Parece que en España el asociacionismo no cuenta con la presencia y el peso que tiene en otros países. "Somos un país de individualidades en el que no tenemos una tradición de trabajar conjuntamente y cualquier iniciativa cuesta sacarla adelante", explica Isabel Durán, presidenta del Instituto Superior de Arte (IAC) y directora, junto a Jaime Sordo, de El sector profesional del arte contemporáneo y el coleccionismo. Un futuro mejor a través del diálogo y el debate. Patrocinado por la Fundación Banco Santander, el curso se celebra en la Universidad Menéndez Pelayo en paralelo a la feria Artesantander.

Aunque "poco a poco va teniendo más fuerza", estamos lejos de otros países con una tradición más fuerte como el Reino Unido, “donde se llevan reuniendo desde los clubes del XIX. Ahora allí este tipo de organizaciones están institucionalizadas”. Por eso, Durán cree que en España también debería de "haber un organismo que aúne a los profesionales como en el cine, pero estamos lejos de ello". Pero, ¿por qué le cuesta más al arte que al cine? "Porque este último tiene más tradición, mueve presupuestos más altos y es un sector más estructurado", opina.

El problema del mundo del arte contemporáneo para Durán es que "está muy atomizado" y Jaime Sordo asegura que en España "no hay cultura de asociarse y menos en el coleccionismo, un sector individual y poco colectivo en el que las colecciones son de tipo genérico y muy diferentes entre sí". De modo que, durante los tres días que dura este curso, que toma forma de mesa de trabajo colaborativo en la que se debatirá cómo profesionalizar y mejorar la realidad del arte contemporáneo en España, participarán diversos agentes del sector en jornadas divididas de manera temática. 

Los artistas Concha Jerez, Antón Patiño o Bárbara Rueda, la galerista Pilar Serra, los coleccionistas Candela Álvarez Soldevilla, Lola Garrido, Jaime Sordo o Elisa Hernando y Javier Hontoria, director del Museo Patio Herreriano de Valladolid, y Benjamin Weil, director artístico del Centro Botín, abordarán cómo se pueden crear vías de colaboración para reforzar, profesionalizar y mejorar la realidad del arte contemporáneo en nuestro país. 

Para ello, en 2011 el IAC redactó "un código de buenas prácticas que no queremos que tenga carácter normativo pero sí que sea ejemplarizante", recuerda Durán. Su objetivo es facilitar y ayudar al sector a profesionalizar las relaciones internas para fortalecer las estructuras en las que se apoyan los protagonistas del arte. "Tenemos que valorar que somos un país con un patrimonio importante que debemos cuidar y que los artistas son el futuro de ese legado pero de momento no tenemos la capacidad de conseguir esa estructura", advierte Durán. Es más, "si hubiéramos sido más fuertes no hubiera pasado lo que ha ocurrido con Rafa Doctor en Andalucía", se lamenta.

Cuando pusieron en marcha ese código deontológico aún no existía la Asociación de coleccionistas privados 9915, cuya creación en el año 2012 fue un momento clave para la organización del sector. "Entonces, un grupo de amigos pensábamos que hacía falta un componente social que participara en la escala de valores del sector. ¿Por qué no podíamos convivir con otros agentes?", se pregunta Sordo. "Se nos trataba como protectores del arte porque somos los que compramos las obras pero esa no era nuestra idea", apunta.

En el momento de su fundación eran 12 socios y ahora, tras siete años de trabajo, son 90 y su compromiso sigue intacto. "Las colecciones son individuales pero tienen un valor y tenemos que facilitar las obras para su uso cuando se las necesite", asegura. Por eso, 9915 también surgió para dar un servicio a los coleccionistas y poder mejorar sus condiciones en cuestiones como seguros o transporte. En este sentido, Isabel Durán asegura que la labor de los coleccionistas, que no tienen por qué ser profesionales del sector, "es importante no solo por la compra de arte sino porque generan iniciativas con las que crean contexto y una actividad cultural paralela que enriquece el panorama en nuestro país".

Por eso, "las asociaciones pueden servir como puente entre diferentes agentes del arte", y trabajar juntos es una manera de "estar cohesionados y conseguir presencia. Se trata de ir haciendo ver que hay que fortalecerlo porque el arte es enriquecedor y forma parte de nuestro patrimonio". A pesar de que el sector se está profesionalizando el arte contemporáneo "no está en ninguno de los programas de los partidos políticos. Por eso, la labor de las asociaciones es que se entienda que el arte es necesario". Las seis mesas de diálogo que se han planteado intentarán abordar, por tanto, todos los retos hay por delante e intentarán dilucidar esa guía de las relaciones del coleccionismo con el sector del arte contemporáneo.

@scamarzana