K. V. Lebedev: Boyardo (detalle), 1897

La Colección del Museo Ruso de Málaga expone en las salas de la antigua Tabacalera La dinastía Románov, un completo recorrido por la vida y los objetos de la familia imperial que podrá verse hasta febrero de 2018.

La ambiciosa apuesta con la que ha renovado su programa la Colección del Museo Ruso de Málaga ha encomendado su itinerario más prolijo a la exposición anual La dinastía Románov (1613-1917), que transita por el arte que brotó en el gigante del Este europeo desde el siglo XVII hasta los albores del XX. A través de un relato artístico de los acontecimientos históricos y de alusiones a los miembros de la familia Románov que ejercieron como arquitectos políticos del influyente Imperio Ruso, esta muestra abarca tres siglos y cuatro años de hegemonía. De reinados que fueron sembrando un lógico camino de rosas y espinas. De éxitos y fracasos. De crímenes y conspiraciones...



La gran aportación de este proyecto expositivo reside en que "aborda a los Románov en su totalidad, no focalizándolos en las figuras concretas de alguno de sus zares o emperadores, como ya se ha hecho en otras ocasiones", según aseguró el director de la Colección del Museo Ruso de Málaga, José María Luna.



El extenso recorrido por las 247 obras que componen la muestra también proyecta la vinculación de esta Casa Real con el mercado del arte, y una labor de mecenazgo que llega a conectarla con la matriz petersburguesa desde la que se extiende esta filial española. No en vano, el Museo Estatal Ruso de San Petersburgo fue creado por el último emperador de la era Románov, Nicolás II, en memoria de su padre, el zar Alejandro III. Esto explica la omnipresencia en sus colecciones del legado artístico que perteneció a esta saga y la ubicación de la pinacoteca de la ciudad rusa en varias residencias imperiales.



Estructurada en una docena de secciones que siguen un ritmo cronológico, la exposición es un festín pictórico que despliega retratos solemnes, pinturas históricas y de batallas o vistas de Moscú y San Petersburgo. Quienes se estrenen como espectadores en en las salas de la antigua Tabacalera podrán descubrir a pintores rusos de renombre como Iliá Repin, Nikolái Gue, Aleksander Litóvchenko, Vasili Schwartz, Andréi Riábushkin o Vasili Perov. Los trajes de época vuelven a hacer acto de presencia en este espacio con la sección que su actual muestra permanente le dedica al vestuario que se empleaba en la corte. Como estandartes de este derroche ornamental, dos maniquíes encuentran un espejo en el que mirarse ante el lienzo Muchacha rusa, que Karl Wenig firmó en 1889.



La recreación de los ambientes palaciegos se apodera, igualmente, de suculentos tramos del itinerario en los que la mirada del espectador se detiene ante los testimonios del lujo que aportan la exhibición de muebles, vajillas o valiosos relojes. El recorrido cuenta con la espectacularidad de las puertas de la iglesia de la mártir Catalina del convento de Smolni de San Petersburgo, el servicio de porcelana Gúriev o iconos revestidos de plata que le fueron regalados a los últimos emperadores de la era Románov, Nicolás II y Alejandra Fiódorovna, fusilados en 1918 por los bolcheviques.



La muestra de la Colección del Museo Ruso de Málaga, que podrá visitarse hasta el 4 de febrero de 2018, se completa con un extenso programa de actividades culturales que incluye proyección de películas y un ciclo de conferencias sobre la Revolución Rusa, que hace justo un siglo supuso el fin de las tres centurias de hegemonía de la familia imperial.