Potencial escultórico, 2017, de Marlon de Azambuja

Este fin de semana sí. Un proyecto de la galería madrileña Max Estrella acerca a la localidad una decena de intervenciones de artistas que vienen a modificar durante tres días el paisaje urbano de San Lorenzo del Escorial.

Querían salir de la galería y lo han hecho a lo grande. Este año cumplen 23 años y, una excusa como otra cualquiera, esto les animó a celebrar que hay arte más allá del cubo blanco. En realidad, el fichaje de Amelie Aranguren como directora artística tiene más que ver con los aires de cambio que en los últimos meses se respiran en el espacio de la madrileña calle Santo Tomé, que acaba de organizar también unas jornadas sobre galerismo en la sala de Tabacalera y que también prepara novedades en su propio espacio de cara a la nueva temporada. Alberto de Juan, fundador de la galería Max Estrella en 1994, habla de "una nueva imagen".



Este fin de semana (desde el viernes 30 al domingo 2 de julio), las ganas de cambio y de llegar a públicos diversos les llevan hasta San Lorenzo del Escorial donde han montado las intervenciones de diez artistas de la galería que durante tres días transforman el vetusto urbanismo del pueblo con esculturas, juegos visuales, vídeos, pinturas y fotografías. "Se trata de una propuesta que hacemos desde la galería al Ayuntamiento de El Escorial, que nos cede los espacios y facilita las instalaciones. A esto se ha unido la generosidad inmensa por parte de los artistas y el esfuerzo enorme del equipo de la galería. Pero ha merecido la pena", explica el director.



Sin título, 2013, de Jorge Perianes, en los jardines del Conservatorio

Los referentes los ha buscado Alberto de Juan fuera de España. "Aquí estas colaboraciones no son habituales, pero sí en Estados Unidos o en Italia, donde la galería Continua celebra en la Toscana algo similar. Nos hubiera gustado contar con más apoyos. Lo hemos intentado, pero es muy complicado". Eso sí, ha logrado que un numeroso grupo de coleccionistas secunde su idea y venga a visitar el pueblo durante este fin de semana. "Unos 150 coleccionistas se hospedan allí estos días para celebrar con nosotros este aniversario y esto ya es mucho", explica orgulloso, además, de conseguir que una localidad más acostumbrada a tratar con el arte antiguo se abra así a los artistas de hoy.



Una oportunidad, desde luego, para vecinos y visitantes que este fin de semana se sorprenderán seguro al ver las antiguas farolas de cinco brazos de la Plaza de la Constitución y el patio de la Casa de la Cultura recubiertas por Marlon de Azambuja (Brasil, 1978) con cinta adhesiva, sobre todo de noche, cuando se enciendan transformadas en enormes farolillos rojos (Potencial escultórico, 2017). Con la gran piedra de Jorge Perianes (Orense, 1974) que, sujeta por una red que cuelga de cuatro árboles de los jardines del Conservatorio, crea un peligro ficticio puesto que es de poliespán (Sin título, 2013). Con el extraño personaje de Bernadí Roig (Palma de Mallorca, 1965), que en este caso parece dormitar, reposando bajo un árbol de otro de los patios de la Casa de Cultura (Último sueño, 2008). También allí, en el auditorio, un vídeo de Almudena Lobera (Madrid, 1984) y en la sala de exposiciones, una de las series (Ross Island, 2011) del pintor Nico Munuera (Lorca, 1974). Y las fotografías de Aitor Ortiz (Bilbao, 1971) que pueden verse en la sala Floridablanca (Muros de luz, 2015).



Último sueño, 2008, de Bernardí Roig, en el patio central de la Casa de la Cultura

La Plaga de Eugenio Ampudia (Melgar, Valladolid, 1958) arrasa la fachada del Teatro Real Coliseo Carlos III: una instalación realizada con tarjetas de invitación de distintas exposiciones que simulan moscas que han colonizado el espacio cultural. Y Luis Úrculo (Madrid, 1978) juega a ser mago y hace desaparecer con una tela impresa la estatua de Crispín de la Plaza Jacinto Benavente (Bajar de resolución n° 1, 2017). Son las dos últimas cruces de un nuevo mapa que la galería Max Estrella dibuja para El Escorial, solo durante este fin de semana. "Con los medios con los que hemos contado, no podíamos prolongarlo más. Pero si esto es el germen, el precedente para una colaboración más amplia me doy por satisfecho", añade Alberto de Juan.



Lo cierto es que, siguiendo de algún modo la estela de Cáceres Abierto (heredera a su vez de Madrid Abierto), Sculto en Logroño y el Festival Luz y Vanguardias en Salamanca (con proyecciones en las fachadas de distintos edificios), además de colaboraciones más puntuales de distintos ayuntamientos con artistas concretos, sí parece que hay una tendencia a que la ciudad se convierta en escenario para la creación más actual. De manera que ojalá esto sea el comienzo de una hermosa amistad entre El Escorial y el arte contemporáneo.



@PaulaAchiaga