Alicia Martín: Conciencia

El arte se ha hecho con la ciudad de Cáceres. En concreto 25 trabajos de artistas nacionales e internacionales se han instalado en diferentes lugares de interés creando un diálogo entre lo contemporáneo y el patrimonio histórico. Cáceres Abierto, así se llama el proyecto, bebe de aquel Madrid Abierto que arrancó en 2006 y dejó de realizarse, por falta de presupuesto, en 2012. Pero el comité, liderado por Jorge Díez, recupera el proyecto que inunda ahora la ciudad extremeña hasta el próximo 25 de junio.



A diferencia de los predecesores de este proyecto como Foro Sur y Foro Arte Cáceres, más ligados al mercado del arte contemporáneo, Cáceres abierto "se trata de un modelo y una forma de trabajo que ponen su foco en la cultura como servicio público", explica Jorge Díez, comisario de la propuesta. Una etapa de análisis y evaluación derivó en un concurso público para el que Díez propuso el nombre provisional de Cáceres Abierto, "recogiendo la misma voluntad de cuestionar el papel del arte y la cultura en la sociedad actual y de tratar de activar el espacio público, de una forma colectiva, integrando procesos de participación y colaboración con distintas instituciones, asociaciones y agentes culturales de la ciudad".



Diana LarreaMicrouniverso

Cáceres Abierto, por tanto, integra intervenciones en el espacio público, audiovisuales, exposiciones, debates y talleres de artistas como Cristina Lucas, Maite Cajaraville, Marina Núñez, Iñaki Larrimbe, Fernando Sánchez Castillo, Juan López, Azucena Vieites y Dionisio Cañas. En total 25 artistas con sus obras de "carácter simbólico y, también, práctico que tratan de ser respetuosas con la comunidad y con el entorno, unidas por la intención común de reflexionar de manera crítica sobre la realidad cotidiana, social, cultural y política". Entre ellas se han producido 12 piezas de manera específica para Cáceres y el total de ellas están situadas en el casco histórico de la ciudad dejando la Biblioteca Pública como lugar de encuentro para presentaciones y debates y la Filmoteca para presentar el documental Matria, de Fernando Llanos.



El colecetivo Democracia lleva hasta la ciudad vídeos titulados Ser y Durar y Welfare State, Fernando Sánchez Castillo instala Arquitectura del caballo, Canicas y Pegasus Dance, Blanca Gracia presenta la videoinstalación Tabú y ¡Habla! y Hacia lo salvaje es la apuesta de Cristina Lucas mientras que Marina Núñez lo hace por Ingenio y Fluye la Carne. En la Plaza Mayor Maita Cajaraville realiza la intervención La Virgen de Guadalupe no viene a verme, Dionisio Cañas realiza una manifestación en el paseo de Cánovas y Azucena Vieites prepara Coloring Book, el proyecto preparatorio de su exposición Producciones low-fi.



Juan López: ¡Ojo!

También se presentan Recuerdos de Cáceres, sobre la aldea minera y la represión tras la Guerra Civil, de Noaz, Unofficial Tourism de Iñaki Larrimbe y la intervención de Diana Larrea en el Aljibe árabe del Museo de Cáceres. Otras las singulares propuestas son los itinerarios trazados por Tete Alejandre, Paula Almonacid, José Luis Forte, Fermín Solís, María Vaquero y Sabah Walid y una colección de doce postales de lugares originales, desconocidos y raros de la ciudad. "Como contrapunto al culto arquitectónico propio del turismo cultural podemos ver el enorme mural de Daniel Muñoz sobre la publicidad irregular y precaria que dejan en las ciudades algunos de sus habitantes para comunicar cualquier servicio", destaca el comisario.



Y, claro, la tecnología también tiene su punto de encuentro con una impresora 3D de "grandes dimensiones alimentada por el público con los impulsos eléctricos extraídos de materiales orgánicos e inorgánicos" que lleva Maite Cajaraville en la Plaza Mayor y dibuja el mapa de Extremadura. Una enorme escultura con libros de Alicia Martín está instalada en el Palacio de la Generala y "la intervención a gran escala de Juan López en la fachada del edificio de Servicios Múltiples que utiliza las ventanas" completan la agenda junto al barrio de Aldea Moret.



Noaz: Recuerdos de Cáceres

Para Jorge Díez la saturación del espacio público y su ocupación por iniciativas vinculadas al consumo o a la cultura como espectáculo complica la aproximación del público a estas propuestas. "Aunque están planteadas de forma lúdica o irónica tienen un sesgo crítico y requieren otras formas de aproximación para lograr una participación activa y reflexiva sobre nuestro entorno", señala. Incluso el carácter efímero de este tipo de propuestas limitan el impacto o alcance aunque, al menos, "contribuyen a formular otros modos de vincular el arte con los intereses de la gente".



@scamarzana