«Empecé pintando con pintura pero, como decía Breton, se puede pintar con objetos», contó en una ocasión. Premio Nacional de Artes Plásticas de España, Carmen Calvo (Valencia, 1950) ha sido galardonada hoy con el Premio Internacional Julio González que otorga el IVAM como referente internacional del arte contemporáneo valenciano. Un reconocimiento que busca visualizar aún más la aportación de su obra al arte y resituarla “como creadora multidisciplinaria, con una capacidad brillante de uso y mezcla de materiales muy diversos que armonizan serenidad y rotundidad en un mensaje que explicita la importancia del papel de la memoria en buena parte de su obra”, según señala el conseller Vicent Marzà. “En Carmen Calvo -continúa- encontramos también a la mujer que reivindica el papel social de las mujeres en el arte y en la vida, y es por eso que este galardón es también un reconocimiento a su feminismo vital”.
Nacida en 1950 en Valencia, Carmen Calvo estudió publicidad antes de ingresar en la Escuela de Artes y Oficios y en la Escuela Superior de Bellas Artes de San Carlos, ambas en Valencia. “Tengo la experiencia de haber trabajado desde muy joven en otras cosas: publicidad y cerámica –nos contaba ella misma al respecto en una entrevista-. La decisión de dedicarme únicamente a la pintura fue una experiencia muy importante para mí. La libertad de poder hacer lo que crees y te apasiona es la mayor riqueza que se pueda pensar. Por eso soy afortunada”.
Calvo comenzó su carrera artística en Madrid y en París, antes de regresar a su Valencia natal donde ha desarrollado toda su actividad artística y creativa desde 1992. Desde entonces se ha convertido en una de las artistas españolas conceptuales más representativas del panorama artístico actual. Con un lenguaje muy personal, su obra denuncia la violencia de la sociedad, volviendo su mirada hacia la cultura popular y las raíces ancestrales como respuesta a los desafíos de la globalización. Ella es, analiza la crítica de El Cultural, Rocío de la Villa, "una artista políticamente comprometida en el arte, con la transgresión y subversión de sus lenguajes, y como es sabido, desde ahí, comprometida con la memoria de nuestro país, que es también un jirón de la historia de Europa y los desdichados coletazos de su ambivalente modernidad".
A lo largo de su carrera, Calvo ha sido reconocida por el Premio ACCA de la Crítica, el Premio Alfons Roig de la Diputación de Valencia o la Medalla de la Facultad de Bellas Artes de San Carlos, entre otros. En 2013 obtuvo el Premio Nacional de Artes Plásticas de España por “su trayectoria profesional, por el carácter híbrido de su creación, su búsqueda constante de diversos medios de expresión, y el variado uso de materiales y técnicas. Por su investigación sobre el papel de la imagen en la construcción de la identidad subjetiva e histórica, así como por su reflexión sobre la memoria que impregna los objetos que conforman su obra”.
La obra de Carmen Calvo constituye un claro exponente de la renovación cultural española de las últimas décadas. Cuenta con una formación clásica que deja entrever incluso en sus obras y composiciones más vanguardistas. De su personalidad creadora se ha afirmado que cuenta con unas raíces estilísticas y conceptuales que evocan algunas propuestas artísticas como la abstracción informalista, el arte povera y ciertas influencias del pop-art.La originalidad y calidad de su trabajo fueron reconocidas rápidamente por lo que, en 1997, fue elegida para representar a España en la Bienal de Venecia, hecho que sirvió para impulsar su carrera artística internacionalmente.