Mallo: Cabezas y atletas, 1945

La galería Mayoral de Barcelona acoge Mujeres surrealistas y su relación con Barcelona, una muestra de 28 obras entre pinturas, dibujos y fragmentos de vídeos. El 60% de los préstamos pertenecen a colecciones privadas y, por tanto, parte de ellas son inéditas para el público español. Hablamos con Victoria Combalía, comisaria de la muestra, sobre las piezas exhibidas.

Frida Kahlo nunca estuvo en Cataluña. Pero sí mantuvo una relación que le unió a ella. El motivo tiene nombre de hombre, exactamente Josep Bartolí, el artista catalán del que se enamoró y con quien intercambió misivas. En algún momento planearon huir a Francia para instalarse en una casa que él había alquilado pero la salud de Kahlo los frenó. A su muerte, Bartolí llegó incluso a negar que la conocía pero las cartas intercambiadas dicen lo contrario. Incluso le regaló algunos dibujos. Parte de ellos son los que, de manera inédita, recalan en la galería Mayoral de Barcelona con motivo de la exposición Mujeres surrealistas y su relación con Cataluña que se inaugura este jueves. Siete artistas mujeres más y sus variadas conexiones con este lugar se rastrean en la muestra comisariada por la historiadora Victoria Combalía.



La crítica de arte obtuvo el encargo "con el propósito de llenar el hueco" que existe en la representación de estas artistas mujeres en nuestros museos y galerías. Inicialmente la galería Mayoral se propuso que fueran artistas surrealistas catalanas pero la cosa se reducía a dos: Ángeles Santos y Remedios Varo. "Pensé que no se podía hacer una muestra solo con ellas dos y lo ampliamos a artistas surrealistas y su relación con Cataluña", explica Combalía. Así es como, tras seis meses de investigación, la muestra se compone de ocho mujeres: Valentine Hugo, Maruja Mallo, Lee Miller, Frida Kahlo, Dora Maar, Ángeles Santos, Remedios Varo y Leonora Carrington.



Frida Kahlo: Autorretrato dibujando, 1937 y, a la derecha, Autorretrato como genitales, 1944

Miller y Maar se conocieron, Varo y Carrington fueron amigas íntimas, Kahlo, Varo y Carrington también tuvieron algún encuentro y Hugo y Maar fueron amigas llegando incluso a cartearse. Pero, quizá, uno de los mayores atractivos de esta muestra compuesta por 28 piezas sea que parte de ellas son inéditas. El 60% de los préstamos son de colecciones privadas y, por tanto, rara o nunca vez vistas por el público. "Ha sido muy difícil conseguirlos, sobre todo de las artistas que vivieron en México. Es un país muy difícil para las exportaciones de arte", señala la comisaria. De hecho, para algunas obras de Kahlo pedían 25.000 dólares, algo que "las galerías no se lo pueden permitir". Y en el caso de Maruja Mallo las piezas más importantes las tiene el Reina Sofía pero el museo "no presta a galerías comerciales". De modo que los tres dibujos de Frida Kahlo y todas las piezas de Valentine Hugo son inéditos para el público español mientras que uno de los dibujos de Carrington tan solo se ha visto una vez.



Pero no solo hay pintura y dibujo en la exposición, también podemos encontrar las fotografías de Lee Miller y de Dora Maar. De Miller se puede ver una imagen a la que llamó Retrato del espacio en la que captura "un cuadrado encontrado dentro de una red en Egipto el cual resulta surrealista porque no tiene una historia detrás". Se trata de formas de ensueño y de sueño. En cambio, en el caso de Dora Maar hay cinco instantáneas de Barcelona entre las que se encuentra un retrato de Dolores Miró (hija de Joan Miró) de niña. Son fotografías, continúa Combalía, de calle pero ella siempre tuvo una mirada que buscaba lo sorprendente y lo misterioso de lo cotidiano. En una ellas retrata los arcos parabólicos del Parque Güell de la ciudad con un árbol muerto debajo que "la convierte en surrealista".



Leonora Carrington: Sin título (Caballos), 1997

Valentine Hugo, por su parte, pasó por Barcelona de manera tímida para visitar en Cadaqués, junto a André Breton, a los Dalí y Leonor Carrington "pasó brevemente" por la ciudad, lo que permitía a Combalía incluirla porque "en España nadie la ha visto", apunta la escritora de Dora Maar. Más allá de Picasso. Además, engrosan la nómina de piezas dos extractos de dos vídeos. Uno corresponde a una entrevista que concedió Maruja Mallo hacia finales de su vida a un programa de los 80 que se llamaba A fondo. En ella, probablemente una de las últimas que ofreció, habla de su amistad con Lorca y Dalí, entre otros. El otro fragmento pertenece a Dora Maar y lo firman Alejandro Lasala y la propia Victoria Combalía, en la que se tratan "los rasgos surrealistas de la fotógrafa sin entrar en los episodios amorosos con Picasso".



Un vacío que se va llenanado

Como decíamos al principio, esta exposición surge de la necesidad de llenar ese vacío muestrario en nuestras galerías. Aunque lo cierto es que recientemente se ve una tendencia al alza de incluir las obras de las mujeres artistas en las colecciones de los museos. Este olvido responde, en palabras de Combalía, a que "durante el propio surrealismo los que fueron aclamados y quienes estaban en las exposiciones eran los hombres, quizá porque son más competitivos que las mujeres". Esto duró hasta los años 70 y 80 del siglo XX pero "desde hace 20 y, sobre todo, 10 años, hay un reconocimiento muy fuerte hacia estas mujeres". Se podría decir que la primera que empezó fue Frida Kahlo, que pronto se convirtió en un mito no solo por su vida sino por su obra. "Dora Maar, a la que descubrí y de la que hemos hecho cinco exposiciones, también se ha convertido en un fenómeno". Por otro lado, tanto Remedios Varo como Leonora Carrington tuvieron éxito en vida, vivieron en México y vendieron obra pero otras, como Maruja Mallo y Ángeles Santos, no tuvieron tanta suerte. No fue hasta entrados los años 80 cuando comenzaron a ser reconocidas. O Lee Miller, que con un hijo tan activo como el suyo, ya ha conseguido realizar cinco exposiciones y publicar tres libros.



Por tanto, "se puede hablar de una cierta moda de las mujeres surrealistas y los museos van comprando más obra". Un ejemplo es el Pompidou, que cumple ahora 40 años de vida, cuando "el año pasado hizo una presentación de la colección en la que había más mujeres y muchas latinoamericanas, que eran personajes olvidados", destaca Combalía.



@scamarzana