Julia Spínola: Moles y manchones, 2017

Ocho artistas aterrizan en los museos históricos de la Comunidad de Madrid armados con obras producidas específicamente para el lugar. Con ellas dialogan sobre el pasado y el presente de estos espacios que abren, por primera vez, sus puertas al arte contemporáneo joven.

Aunque muchos no lo sepan, la Comunidad de Madrid tiene cuatro museos dedicados a Picasso, Lope de Vega, Cervantes y Goyeneche (el fundador del pueblo de Nuevo Baztán) distribuidos a lo largo de la geografía de la provincia (alguno a más de 60 km). De entre todos, el más alejado es el Museo Picasso-Colección Eugenio Arias, en Buitrago del Lozoya, que nos descubre un aspecto íntimo del artista: su relación con el que fuera su peluquero en el exilio y al que agasajó con cerámicas, carteles y dedicatorias en libros que más tarde donó a su pueblo. Tenemos también las casas-museo de Miguel de Cervantes, en Alcalá de Henares, y de Lope de Vega en el céntrico Barrio de las Letras. Y, por último, el Centro de Interpretación de Nuevo Baztán, en la Cuenca del Henares, que muestra la historia de esta población a través de la figura de su fundador, Juan de Goyeneche, que en el siglo XVIII encargó al arquitecto José de Churriguera el diseño urbanístico del pueblo y la construcción del palacio y su fábrica de vidrio.



Desde ayer, 27 de abril, se puede visitar, además, en todos ellos, la exposición comisariada por Beatriz Alonso No siempre que estuvimos/ estuvimos que forma parte del programa "Mutaciones. Intervenciones artísticas en museos". Pero, ¿cómo introducir obras de arte contemporáneo en espacios tan marcados por su historia y por una museografía prácticamente estática? De manera muy intuitiva, nos dice su comisaria, "desde la duda, el error, el ensayo, donde no hay un plan curatorial completamente definido desde el inicio". Esta ocupación viene a alterar el día a día de los espacios desde dentro, pues todos los artistas han hecho trabajos específicos a partir de su propia experiencia en el lugar.



Y parece que la cosa funciona. Las piezas más teatrales las encontramos en la Casa Natal de Cervantes, su supuesto lugar de nacimiento. Todo el conjunto es una suerte de escenario, de representación, en cuyo patio Leonor Serrano (Málaga, 1986) ha sustituido el toldo por uno nuevo en el que incluye elementos verticales que lo acercan a un telón. La instalación tiene vida propia: Cada día los vigilantes de sala la mueven en función del sol que va dibujando distintos patrones sobre el suelo. Junto a ella, el dúo PLAYdramaturgia ha editado dos publicaciones en las que proponen a los visitantes acciones que pueden hacer en el espacio, como ponerlo a la venta en idealista.com.



Leonor Serrano: Ese decorado no es más que una engañifa, 2017. Fotografía: Eva Jiménez Manero

Las piezas más artesanales las encontramos en Nuevo Baztán. Julia Spínola (Madrid, 1979) ha elaborado junto a maestros artesanos de la Real Fábrica de Cristales de la Granja, un conjunto de vasos de cristal cilíndricos con bases cóncavas que presenta junto a abigarradas vitrinas en las salas. Todo muy churrigueresco. Por su lado, Diego Delas (Aranda de Duero, 1983) se inspira en inscripciones de la bodega del palacio para la realización de sus esculturas, piezas exentas hechas con materiales de construcción, que crean una mezcla de "amuleto y ornamento".



Sonidos en la Casa de Lope

Entre todos los espacios, posiblemente el vivido de manera más cotidiana sea la Casa Museo de Lope de Vega. Desde que comenzó el proyecto, Marta Fernández Calvo (La Rioja, 1979) se ha hecho asidua a su jardín desde donde ha tomado nota de todos sus sonidos -un violinista vecino, el comienzo de las visitas guiadas, los higos al caer...- que recoge en una pieza sonora y en una publicación. Del interior de la casa se ha encargado Wilfredo Prieto (Cuba, 1978), que ha colocado altavoces con cuñas publicitarias por sus rincones, trazando con el sonido una ruta alternativa.



De Buitrago, a Marc Vives (Barcelona, 1978) le ha interesado el apego de algunos vecinos al lugar y el fenómeno de la utilización de las huellas de iconos como Picasso para fines turísticos. Saliéndose extramuros, ha diseñado el próximo cartel de las fiestas del pueblo, "como ya hicieran los artistas de principio de siglo XX interviniendo (mediante gráfica) en la imagen de proyectos turísticos de ciudades", nos cuenta.



Por último, la propuesta de Luz Broto (Barcelona, 1982) cruza de manera transversal todos estos espacios planteando unificar sus horarios de apertura. La exposición estará abierta hasta el 10 de septiembre. Ya tenemos la excursión para esta primavera-verano.



@luisaespino4