De izquierda a derecha: Asier Mendizabal, Elisa Durán, Elba Benítez y Han Nefkens
El compromiso con el patrimonio artístico español y el reconocimiento a los agentes que forman parte del ecosistema del arte es parte del carácter de los Premios de Arte y Mecenazgo que este jueves ha otorgado la Fundación Arte y Mecenazgo de "la Caixa". "Queremos apremiarles a que sigan trabajando en ello", ha comunicado Elisa Durán, directora general adjunta de la fundación. En esta séptima edición, en la que ha habido cambios en sus bases, los premiados han sido el artista Asier Mendizabal, la galerista Elba Benítez y el mecenas Han Nefkens.Son tres los cambios que ha habido en esta edición. La primera tiene que ver con el carácter de la convocatoria: hasta ahora era el jurado quien presentaba las candidaturas y a partir de ahora es de carácter abierto. Como consecuencia recibieron 273 candidaturas a tener en cuenta. La segunda gira en torno al jurado que si hasta ahora cada premio tenía el suyo ahora lo han unificado logrando, así, enriquecer el fallo. El último es que el galardón otorgado a un coleccionista se ha ampliado también a los mecenas para reconocer los programas que van en esta línea. Con ello, Elisa Durán ha indicado que constatan "la percepción que existe sobre el mecenazgo por lo que la idea es acercarlo a la sociedad para conservar el patrimonio artístico de nuestro país".
El artista galardonado este año ha sido Asier Mendizabal (Ordicia, 1973) por "la excelencia creativa de su obra, que supone una extraordinaria contribución a la innovación del lenguaje artístico, fruto de una investigación constante que fusiona texto, imagen y forma". Si bien es cierto que se erige como el galardonado más joven de esta categoría el jurado ha considerado que su trayectoria, al igual que los premiados en anteriores ediciones, está "marcada por la originalidad de su propuesta y la apuesta por la innovación, así como la versatilidad, la constancia y la capacidad simbólica de su trabajo". Además, Durán ha subrayado que Mendizabal "ha sabido salir fuera sin olvidar sus raíces". Otra de las características que ha llevado al jurado a seleccionar al artista vasco ha sido su "implicación pedagógica y su implicación en el sector de las galerías".
Mendizabal, que es autor de textos y artículos, ha querido agradecer este galardón porque en ellos existe "la función de prestigiar no solo a quien lo recibe sino también a la propia función que cumplimos". Para él resulta importante proyectar en la sociedad una influencia del medio en el que trabajan. "Nos enfrentamos a una especie de irrelevancia y este premio consigue prestigiar la percepción del arte en la sociedad", ha remarcado. La obra de Asier Mendizabal, que el jurado ha definido como "compleja y exigente", gira en torno a las tradiciones culturales e ideológicas y se verá ahora enriquecida con el libro de artista que realizará con los 20.000 euros (de los 50.000 en total) de dotación del premio.
A Elba Benítez le han querido reconocer su protagonismo en la escena galerística desde hace 27 años. En su caso el jurado ha destacado "la calidad de su programa, que abarca distintos soportes de la producción artística contemporánea -escultura, pintura, fotografía, videoinstalaciones site-specific, performances y acciones colectivas- como muestra de su compromiso con la capacidad del arte contemporáneo de cambiar con fluidez en los tiempos actuales". Además, Benítez ha sido "intermediaria entre artistas y coleccionistas más allá de la mera compra-venta de obra", ha indicado Durán. La presencia de la galerista en diferentes ferias en el extranjero "es muestra de su internacionalización". En este sentido, Elba Benítez ha recordado que "los años difíciles en los que no había cómo mantener a los artistas, siendo ellos el más preciado capital, hicieron que nos fijáramos en otros canales y lugares".
Por tanto, este premio es también "el reconocimiento a toda una profesión y a un equipo que está detrás". No hay que olvidar, prosigue, que la galería es un eslabón importante en la cadena artística que, como entidad cultural, produce riqueza. También es, por supuesto, "un laboratorio de ideas, encuentros y producción aunque los resultados en ocasiones se vean en el futuro". Sin embargo, cree que el papel de las galerías ha cambiado. "Antes tenían una función de asesoramiento que se ha perdido. Ahora el mundo está lleno de asesores de arte, una profesión para la que no se pide currículum, ni experiencia", critica. "La galería explora permanentemente otros canales de expresión artística fruto de la interacción del arte con otras disciplinas, como la arquitectura, el cine, el urbanismo y la producción de proyectos para espacios públicos", añade el jurado. La dotación de 40.000 euros de este premio la destinará a crear un proyecto educativo que estará fuera de los márgenes de la galería.
El último galardonado de la séptima edición ha sido el mecenas holandés Han Nefkens (Róterdam, 1954) por "la labor que desde la Fundación Han Nefkens impulsa, tanto por la calidad de los programas que desarrolla como por el modo de hacerlo". Su modelo de mecenazgo "no tiene sede sino que se mueve por donde están las obras", ha señalado Durán. Además, "su fuerte compromiso con la educación" ha sido otra de las claves para otorgarle este reconocimiento. "Este premio lo veo como un reconocimiento a mi persona, a mi equipo y a las instituciones con las que trabajamos pero, sobre todo, a un modelo de mecenazgo diferente. Somos una fundación flexible, dialogante y nómada", ha apuntado Nefkens. El jurado ha querido resaltar que el mecenas supone "un claro referente, una figura ejemplarizante que contribuye de forma poderosa a transmitir el modelo de mecenazgo transformador y cercano". Aunque a Nefkens la palabra mecenas le parece anticuada y prefiere calificarse como conector e impulsor de proyectos, de su labor destaca el compromiso de compartir sabiduría.
El jurado ha señalado la calidad artística de su colección, cuyas obras forman parte de las colecciones de distintos museos, enfatizando especialmente que se trata de un mecenazgo innovador y singular. En este sentido Nefkens actúa como agente dinamizador: produce obras, crea redes, intercambios y alianzas con museos. "Cuando en el año 2000 empecé a coleccionar supe que quería compartir lo que sabía. Conseguí colaborar con un museo y las piezas que adquiría las llevaba directamente allí. Mi colección no está en casa sino en los museos". Pero Nefkens dio un paso más allá cuando reconoció que incluso a los artistas reconocidos les costaba producir obra nueva. En ese momento empezó a "producir piezas de arte en colaboración con instituciones de arte para tener una plataforma donde mostrarlas", concluye.
En lo que todos han coincidido es en la falta de una educación sólida que vea el arte como algo necesario. Hace falta, opinan, un tejido que aglutine a artistas, galeristas, mecenas e instituciones, que sí existe en otros países. "Es una falta de conciencia y hace falta madurez e independencia. No estoy a favor del sector privado, de hecho, el Estado debería fomentar el arte pero no lo hace de modo que debemos organizarnos y movernos nosotros", cree Nefkens. De esta manera, el artista que representa el presente, el galerista que entra en la ecuación a medio plazo y el mecenas que piensa a largo plazo tienen en sus manos crear el mercado del arte que falta en nuestro país.
@scamarzana