Puede que el nombre de Jane Clifford suene un tanto extraño, lejano, desconocido. Apenas hay datos sobre su vida: no se sabe cuándo ni dónde nació, tampoco se conoce la fecha de su muerte ni se le pone rostro. Sí se sabe, sin embargo, que fue la encargada de fotografiar el Tesoro del Delfín por encargo del museo South Kensington de Londres (actualmente Victoria and Albert Museum). 58 de aquellas fotografías del siglo XIX se exponen ahora en Jane Clifford. El Tesoro del Delfín en el Museo Universidad de Navarra, que adquirió las instantáneas en dos subastas en 2011 y 2018.

Pongamos en contexto la trayectoria de Clifford: estaba casada con Charles Clifford, un fotógrafo británico afincado en Madrid desde 1850 al que asistía como ayudante. Ella conocía bien el medio y cuando él muere el 1 de enero de 1863 recoge el testigo de su atelier y de todos los negativos que este había dejado sin revelar. En septiembre de ese mismo año la pinacoteca londinense, que tenía a John Charles Robinson como conservador, contacta con Jane para encargarle una serie de fotografías del Tesoro del Delfín, que forma parte de la colección del Museo del Prado. Unos años antes “le habían pedido a Charles Thurston Thompson fotografiar algunas piezas del Museo del Louvre", cuenta Mario Fernández, comisario de la exposición.

El objetivo era “reunir un archivo fotográfico con imágenes documentales de obras de arte”, afirma el comisario. Charles Clifford había retratado con mucho éxito a Victoria de Inglaterra, conocía al director del museo y estaban en contacto. A pesar de que no se sabe si el encargo originalmente era para Charles o para Jane, fue ella quien acometió el trabajo. “La técnica de la época era el colodión húmedo, que era bastante complicada, y el positivado”, asegura Fernández. Además, “los negativos de entonces tenían poca sensibilidad y se necesitaba mucha luz por lo que pensamos que estas instantáneas se pudieron tomar en el exterior o al lado de una ventana”. La segunda teoría cobra fuerza porque “en algunas se reflejan edificios y las sombras son tan duras que recuerdan a la luz del sol”.

"Jane Clifford. El tesoro del Delfín"

Este corpus fotográfico, el primero de este tipo realizado en España por una mujer, es, según Fernández, importante por tres motivos. El primero por el material fotografiado: tras la muerte del Gran Delfín en 1711 su hijo Felipe V, primer rey Borbón español, heredó un conjunto de 169 obras. Los vasos de cristal de roca y piedras ornamentales, procedentes de diferentes lugares y épocas, son un ejemplo de los tesoros dinásticos europeos tanto por su calidad como por su valor artístico. Minerales escasos como cristal de roca, ágata, lapislázuli, esmeralda y jade eran adquiridos en los confines del mundo pero su nacimiento como obras de arte tenía lugar en talleres del Renacimiento y el Barroco a mano de grandes artistas. “Era considerado un tesoro dinástico, no se podía vender y tenía que pasar de heredero en heredero. De hecho, esta afición casi lo arruinó”, recuerda Fernández.

El segundo tiene un carácter artístico y es que “es uno de los primeros trabajos fotográficos de un conjunto de obras”, y, como colofón es que está realizado por “una mujer, la primera que admiten como socia en la Sociedad Francesa de Fotografía (en 1856) y, por tanto, la primera noticia que se tiene de una mujer fotografiando en el Museo del Prado”.

¿Quién era Jane Clifford?

Como hemos apuntado al principio son pocos los detalles que se conocen de Jane Clifford. “Desde que se trasladan a España trabaja ayudando a su marido. Era algo frecuente que las mujeres colaborasen de ese modo y que hubiera una firma comercial bajo su nombre”, sostiene Fernández. Cuando Charles Clifford muere ella sigue realizando las mismas tareas, no cambia el nombre del estudio y sigue usando el mismo sello porque este había logrado tener un prestigio.

Además del encargo de la pinacoteca londinense son pocas las muestras que se conservan de su trabajo. “Existe un referencia a 10 fotografías realizadas para el South Kensington Museum pero no han sido identificadas. Lo que probablemente hizo fue retratos de estudio en formato tarjeta de visita. Pero Clifford se trae a sus ayudantes de Inglaterra. De modo que el trabajo del estudio no hay que entenderlo como una actividad individual sino como algo grupal”, apunta.

Así, la fotógrafa no quedó en un segundo plano económico, las evidencias demuestran que trasladó su estudio a la calle Mayor de Madrid. “Se encargó de editar las fotos de su marido en una publicación llamada Álbum Monumental de España en el que publicaba material sobre el patrimonio arquitectónico ilustrado con fotografías”. Hasta 1868 se cree que estuvo al frente de este proyecto pero a partir de 1885 se pierden todas las pistas. En la Sociedad Francesa de Fotografía consta que tras su paso por Madrid residió en París pero deja de pagar sus cuotas ese mismo año. Quizá “por enfermedad”. O por fallecimiento. Nadie lo sabe con seguridad.

Por eso, Mario Fernández afirma que el objetivo del Museo Universidad de Navarra es, además de dar a conocer sus fondos, “aportar datos sobre Jane Clifford y abrir vías de investigación porque la muestra plantea interrogantes como para seguir investigando en torno a su figura”.

@scamarzana