¿Qué libro tiene entre manos?
Los pacientes del doctor García de Almudena Grandes.
¿Qué le hace abandonar la lectura de un libro?
Que llega otro, o que me despisto del tema.
¿Con qué personaje le gustaría tomar un café mañana?
Ummmmmm… Con Inna Shevchenko de Femen.
¿Recuerda el primer libro que leyó?
Un libro sobre un personaje de teatro Kasperle, un payaso o algo así. Terminarlo y comprenderlo me costó un esfuerzo ímprobo pero me sentí muy orgullosa.
¿Cómo le gusta leer, cuáles son sus hábitos de lectura?
Leo por el día y de madrugada cuando no duermo, y suelo hacerlo con libros de papel, porque me gusta subrayar y anotar cosas.
¿Qué experiencia cultural cambió su manera de ver el mundo?
El arte me ha cambiado la manera de ver el mundo muchas veces y por eso me interesa.
Se mueve en teatros, salas de exposiciones y festivales. ¿Tiene hoy sentido la distinción entre disciplinas?
Sigo pensando que lo coreográfico, lo visual y lo teatral puede compactarse más que separarse.
¿Cómo ha afectado la pandemia a sus proyectos?
Ante la imposibilidad de girar, actuar y producir con gente he escrito mucho y proyectado ideas para los próximos años. He hecho nuevas cosas con mi galería de Madrid y aquí, en Ginebra, en donde la pandemia no está siendo tan grave como en España.
¿Qué instrucciones daría a los visitantes de su exposición Manual de uso en el CGAC de Santiago?
Que se pongan la mascarilla, sean delicados y sabios.
Su cuerpo es la principal materia prima de sus trabajos, ¿le preocupa el paso del tiempo por él?
Sí, claro, ahora tengo que aprender a viajar más en el tiempo y menos en el espacio.
¿Qué potencial encuentra en el humor, el absurdo, que destilan sus obras?
El humor hace ambiguo todo lo que toca, algo así decía Octavio Paz.
Ha vendido obras efímeras a coleccionistas y museos, ¿cómo se lleva con el mercado del arte?
Tengo la suerte de estar en la galería Max Estrella desde hace ya varios años y de que se ocupe Alberto de Juan de mis cosas.
¿Cuál es la última exposición que ha visitado? Ejerza, por favor, de crítica.
Dance First, Think Later comisariada por Olivier Kaeser en Le Commun, en Ginebra. Es una interesante y curiosa mirada sobre las posibilidades expositivas y plásticas de la danza contemporánea desde un punto de vista inclusivo, conceptual y divertido.
¿Le importa la crítica, le sirve para algo?
En general me parece importante el ejercicio reflexivo y analítico de la crítica. Hay gente muy buena que escribe muy bien.
¿Qué obra teatral le ha impactado recientemente?
El otro día vi en el teatro una película corta: Pyturhen, une lettre pour la défense des gardiens de la forêt, de Zahy Guajajara, una joven artista brasileña que nos habla de la masacre que sufre su pueblo indígena del Amazonas. Grabada durante la pandemia, encerrada en su casa, convierte su alegato climático y territorial, en una joya poética.
¿Qué película ha visto más veces?
Pues creo que Ser o no ser, de Ernst Lubitsch.
¿Qué música escucha en casa?
Escucho casi todo tipo de música en la radio y cuando tengo que escribir y concentrarme, piano clásico.
¿Le gusta España? Denos sus razones.
Me gusta porque es un país de artistas y de gente creativa que carga las calles de energía vital.
Una idea para mejorar la situación cultural.
Educación pública de alta calidad para todos, abusar de las buenas prácticas, y continuidad y perseverancia con los proyectos culturales.