Más de 80 obras de 39 artistas contemporáneos componen la donación que ha recibido la Fundación Museo Reina Sofía. Este hecho supone un importante avance para la colección del museo y el proyecto de investigación que se está llevando a cabo sobre los movimientos artísticos surgidos en América Latina desde la década de los 60 hasta la actualidad, especialmente en el Arte Mesoamericano y la creación de artistas contemporáneos mayas, y en el eje artístico del Mediterráneo.
Las obras, que serán depositadas en el Reina Sofía para pasar a formar parte de su colección, engloban desde las últimas décadas del siglo pasado hasta la actualidad, prestando especial atención a las creadas en la última década de artistas como Fernando Bryce, Ana Mendieta, Marta Minujín, Claudia Coca, Asier Mendizabal, Benvenuto Chavajav, Karlos Cárcamo, Natalia Domínguez, Antonio Pichillá, Kutluğ Ataman o Nil Yalter.
El conjunto de obras provenientes de la Colección Jorge M. Pérez contribuye a dar sentido a la creciente incorporación de artistas de origen latinoamericano a los fondos del Museo Reina Sofía. Refuerza, también, el proyecto de investigación sobre los diferentes conceptualismos del Sur al incorporar nombres históricos que no estaban en la colección, como pueden ser los de Fernando Bryce, Jorge Eduardo Eielson, Eugenio Dittborn o Juan Carlos Alom, uno de los principales renovadores de la fotografía contemporánea cubana. Por su parte las piezas de Ana Mendieta y Marta Minujín completarían la presencia de nombres imprescindibles de la historia del arte latinoamericano, nombres que, además, nos permiten ampliar los cánones hegemónicos hacia el feminismo, abriendo la posibilidad de trazar nuevas líneas en sus genealogías y desarrollos.
El peso de las prácticas críticas en la colección es notable siendo el activismo una de las zonas comunes en el conjunto de piezas: de una manera más sutil o críptica, como en el caso de Dittborn o de los recientes dibujos a carboncillo de Claudia Coca, o retratando directamente personajes reales, con sus problemáticas individuales pero también colectivas, como en las imágenes de Jonathas de Andrade o Juan Carlos Alom. De manera más explícita se evidencia en Magdalena Jitrik o en el mural colaborativo de Marcel Dzama y Raymond Pettibon, una de las piezas más significativas del conjunto.
Gracias a la donación de Mario Cáder-Frech, centrada en la creación de artistas contemporáneos mayas y en artistas salvadoreños, el Reina Sofía se convierte en un referente internacional en el Arte Mesoamericano ofreciendo la colección más completa de este género en nuestro país. Destacan, de entre todas las obras donadas, las de Walterio Iraheta, Guadalupe Maravilla, Simón Vega, Marilyn Boror, Edgar Calel, Benvenuto Chavajay, Manuel Chavajay, Antonio Pichillá, los hermanos Ángel y Fernando Poyón o Carlos Mérida.
En lo que a la creación de artistas contemporáneos mayas se refiere es importante la incorporación de los trabajos de Marilyn Boror y Edgar Calel, artistas de origen Maya de gran proyección en la escena artística contemporánea guatemalteca y mesoamericana. Otra de las figuras más internacionales del panorama guatemalteco es Benvenuto Chavajay, que se incorpora con tres obras que constituyen un conjunto clave en la trayectoria del artista en la que la performance tiene especial relevancia. A través de la recuperación de modelos ancestrales de la cerámica maya, y del componente de registro de la memoria que esta práctica objetual ha mantenido en su cultura, Manuel Chavajay reconstruye un relato de la violencia del presente.
Partiendo de una investigación interdisciplinar, el artista de la etnia Maya Tz`utujil, Antonio Pichillá, parte de una reflexión estética en la que el discurso etno-racial local interpela la relación ambivalente modernidad/colonialidad como las dos caras de un mismo proceso histórico. Por otro lado, la obra de Ángel y Fernando Poyón es un conjunto heterogéneo de documentos y objetos que en su propia reunión señalan la arbitrariedad y el absurdo de la mirada que exotiza a las culturas indígenas. Las obras de la Colección Poyón (2014-2017) que llegarán son un ejemplo paradigmático de las estrategias de sentido decoloniales que están tomando fuerza en el arte contemporáneo de la región mesoamericana como parte de la conciencia crítica en las emergentes generaciones de artistas.
En la parte de la creación de artista salvadoreños destacan Karlos Cárcamo, Walterio Iraheta, Guadalupe Maravilla, Antonio Romero, Natalia Domínguez y Simón Vega. Por otro lado, el eje mediterráneo se refuerza con la incorporación de las obras de los artistas turcos Kutluğ Ataman y Nil Yalter y el artista libanes Abu Hamdan donados por Francesca von Habsburg y MercedesVilardell.
La coleccionista Patricia Phelps de Cisneros, nos acerca con sus donaciones, a la poesía y el arte visual salvadoreño. Además de la obra de Antonio Pichillá, Phelps de Cisneros también ha donado obras de los artistas Ernesto Bautista y Abigail Reyes. El trabajo de Bautista es una constante colisión entre poesía y realidad social que enfrenta imagen y palabra mientras que en Poesía popular, Abigail Reyes extrae frases de conversaciones cotidianas que luego deja sobre las paredes a modo de grandes y provocadores murales, a menudo en espacios públicos.
La selección de obra de Ramón Alva de la Canal que ha donado Juan Antonio Pérez-Simón, ilustran algunos de los momentos más importantes del estridentismo, por un lado, dos grabados para dos de los textos más importantes del grupo: El pentagrama eléctrico de Salvador Gallardo y El movimiento estridentista adelante de Germán List Arzubide. El tercer grabado refleja el tipo de arquitectura expresionista/futurista que favorecía Alva de la Canal en sus representaciones. La donación se completa con dos dibujos relacionados con la revista Horizonte, la tercera revista del grupo tras Actual e Irradiador.
También la biblioteca se enriquece con la llegada a sus fondos de 15 publicaciones diseñadas por el artista Cruz-Fiez donados por Diana Lopez y Herman Sifontes a través de la Fundación Archivo Fotografía Urbana. Esta donación no sólo contribuiría a completar la poliédrica figura de Cruz-Díez en las colecciones de la biblioteca del museo, sino que constituye un ejemplo vivo de la evolución del diseño venezolano en particular, y de la transformación de las industrias gráficas en general.
Otro de los artistas que se incorpora es Moisés Barrios con su obra Banana Absolut. El tema de las bananas ha sido sinónimo de compromiso de revisar la historia de Guatemala, sus procesos de colonización y sus respectivas contradicciones en la contemporaneidad. En este sentido, la obra de Barrios continúa insistiendo sobre la toma de conciencia de ese pasado de invasiones para cuestionar y entender el origen de los clichés del Ser tropical, contenidos en conceptos como el manido “repúblicas bananeras”. Por último, los artistas Rolando Castellón y Luciano Figueiredo donan dos piezas claves en su trayectoria artística. Además de las donaciones, la Fundación ha decidido comprar para el Museo una serie de obras de los artistas guatemaltecos Moisés Barrios y Jorge de León.