La historia es la siguiente: Susana se está bañando en el jardín de su casa. Piensa que está sola porque su marido ha salido. De pronto se da cuenta de que hay alguien y es asaltada por dos miembros del Consejo de Venecia, dos ancianos que, después, intentan acusarla de adulterio. Sin embargo, finalmente los lapidados son ellos. Esta escena que recoge el capítulo XIII del libro del profeta Daniel es la que nos cuenta Susana y los viejos, un lienzo que Peter Paul Rubens pintó a una edad temprana y que la Academia de Bellas Artes de San Fernando adquirió, siendo una de las primeras obra de la colección, en 1778.

Desde entonces ha estado en el museo de la academia, lugar del que nunca ha podido salir. Ahora, gracias a los 10.000 euros que ha donado la Fundación Callia, el cuadro ha recuperado sus colores originales, el cromatismo y la expresión enérgica del maestro de Amberes. La limpieza y la reintegración de la capa pictórica han sido las labores más importantes de esta primera parte del estudio. Las dos restauradoras, Silvia Viana y Judith Gasca, también han devuelto el color dorado original al marco y han descubierto que se trata de una talla floral y no una superposición.

Carmen Reviriego, presidenta de la Fundación Callia, ha querido reconocer la importancia de los mecenas en el mundo del arte. La donación, de hecho, procede de los invitados a la gala de entrega de los Premios Iberoamericanos de Mecenazgo. "Cuando la academia nos solicitó ayuda para restaurar la obra no lo dudamos. Rubens fue el artista más internacional de su tiempo. Viajó mucho y nuestra iniciativa gira en torno a la internacionalización", ha incidido.

El primer paso fue realizar un análisis para determinar la estabilidad y el estado de conservación del soporte, formado por cuatro tablas muy pesadas que hacían complicado su traslado. Dadas las circunstancias las restauradoras tuvieron que realizar la limpieza en la misma sala donde se exhibe, de cara a los visitantes. Las radiografías que se han hecho de la pintura han mostrado las diferentes capas de suciedad de la pintura y ese óxido amarillento que le acompañaba ha sido retirado. "Las contaminaciones más antiguas –asegura José María Luzón, director del museo- suelen ser carbones, causa del humo".

Los análisis a los que se someten las obras de arte antes de pasar a ser restauradas también suelen revelar secretos del proceso de creación. En este caso, se ha podido ver que Rubens empezó su trabajo con los colores blancos y acabó con el resultado que ahora se puede ver.

Ahora es el turno de una segunda intervención con la que se podrá "descolgar para poder analizarlo por detrás". El objetivo es "terminar de consolidar la obra para que no solo pueda verse aquí", ha hecho hincapié Luzón. Hasta la fecha "las tablas no se han tocado aunque sí se hizo algún intento. Tenemos que analizar la madera así que el estudio de su parte trasera nos dará la información que necesitamos", asegura. Además, "todo lo que se pueda se hará en la sala para que el visitante del museo puede verlo".

"Esta pintura es una de las diez más relevantes de la colección. Para nosotros es importante que se pueda ver y que esté en perfectas condiciones para ser mostrada en exposiciones fuera de España", ha indicado Luzón. Susana y los viejos fue adquirida por orden de Carlos III en 1778 con el objetivo de influir en la formación de los jóvenes artistas. Actualmente, la colección de la Academia de Bellas Artes de San Fernando está compuesta por trece pinturas de Goya, obras de maestras de Arcimboldo, Zurbarán, Ribera, Cano, El Greco, Vicente López, Madrazo, Sorolla, Vázquez Díaz, Juan Gris o Picasso. A esto se añade su rica colección de escultura, sus más de 15.000 dibujos y un número superior a las 8.200 planchas de la Calcografía Nacional. Sin embargo, este museo no está tan concurrido como otros y al año suman alrededor de 100.000 visitantes.

@scamarzana