Stop vuelvo pronto stop. CentroCentro
Plaza de Cibeles, 1. Madrid. Comisaria: Ana G. Alarcón. Hasta el 12 de enero
Después de la efervescente actividad que desata el inicio del curso, me parece interesante tomar aire y visitar un espacio que, esta vez, no se ha unido a esta dinámica exhaustiva. CentroCentro está marcando líneas de acción identificables en el último año. Una de ellas, a cargo de la comisaria Ana G. Alarcón, es 'Aprendizaje Colectivo', que propone acciones con diferentes grupos para el intercambio de conocimientos a través de las propuestas de los artistas.
La matriz de este proyecto, que arrancó con Memelismos de Juanli Carrión, ya está en la sala, lista para comenzar las actividades en octubre. En Stop vuelvo pronto stop Linarejos Moreno (Madrid, 1974) realiza un recorrido por la historia del telegrama que conecta con el origen de la sede como Palacio de Comunicaciones. La artista, tras una labor documental buscando mensajes (1945-1980), ha catalogado las tipologías más habituales: aniversarios, nacimientos y defunciones, SOS y viajes. Estas serán las temáticas sobre las que se trabajará en los talleres que reflexionarán sobre el hecho comunicativo. En ellos propondrán nuevos textos que serán codificados en Morse y transcritos en las grandes telas de arpillera. Con una imprimación en blanco sobre la que dibuja una planilla, los lienzos están esperando ver qué quieren comunicar estos colectivos.
Queda clara la vocación de la institución de abrirse y colaborar con todo tipo de visitantes, con la idea de que en el compartir experiencia y reflexión se crea la base para la construcción de lo colectivo. En ese sentido, la creación de códigos artísticos que se abren al diálogo es un camino de gran interés. La formalización de Linarejos es clásica y con un diseño cuidado, siguiendo su línea de rescate de elementos industriales y la fotografía de archivo. Es amable y recuerda a la abstracción más conocida y asumible junto a un transmisor morse o los telegramas antiguos. Imagino que será un punto de arranque que facilita la experiencia. Se echa de menos un guiño a lo digital: si bien el proceso experimenta con otros tiempos de la escritura, el resultado podría correr el riesgo de quedarse atrapado en el clasicismo pictórico. El 14 de diciembre habrá una performance de lectura de los nuevos telegramas transcritos y será un buen momento para valorar este proceso abierto. ¿Qué tipo de reflexiones generarán las nuevas misivas?
Soledad Gutiérrez, directora del centro, señala el reto que supone generar actividades de pensamiento crítico desde este espacio tan identificado con funciones municipales que hace que no sea un lugar “en blanco” dentro del imaginario de la ciudad. Podemos seguir enviando telegramas desde la oficina que funciona en el lateral del edificio o directamente desde la página web de Correos “con constancia firmada de su entrega y plena validez legal” que garantizan que lo que lee el receptor es lo que el remitente ha dicho literalmente. En estos tiempos de idas y vueltas, quizá fuera útil recuperar su uso para fomentar la escucha / lectura atenta.