La Fundación Joan Brossa abre un nuevo espacio en Barcelona, Espai Brossa, para convertirse en un lugar de creación y reflexión para nuevas generaciones de artistas. La encargada de inaugurar el espacio con una intervención compuesto por tres partes ha sido Alicia Kopf.

Dice Alicia Kopf (Girona, 1982) que el lenguaje de Joan Brossa (1919-1998) está en nuestro sustrato cultural de tal manera que ni nos damos cuenta. La publicidad, sigue, también se ha nutrido de ello y su influencia reside no solo en la interdisciplinariedad sino también en el espíritu de juego y vanguardia que él propició y que aún permanece en el arte contemporáneo barcelonés. Es en Barcelona, de hecho, donde el nuevo Espai Brossa abre las puertas con una intervención de la artista y escritora que cosechó unas inmejorables críticas con su novela Hermano de hielo.



"Con la llave en la boca", diría Brossa. Así se abre este nuevo espacio que surge con el objetivo de convertirse en un lugar de creación y reflexión para nuevas generaciones de artistas. Kopf ha sido la encargada de llenarlo de un contenido que se puede resumir con la frase "somos enanos a cuestas de gigantes", de Bertrand de Chartres. El edificio, reformado por la arquitecta Meritxell Inaraja, formó parte de la Real Fábrica de la Moneda de la Corona de Aragón en Barcelona, la Seca, donde se acuñaba moneda desde el 1441 hasta el 1849.



Ahora "es un espacio diáfano con mucha altura y un lateral que, aunque aún está vacío, va a ser biblioteca". De momento las estanterías blancas que ocupan la pared de arriba hasta abajo Kopf las ha ocupado con pequeños montones de confeti haciendo alusión a que la literatura es fiesta y vida, no tan solo archivo de experiencia y conocimiento. "Esa futura presencia de libros está muy marcada por lo que requería una intervención respetuosa con el espacio y su arquitectura", explica.



Por eso, la artista ha ideado un trabajo compuesto por tres partes con la "presencia de los cuerpos y el texto". Quería, más bien, "activar un espíritu que ahora mismo no tiene casa y está dormido". La primera pata de esta apertura tiene que ver con el teatro inmersivo, una intervención en la que los textos de Brossa van a ser susurrados en el espacio público. Los viandantes que transiten cerca del edificio los escucharán pero, debido a que "no hay una línea clara entre realidad y ficción, este va a ser polinizado por el espíritu de Brossa sin tener una idea clara de lo que está pasando", detalla Kopf. A lo largo de un recorrido pactado los actores recitarán algunos de sus versos más característicos que son, al mismo tiempo, "coloquiales".



Ya dentro del edificio de la calle La Seca un grupo de 'falconers' conjugará sus cuerpos para crear geometrías y letras. Esta práctica, derivada de los tradicionales castellets, "han evolucionado una técnica con la que pueden realizar torres y formas que recuerdan al abecedario", convirtiendo sus cuerpos en una especie de poesía visual que enlaza directamente con el estilo brossiano. No estarán, sin embargo, solos ya que el paisaje sonoro y electrónico de Laura Llaneli los acompañará durante sus acrobacias.



Brossa y la invitación al juego

En su primera visita al espacio vacío Kopf lo tuvo claro: la intervención tendría que girar en torno a la palabra y la imagen para aludir a Brossa, cuya obra forma parte "del árbol genealógico" artístico de la escritora. Sobre todo, incide, en "la posibilidad de abrir fronteras y puentes entre disciplinas que parecían separadas, además del espíritu de juego y la cuestión visual y gestual". En Brossa se unen tanto el arte como la escritura, algo que Alícia Kopf combinó en su libro Maneras de (no) entrar en casa. Para ella suponen dos metodologías diferentes que se retroalimentan entre sí.



Una "está basada en un trabajo sintético y la otra tiene que ver con desplegar las intuiciones", dice y, por eso, le resulta "útil trabajar primero con la imagen para luego desplegar esas intuiciones en forma de texto. Pero no de forma ilustrativa sino entendiendo la especificidad de cada lenguaje". En ocasiones, cree, trabajar ambas lleva a pensar en un trabajo ilustrativo cuando, para ella, se trata de "respetar los dos lenguajes" conociendo sus puntos en común y sus divergencias.



Cuando Alícia Kopf se sumerge en nuevos proyectos artísticos trabaja "con necesidades más que con deseos". Es decir, su forma de desarrollarlos parte de ideas que le son importantes expresar "porque hay una urgencia emocional y social". Sin embargo, en este caso ha tenido que cambiar el registro y elaborar un proyecto "desde el deseo, una invitación al juego y al diálogo", explica. En ese sentido la investigación ha sido clave y llegar a los 'falconers' conllevó su tiempo de búsqueda.



No obstante, la investigación, ya lo dijo Brossa, es "un viaje a lo desconocido, una inmersión en el espejo de la imaginación".



@scamarzana

Programación del Espai Brossa

- Domingo 13 de mayo a las 18:00 Promenade. En el marco de la semana Barcelona Poesia, Ester Xargay (miembro del Centre d'Estudis Joan Brossa de la Fundació) ha diseñado un homenaje a Carles Santos (primer presidente simbólico del Centre d'Estudis Joan Brossa junto a Pere Portabella, y ahora Hermann Bonnin). La performance consiste en una relectura de Promenade Concert, del propio Santos. Será un acto participativo que se realizará en diferentes espacios dentro y fuera de diversas instituciones culturales próximas (el Espai Escènic Joan Brossa; Museo Picasso; Museo de las Culturas; carrer Flassaders; carrer Montcada; etc.) y termina con una traca final en La Seca 2, nueva sede de la Fundación.



- Martes 29 de mayo a las 19:00: Mig segle de poesia catalana. Del Maig del 68 al 2018. Concentración de poetas con motivo de la presentación de la antología de poesía catalana publicada por la editorial Proa y a cargo de Vicenç Altaió y Josep Maria Sala-Valldaura. Apertura a cargo de Josep Lluch, editor, y presentación por Àlex Broch, Jordi Cornudella y Maria Sevilla.



- En otoño de 2018 Arte y locura. Joan Albiols, psiquiatra humanista . La primera exposición que podrá verse en el Espai Joan Brossa es una muestra que presenta la estrecha relación entre locura y conocimiento, entre psiquiatría y arte, entre enfermedad y creación. El fondo de dibujos de art brut y de retratos de pacientes, al lado de obras de arte como Miró, Dalí, Tàpies, Brossa o Perejaume, procede de la colección particular del doctor Joan Obiols. Además de la amistad con Joan Brossa, esta exposición representa un testimonio de la cultura de posguerra protagonizada por jóvenes como Joan Brossa o Antoni Tàpies que se encontraban frecuentemente en el salón del doctor Obiols.