La fotografía documental refleja el mundo en el que vivimos, vierte una mirada sobre situaciones cotidianas que nos hace pensar en nosotros mismos, en el pasado reciente, en el pasado más lejano y puede abordar causas reivindicables, solidarias o denunciables. Al mismo tiempo cada fotógrafo aporta su particular mirada creativa, al igual que en la fotografía de autor. “Es la mirada subjetiva de quien está detrás de la cámara, vemos a través de esa persona”, sostiene María Planas, directora de la Bienal Xavier Miserachs que se celebra del 1 de agosto al 11 de octubre en Palafrugell, localidad de Gerona. A pesar de las dificultades este año el festival ha decidido seguir adelante con una propuesta que nos trae cinco exposiciones de nombres de la talla de Leopoldo Pomés, Cristina García Rodero, Eugeni Forcano, Pere Pelahí y Lluís Català. “Todos ellos nos hablan de miradas y de emociones”, asegura Planas. Aunque no habrá actos de inauguración las muestras se abren a partir de este viernes y el acceso estará controlado por las medidas de seguridad e higiene necesarias. Por supuesto, la mascarilla será de uso obligatorio.
Esta bienal toma su nombre del fotógrafo documentalista Xavier Miserachs: “en los años 50 su generación rompió con el pictorialismo y la fotografía de salón para salir a la calle a fotografiar sin tapujos lo que veían”, reconoce María Planas. Sin embargo, asegura que en un futuro es posible que el festival se abra hacia todo tipo de fotografía que “haga reflexionar sobre el pasado, el presente, el futuro y sobre nosotros mismos”. Por otro lado, en cada edición intentan mostrar el trabajo de fotógrafos reconocidos y al mismo tiempo servir de plataforma para otros creadores más jóvenes que buscan hacerse un hueco. “Tenemos muchos jóvenes que a pesar de la precariedad del medio abordan la fotografía desde distintos ámbitos y están intentando dedicarse a ello de manera profesional. Queremos servir de escaparate para difundir e incluso contribuir en su proyección”, sostiene Planas.
Entre las muestras que se podrán ver encontramos a tres Premios Nacionales de Fotografía: Leopoldo Pomés, Cristina García Rodero y Eugeni Forcano. Repasamos las cinco exposiciones que se podrán ver en la XI Bienal de Fotografía Xavier Miserachs.
Leopoldo Pomés: Después de todo
El festival estuvo en contacto con el fotógrafo para hacer una exposición en la presente edición pero Leopoldo Pomés murió el pasado 29 de agosto. “Hablamos con la familia y se animaron a comisariar una muestra en la que vemos a un Pomés distinto. Su mujer y su hija lo conocen mejor que nadie y han seleccionado una serie de imágenes, casi todas de época, que ilustran diferentes ámbitos desconocidos por el público”, detalla Planas. Junto a obras conocidas se exponen algunas instantáneas inéditas que hasta ahora estaban sin digitalizar. Muchas de ellas son de dimensiones reducidas “para poner en valor no solo la imagen sino también el objeto”.
Fotógrafo, publicista, escritor, diseñador, restaurador y gastrónomo, el Premio Nacional de Fotografía de 2018 contribuyó a la renovación de la mirada del país en unos años de grisura y oscurantismo. En esta muestra, como cuenta Planas, “vemos su veneración por las mujeres, sus paisajes con gente de los años 50, sus paisajes sin personas más recientes, sus primeros pasos, su pasión por las formas y su debilidad por las imágenes sin sombras”. Quizá Pomés, cree la directora del festival, es el “autor más inclasificable de la generación de Miserachs. Puede ser porque se relacionó temprano con el arte, con el grupo Dau al set, relación a través de la que adquirió una determinada forma de mirar”. En definitiva, Después de todo quiere demostrar que “podemos seguir mirando y aprendiendo de sus obras”.
Cristina García Rodero: Con la boca abierta
“Ha sido un objetivo largamente perseguido”, comenta María Planas, que quería una exposición que recorriera la trayectoria de Cristina García Rodero, desde los años 70 hasta la actualidad. El nexo que une a todas las imágenes, seleccionadas entre un archivo de más de 30.000, es que en ellas siempre hay un personaje con la boca abierta. Desde su Puertollano natal, desde esa España oscura hasta Haití, Tailandia o la India, la sensibilidad hacia las emociones y el retrato de García Rodero nos lleva de viaje por otras latitudes. Además, esta exposición, compuesta por retratos de gran formato, es un recorrido a través de la vida pues empieza con el nacimiento y acaba con la muerte.
“García Rodero ha descubierto la capacidad de expresión de la boca. Ella dice que siempre se había fijado en la mirada pero la boca también tiene la capacidad de transmitir infinidad de sentimientos y emociones, desde la sensualidad, el placer y el sexo a la alegría, el dolor y la pasión. “Curiosamente la tendremos que ver con la boca cubierta por una mascarilla”, bromea la directora.
Eugeni Forcano: Josep Pla visto por Eugeni Forcano
Eugeni Forcano, Premio Nacional de Fotografía de 2012, se inició de manera autodidacta en la fotografía profesional y se dedicó al reportaje, al retrato, a la moda y a la publicidad. Josep Pla visto por Eugeni Forcano es uno de esos reportajes extensos que le hizo al escritor en 1967 con motivo del 70.º aniversario de Pla. “Se trata de es una ocasión para ver los retratos de Pla que se publicaron en la revista Destino en la que ambos trabajaban”, comenta Planas. Tras este trabajo ambos entablaron amistad y una relación epistolar que también se muestra aquí pues la muestra combina la fotografía con cartas que intercambiaron con libros, revistas, manuscritos y telegramas que evidencian la relación que mantuvieron desde los años 60 hasta la muerte del escritor en 1981.
Pere Palahí: Retratos de felicidad efímera (1928-1939)
Otro de los objetivos que se ha marcado la bienal es el de recuperar los archivos pues piensan que “hay grandes tesoros no difundidos y nos marcamos el propósito de de difundir el trabajo de fotógrafos ya fallecidos y que son grandes documentos de nuestra historia más reciente y local”, comenta Planas. En esta ocasión el protagonista será Pere Palahí, un fotógrafo de afición y banquero de profesión que posó su objetivo sobre paisajes y personajes de su entorno. “El comisario ha seleccionado imágenes que van desde los años 20 hasta el fin de la Guerra Civil y transmiten la felicidad y el placer de un momento agradable antes de la llegada del color gris de la dictadura”, explica la directora.
El título de la exposición así lo indica, desde luego. En ella se muestran actitudes modernas, bañistas y meriendas en el campo que transmiten una mezcla de ingenuidad y felicidad que el fotógrafo supo capturar. La juventud, los inicios de la popularización de la fotografía, el espacio de entreguerras de los años veinte y principios de los treinta y la estrenada libertad de la Cataluña republicana se mezclan para reflejar la sensación de una época de felicidad que cambió completamente al cabo de muy poco tiempo. “Seguro que la gente de la comarca se va a reconocer pues habrá antepasados de ellos en las imágenes. Es una muestra en la que podemos observar cómo han cambiado algunos de nuestros valores y nuestra forma de ver el mundo”.
Lluís Catalá: Nusatrus
El fotógrafo de Palafrugell es el encargado de llevar la bienal a la calle con una exposición al aire libre en diferentes lugares de la localidad. Nusatrus es la manera en la que los vecinos del pueblo pronuncian la palabra ‘nosotros’ y son ellos mismos los protagonistas de este proyecto. “Son retratos en blanco y negro de la gente del pueblo, queríamos dar protagonismo a las personas anónimas para estimular el sentido de pertenencia a una comunidad”, explica Planas. La muestra se montará a modo de collage y habrá frisos de grandes dimensiones que se situarán en puntos como el mercado de la carne, el mercado de pescado o las paredes de la biblioteca. La muestra, que presenta el paisaje humano que habita en las plazas y las calles de Palafrugell, es “un elogio de lo local que se convierte en universal”.