Venancio Blanco

El escultor y dibujante salmantino Venancio Blanco (Matilla de los Caños, 1923) ha muerto hoy tras sufrir un paro cardíaco, a la edad de 94 años. El artista, que inició su carrera a mediados del siglo pasado, tenía una amplia trayectoria profesional en la que había ostentado diferentes cargos y títulos. Fue nombrado Académico de Número de la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando en 1975, director de la Academia Española de Bellas Artes en Roma en 1981 y Miembro Correspondiente de la Pontificia Insigne Academia Artística dei Virtuosi al Pantheom en 1986.



"Su historia es la de una vida entera dedicada a la búsqueda de la belleza", ha declarado el ministro de Educación, Cultura y Deporte, Méndez de Vigo, tras enterarse de su fallecimiento. "Querido en toda España, reconocido también fuera de nuestras fronteras, gran escultor y también gran dibujante, Venancio Blanco nos deja la compañía de dos cosas que no vamos a olvidar nunca: su obra y su ejemplo".



Premio Nacional de Escultura en 1959, el artista vivió durante prácticamente toda su vida en la capital salmantina, ciudad de la que recibió la Medalla de Oro. Allí permanecen algunas de sus obras como los monumentos al vaquero charro, a Gerardo Gombáu, a San Francisco de Asís, o el medallón del Rey Juan Carlos y Doña Sofía ubicado en la Plaza Mayor de la ciudad.



Dos de las esculturas de Venancio Blanco

Venancio Blanco "nos enseñó a repensar el concepto de taller como el lugar donde se sueña y se proyectan los sueños artísticos -ha remarcado el ministro Méndez de Vigo-, a trabajar con ilusión durante toda una carrera profesional, a entender el arte como una búsqueda constante de la belleza a través de todas las múltiples temáticas que enriquecen su obra, o a redescubrir la escultura religiosa en su última etapa artística".



Su obra se encuentra repartida en varios museos entre los que destacan el Museo del Vaticano en Roma, el Museo Nacional de Arte Contemporáneo Reina Sofía o el Museo nacional de El Cairo. Además de una exposición permanente en la Sala de exposiciones de Santo Domingo en Salamanca y de la muestra Una mirada a Cervantes de la Fundación Cajacírculo en Burgos que se inauguraba hoy mismo y que se ha convertido en un homenaje improvisado a la trayectoria del escultor.



Venancio Blanco obtuvo la Primera Medalla en la Exposición Nacional de Bellas Artes en 1960, el Gran Premio de Escultura en la V Bienal de Arte de Alejandría en 1963, la Medalla de Oro en la IV Bienal de Arte Sacro de Salzburgo o el Premio Castilla y León de las Artes en 2001, entre algunos de los numerosos galardones recibidos a lo largo de su carrera. Tras su muerte deja varios encargos por finalizar, como un retablo en la Iglesia del Carmen de Abajo de Salamanca que iba a ser su última obra.