Joan Colom

El fotógrafo catalán, fiel retratista de la Barcelona marginal de posguerra y Premio Nacional de Fotografía 2002, ha fallecido a los 96 años.

El fotógrafo Joan Colom ha fallecido este domingo a la edad de 96 años, según fuentes cercanas a su familia. Durante sus intermitentes años de trabajo, Colom fue un auténtico retratista de la Barcelona marginal, que recorrió para dejar como eterna su visión de zonas como Somorrostro, el Barrio Chino (actual Raval) o el Born. El Premio Nacional de Fotografía (2002), el Premio Nacional de Artes Visuales (2004) o la Cruz de Sant Jordi (2006) son algunos de los galardones que obtuvo por su obra gráfica, legado de un artista ampliamente reconocido y premiado a lo largo de su excepcional carrera.



Nacido en el barrio del Raval de la Ciudad Condal en 1921, estudió contabilidad y trabajó como contable hasta destacar en la fotografía, disciplina en la que fue autodidacta. Así, en 1957 ingresó en la Agrupación Fotográfica de Cataluña y en 1960 participó en la creación del grupo artístico El Mussol. Ya inmerso plenamente en su aventura fotográfica, Colom inició su actividad a partir del 58, influenciado por la concepción renovadora de nombres como Oriol Maspons, Xavier Miserachs o Ramón Masats, agrupados en el movimiento denominado Nova Vanguàrdia.



Sólo dos años más tarde se consolidó como una figura en el panorama internacional al participar en una muestra de fotografía española en París, junto a Xavier Miserachs y Oriol Maspons, entre otros, dentro de una corriente inspirada fuertemente en los trabajos de Francesc Català Roca, Henri Cartier-Bresson y Man Ray, se convirtieron en precursores de la composición en series fotográficas.



El aire de reporterismo que dichos profesionales había introducido en la ortodoxia fotográfica fue recogida por Colom, que se estrenó con su serie de instantáneas en el barrio chino barcelonés y con su primera exposición en la Sala Aixelá, en 1961, titulada de manera explícita El Carrer (La Calle). Con esos trabajos llegó a atraer la atención de amplios sectores políticos y sociales, adquiriendo una dimensión destacada dentro de su generación por sus temas exóticos y marginales a la par que por sus encuadres poco comunes y espontáneos.



Su particular modo de trabajar llamó la atención de Ester Tusquets, de Editorial Lumen, que le propuso dedicar un libro a sus imágenes con texto de Camilo José Cela. El resultado fue Izas, rabizas y colipoterras, título que recoge tres sinónimos de prostituta, con unos escritos que no entusiasmaron a Colom: "Cela menospreciaba a los seres humanos que vivían en el chino" y él siempre había tenido una mirada tierna y respetuosa con sus fotografiados. Su dedicación a las prostitutas del Raval, entre otros factores, convirtieron al libro en un éxito y un escándalo al ser demandados por una de las mujeres fotografiadas. Aunque la denuncia, por un millón de pesetas, no prosperó, Colom se sumió en una depresión que provocó que se retirara de la fotografía hasta después de su jubilación.



Dos fotografías de la serie El Carrer 1960-61

Por ello, su corpus fotográfico se puede dividir en dos claras etapas: la primera, correspondiente al intervalo entre 1957 y 1964, en la que retrató los ambientes más marginales, con prostitutas, marineros y otros protagonistas; y la segunda, de 1977 a 2010, cuando se centró en la cara oscura de los Juegos Olímpicos de Barcelona a la vez que incorpora el uso del color en una obra que seguiría alternando el uso del blanco y negro.



En 1982 participó en la exposición La fotografia catalana de los años 50-60 en el Palau de la Virreina de Barcelona, en la primera edición de la Primavera Fotográfica, y a partir de ahí se sucedieron las muestras y la compra de obra suya por parte de instituciones como el Museu Nacional d'Art de Catalunya (MNAC) y el Museu d'Art Contemporani de Barcelona (MACBA).



Entre las exposiciones recientes más importantes destaca Joan Colom. Les gens du Raval, que se pudo ver en 2006 en la prestigiosa Fundación Cartier-Bresson de París. Además, en 2011 la Fundación Foto Colectania de Barcelona expuso 76 imágenes en blanco y negro que el propio autor reunió en un álbum que montó expresamente para regalar a su admirado galerista Josep Maria Casademont. En la presentación de esa muestra Colom explicó que fotografiaba a la gente de la calle de manera intuitiva, siempre con respeto y con mucho disimulo para no interferir en la realidad; en ocasiones incluso disparaba con la cámara a la altura de la rodilla. "No había otra alternativa, o lo hacías así o no lo podías hacer", remarcó, y confesó que en seguida quedó maravillado con la vida del Raval, y que solía pasar allí sábados y domingos enteros.



En diciembre de 2013, el Museo Nacional de Arte de Cataluña (MNAC), a quien Colom donó sus fondos fotográficos, organizó una gran exposición retrospectiva de su obra bajo el título Yo hago la calle, en la que reunió más de 500 de sus fotografías. Uno de los comisarios de la muestra, Jorge Ribalta, destacó entonces la gran "espontaneidad de sus retratos", que realizaba clandestinamente con la cámara medio escondida en la mano, y "su habilidad para representar a ese hombre y mujer de la calle, algo que llevaba al extremo". Precisamente el actual director del MNAC, Pepe Serra, ha recordado a Colom como "uno de los mayores fotógrafos de la segunda mitad del siglo XX" y ha valorado "la importancia y singularidad única de su obra".