Nicolas Bourriaud. Foto: Sergio Rosales Medina

Actualmente el Mediterráneo nos está dejando un repertorio visual que lejos está de la imagen idílica que podíamos tener de él y se ha convertido en un factor para la construcción de la identidad de los territorios que se bañan en él. El congreso Imaginar el Mediterráneo, que se celebra este viernes 22 y sábado 23 en el IVAM de Valencia, se pregunta por la visión actual en torno al Mediterráneo y cómo esta está cambiando de acuerdo a las diferentes condiciones sociopolíticas. El comisario, teórico del arte y fundador del Palais de Tokyo, Nicolas Bourriaud, que está enfrascado en la concepción de un ensayo sobre el arte del antropoceno en el que explora los problemas actuales del arte, hace un alto para participar este viernes con una relectura personal de la experiencia de Walter Benjamin en Ibiza.



Pregunta.- Va a ofrecer una conferencia sobre el Mediterráneo. ¿Qué ideas va a defender? ¿Cómo vemos en la actualidad el Mediterráneo?

Respuesta.- Como comisario, pero también como director de una nueva institución en el sur de Francia, estoy intentando entender la reciente evolución del arte. La geopolítica forma parte de esta reflexión. El arte puede ser la mejor manera de entender el mundo en el que vivimos porque los artistas son como antenas de radio. De algún modo estoy intentando atrapar su correcta longitud de onda... En este simposio en el IVAM voy a hacer una relectura personal de la experiencia de Walter Benjamin en Ibiza, Marsella y Port Bou, donde murió. Tomo a este pensador alemán como guía para entender el espíritu mediterráneo.



P.- Actualmente el Mediterráneo ha cambiado de ilusión a drama y se ha convertido en zona de guerra. ¿Cuál es el papel del arte en los conflictos de hoy?

R.- El Mediterráneo siempre ha sido una zona de guerra, al menos desde Homero y Jenofonte. Y el arte siempre ha formado parte de las contiendas porque también son conflictos de representación. La gente va a la guerra porque no tienen la misma visión del mundo. En primer lugar debido a los mapas, que no dejan de ser representaciones.



P.- ¿Cómo ayuda el arte a enfrentarnos a los problemas sociales?

R.- Desde las pinturas parietales de Lascaux y Altamira se ha hecho de la misma manera: el arte permite que los seres humanos dominen y controlen su entorno mental, lo que produce relaciones con el mundo. Y si puedo compartir tu relación con el mundo, la mía se vuelve más relativa, más artificial, aunque menos absoluta. El arte es compartir visiones.



P.- Y, ¿cómo han compartido los diferentes artistas su visión acerca del Mediterráneo?

R.- Diría que está en todas partes. ¿Cómo podríamos pensar en el arte de hoy sin tener en cuenta su historia, que está obviamente vinculada al espacio mediterráneo?



P.- Recientemente estamos viendo cómo cada vez son más los artistas comprometidos que usan el arte como una herramienta para reflexionar sobre temas políticos. Un ejemplo puede ser En rebelión, la exposición que el IVAM está a punto de inaugurar sobre las narrativas femeninas en el mundo árabe. ¿Se necesita hoy en día un arte más político y activo?

R.- Realmente el arte no puede existir sin ser político. Cada gesto o huella implica una visión política del mundo, una imagen de unidad. Con esto no quiero decir que el arte debería comentar directamente las noticias, para eso están los medios de comunicación. Los artistas llevan los sonidos del mundo a un nivel diferente. En cuanto a la exposición, está claro que los artistas tienen en cuenta las transformaciones de nuestro entorno social. El arte es lo que, en primer lugar, nos hace activos como observadores. Se trata de la resistencia a las representaciones comunes insistiendo en la naturaleza artificial del mundo que se nos da como 'natural'. Nada es natural o mortal y el arte nos lo muestra.



P.- Como comisario independiente, ¿qué le gusta ver y programar?

R.- Cada artista importante transforma la forma en que veo el arte así que no puedo tener un determinado tipo en la mente porque el paisaje está en constante cambio. Siempre he trabajado con algunos de los artistas que considero importantes pero la parte vital de mi trabajo consiste en tener los ojos y la mente abierta. Me gusta descubrir piezas que reten mis pensamientos anteriores.



P.- En alguna ocasión ha asegurado que "la obra de arte ya no es el punto final sino un simple momento en una infinita cadena de contribuciones". ¿Cuál es el contexto del arte actual? ¿Hacia dónde se dirige?

R.- El arte está profundamente transformado por el crecimiento de la conciencia de lo que se ha llamado 'el antropoceno', la era en la que entramos hace tiempo y que se caracteriza por el impacto de las actividades humanas en el planeta. Esto ha cambiado de manera radical la manera en que los artistas trabajan y ven el mundo. Los animales, vegetales, máquinas y humanos hoy en día se han puesto al mismo nivel por lo que parecen ser coactivos. Pero no solo se trata de las relaciones humanas actuales sino que el arte investiga nuestras relaciones con todos los elementos que componen el planeta en un nivel molecular. Es tan importante como el Pop-art, cuando los artistas se volvieron hacia la sociedad consumista a principios de los años 60. Estoy trabajando en una exposición que se abrirá el próximo febrero en Montpellier que trata sobre estos asuntos. Se llamará Trash Test.



@scamarzana