La Casa Encendida. Ronda de Valencia, 2. Comisario: Ignacio Cabrero. Hasta el 28 de abril / Sala Amadís (Injuve). Ortega y Gasset, 71. Madrid. Comisarios: Manuela Pedrón Nicolau y Jaime González Cela. Hasta el 1 de marzo
Lo reconozco. En cada nueva entrega de Generaciones siento un hormigueo en el estómago. Sí. Ha habido años más sorprendentes que otros (van ya 19). Pero de todos, o casi todos, me he vuelto a casa con algún nombre nuevo. En este, con dos participantes menos, mis “descubrimientos” son Susanna Inglada y Saelia Aparicio. Saelia (Valladolid, 1982), a la que ya vimos en DA2 con una serie de dibujos que saltaban del marco a la pared y de la pared a paneles escultóricos, ha creado ahora en la Casa Encendida un espacio aséptico, entre laboratorio y nave espacial, que es maravilloso. Combina en sus esculturas objetos fetiche y productos de limpieza -friegasuelos, plumeros, tacones... objetos cotidianos de nuevo- con los que nos habla de conceptos morales asociados a la limpieza y la feminidad. Poco después Sussana Inglada (Banyeres del Penedès, 1983), otra artista que ha desarrollado su carrera fuera de España, lleva las dos dimensiones al extremo con su dibujo expandido en un proyecto redondo. Paneles, wallpapers -uno de ellos con una danza macabra muy matissiana-, figuras (de papel) colgadas del techo y la pequeña animación que asoma en una de las uñas, un claro guiño a William Kentridge. Se suceden en esta pieza tan teatral los gestos y las expresiones forzadas de los cuerpos y los rostros.
Ha vuelto, además, la pintura a Generaciones con Ana Barriga (Jerez, 1984) -en los últimos años los pintores que han pasado por aquí se pueden contar con los dedos de una mano-. Raisa Maudit (La Palma, 1986) ha creado un espacio en el que se concentran las inquietudes que siempre le han acompañado (el espiritismo y la música clásica mezclados con elementos populares), y Lucia P. Moreno (Basilea, 1982), del colectivo Momu & No es, aquí a título individual, despliega su característico imaginario en un pieza audiovisual que habla con humor de nuestra generación, con tantas capas y rápidas asociaciones de imágenes que sólo puedo recomendar sentarse a verla.
En Injuve, los comisarios de esta nueva edición han hecho un estupendo trabajo subsanando desaciertos de convocatorias anteriores. Los espacios becados ya no forman parte de la muestra (gracias, porque esta manía de tener que hacer de todo una exposición es agotadora) y han desdoblado los 14 proyectos ganadores en dos exposiciones que se van a suceder en el tiempo y que acomodan mejor las propuestas a su pequeña sala. Ganan aquí los displays -estructuras con las que se presentan las obras en el espacio- y una estética cercana en muchos casos a la Ciencia Ficción. Me quedo con la video-instalación de Abel Jaramillo (Badajoz, 1993), un artista a tener en el radar. Trabaja con materiales de archivo, fotografías y video, y se centra en la historia de un guión firmado por Felix Guattari y Robert Kramer que nunca llegó a ser película. También merece una mención el libro de Claudia Pagès (Barcelona, 1990) Her Hair, del que ya hablamos en estas páginas cuando presentó una parte del proyecto en Yaby -espacio madrileño, por cierto, premiado también en esta edición de Injuve- porque es bonito que una publicación de pie a las piezas -ganchos de bioplásticos y una estructura de madera-, y no al revés.
En las dos muestras predomina lo instalativo: esculturas, dibujo expandido, telones, videos y audios presentados en modernos displays (atentos, que es tendencia). Injuve tira más hacia el futuro, lo digital, la pérdida de privacidad en Internet, o teorías conspiranoicas como el terraplanismo. Y en Generaciones hay, quizá, una mayor preocupación por el presente, abordando cuestiones como la situación de la mujer, el éxito/fracaso laboral y la construcción de las identidades nacionales. La muestra de la Casa Encendida no les dejará indiferentes, reúne a una generación de artistas viva y anclada en su tiempo, aunque las estéticas empleadas no sean para todos los gustos. Acérquense y descúbranlo.