La situación geográfica y climática de la que goza Marbella ha hecho que sea una ciudad turística en la que se reúnen miles de turistas durante la canícula. Pero desde hace cinco años la ciudad de la Costa del Sol también se ha convertido en punto de encuentro de artistas, galeristas y coleccionistas que llegan al calor de Art Marbella, la cita con el arte moderno y contemporáneo que se celebra del 30 de julio al 3 de agosto en el Palacio de Ferias, Congresos y Exposiciones de la ciudad. Con la participación de 37 galerías nacionales e internacionales esta quinta llega para confirmar su consolidación en la zona. 

Alejandro Zaia, director de la feria, apunta que hay dos tipos de público: por un lado el público español y latinoamericano que acude invitado por la organización de la feria al programa paralelo de coleccionistas, "al que se puede ver también en otras ferias". Por el otro, el asistente local (el que vive o veranea allí), europeo (inglés, sueco, alemán) y el de medio oriente. Este es el que ha empezado a repetir destino vacacional para coincidir con la feria.

Su tamaño ha propiciado que algunos compradores hayan empezado sus colecciones aquí. "Ha sido un crecimiento orgánico. La feria ya no es una novedad así que podemos hablar de consolidación", asegura Zaia. Desde que Art Marbella comenzó su andadura ha incorporado a una veintena de nuevos compradores al mercado. Si bien es cierto, asegura, que no se trata de un perfil "experto", sí es "muy ávido en aprender y conocer". En este sentido, sostiene, "es una feria amable porque no establece una distancia con el comprador". 

Una de las novedades de esta edición es el nuevo formato expositivo con el que los stands "se atraviesan unos a otros". El objetivo es claro: mostrar las obras en un espacio similar al que se encontrarán una vez encuentren a su futuro dueño. La idea fue de los directores artísticos que concibieron hace unas semanas Marbella Design en el mismo recinto y que favorece el tránsito del público y, por lo tanto, la visibilidad de los proyectos especiales, característica que perfila Art Marbella desde sus inicios.

Pepe Cobos: 'Lurigancho VIII'

Entre ellos, destaca A través del tiempo, proyecto que lleva la firma de Violeta Janeiro, “una de las mejores comisarias jóvenes de España”, apunta Zaia, que pone a los artistas emergentes Olmo Blanco, Juan del Junco, Nuno Sousa Vieira y Liu Dao "a dialogar entre sí". Esta sección, localizada a la entrada del recinto, presenta unos trabajos que contradicen las lógicas que premian la inmediatez. Mientras tanto, en la sección general podemos encontrar Entre Lurigancho y Badohi, La Lana Vive, donde se muestran "obras de Irene Infantes y Pepe Cobo hechas con textiles en las cárceles peruanas", explica el director. Infantes recupera la tradición de la lana para potenciar su valor histórico con unos diseños contemporáneos y Cobos expone una serie de tapices en la que algunos fragmentos extraídos de los mantones de manila reflejan la mezcla de culturas a la que históricamente estamos sometidos.

Zaia también hace hincapié en All about eve, un proyecto que reúne el trabajo de la fotógrafa Maryam Eisler y la pintura semi abstracta de Kamran Diba. Se trata de unas obras nunca vistas de dos coleccionistas que también son artistas. Ambos estarán durante los días de la feria para explicar el proceso de "un coleccionista devenido también en artista", cuenta el director. Y el fotógrafo Jesús Chacón presenta Miradas de una ciudad, una serie de imágenes en la que pintores, músicos, cineastas, actores, atletas y escritores posan frente a su cámara para configurar el paisaje creativo marbellí.

@scamarzana