Lleva 21 años trabajando en el Museo del Prado, donde es la Jefa de Departamento de Pintura Española del Renacimiento y del Área de Marcos, aunque antes de eso ya pasó ocho en Patrimonio Nacional, inventariando sus fondos –“con mono azul y todo. Un verdadero aprendizaje”. Leticia Ruiz (Santander, 1961) es la nueva directora de las Colecciones Reales de Patrimonio Nacional. Sin fecha de incorporación, “aunque será pronto”, y todavía en su despacho del Casón del Buen Retiro, ve con naturalidad el cambio de una institución a otra, “somos la misma herencia cultural. El público suele ligar las Colecciones Reales a la Monarquía, pero no hacen lo mismo con el Museo del Prado o la Biblioteca Nacional”.
Tiene por delante varios retos. La puesta en marcha e inauguración del Museo de las Colecciones Reales (también sin fecha), hacer de enlace con los Reales Sitios, bajo su mando, y "conseguir que las 150.000 piezas que componen los fondos de la Colección reciban la visibilidad que no han tenido hasta el momento". Hablamos de pinturas conocidísimas –de la Salomé de Caravaggio, a Velázquez o El Greco- pero también de obras de arte contemporáneo –Arroyo, Palazuelo…-, tapices, objetos suntuarios, instrumentos musicales, las Cantigas de Alfonso X o los libros manuscritos de Santa Teresa de Jesús.
Monasterios y conventos en el museo
Pregunta. Uno de los principales desafíos a los que se va a enfrentar es la puesta en marcha del Museo de las Colecciones Reales. ¿En qué estado está?
Respuesta. Hay un proyecto pensado y bien trabajado por el anterior director, José Luis Díez, que habrá que matizar cumpliendo unos plazos razonables. Tengo todavía que reunirme con la dirección y los compañeros para ponernos a trabajar, mucho del camino ya está recorrido. Es el nudo gordiano y una vez abra podremos dedicarnos a otras cosas importantes, mejorar las visitas a todos los lugares, reforzar la investigación, revitalizar catálogos, las guías.
P. ¿Qué mostrará en sus salas?
R. Un conjunto de piezas que será una finísima decantación de lo más representativo de la institución, que no son sólo los palacios, sino también los monasterios, los conventos, las dos grandes bibliotecas, la del Palacio Real y la del Monasterio de El Escorial… Y todo ello sin privarlas de contenidos, no podemos desvestir un santo para vestir otro. También habrá que tener en cuenta la conservación de las obras y qué y cómo se pueden mostrar, y pensar en cómo sustituirlas para que ninguna institución se sienta menoscabada. Un museo es un conjunto de piezas al que se le da un recorrido y un discurso que no puede ser único. Las exposiciones temporales son también laboratorios para repensar los fondos.
“El museo va a ser un gran activo pero tenemos que plantear otras propuestas para acercar la colección a la gente”
P. Las Colecciones Reales, desplegadas además en los Reales Sitios y hasta en el Museo del Prado, siguen siendo las grandes desconocidas. ¿Cuál es su origen?
R. Son los bienes que fueron de la Corona. En El Prado hay algunas cosas pero lo importante está en los Palacios, los Reales Monasterios, los Conventos, etc. que desde la Edad Media conforman nuestro Patrimonio Nacional. Mientras que la Reina de Inglaterra sigue siendo dueña de las Colecciones Reales, en España, desde el final del reinado de Isabel II, nuestros fondos son de todos los españoles.
P. ¿En qué consisten estos fondos?
R. Hay lugares como las Descalzas Reales y la Encarnación que se pueden visitar y que aun tienen vida doméstica, uno de los problemas a los que nos enfrentamos ahora, en plena tercera desamortización. Hablamos, además, no sólo de patrimonio artístico sino también natural, de los maravillosos jardines de La Granja o en los de Aranjuez. Pinturas, un riquísimo mobiliario hecho por los mejores artesanos, escultura, porcelana, la mejor colección tapices y armerías del mundo, instrumentos musicales que deben tocarse de continuo y no se pueden mover del Palacio Real. La cultura es un motor y tenemos que calar en el público y ser conscientes de lo que tenemos, como hacen nuestros vecinos franceses.
De Caravaggio a Palazuelo
P. Cuenta también con un buen fondo de pinturas, ¿cuáles destacaría?
R. Además del conocido Caravaggio de Salomé con la cabeza del Bautista, una gran pieza, Tizianos formidables, Velázquez, Grecos… Muchas de estas pinturas están vinculadas de forma histórica con el Real Monasterio de El Escorial y lo deseable es que se sigan viendo allí, lo que no quita que algunas piezas vayan rotando al menos en el primer momento de atracción del publico en el Museo.
P. ¿Cuál es la relación actual con la Corona?
R. Los actos oficiales revisten de contenido a espacios como el Palacio Real o El Pardo, siguen siendo el escenario de actuación del Jefe del Estado y esto es algo muy positivo. Cuando hay un acto, las carrozas están a punto, las alfombras listas, las lámparas limpias… La vida que les da el uso es fundamental. Los violines de la Colección, por ejemplo, se siguen usando y cuando no hay conciertos, vienen músicos de la Orquesta Nacional semanalmente a tocarlos. Es un patrimonio que es de todos y el futuro museo ayudará a visualizarlo con una colección permanente que será flexible y permeable a los cambios, a miradas de conservadores más jóvenes, de otros expertos…
“El Palacio Real o El Pardo siguen siendo el escenario de actuación del Jefe del Estado y esto es algo muy positivo”
P. ¿Cómo planea acercar toda esta Historia al público?
R. El museo va a ser un gran activo pero tenemos que plantear propuestas como las que hemos hecho en el Prado con exposiciones significativas viajando por España. Hay que ir generando expectativas en todo el país -no sólo entre el público madrileño- para que seamos conscientes de las cosas que nos unen y de que todo esto es nuestro. Las exposiciones temporales serán una herramienta de acercamiento a la población y también la campañas de difusión e los medios. Tenemos que darnos a conocer.
P. Desvélenos alguna de estas joyas todavía por descubrir.
R. Hay oficios y talleres que son únicos y continúan existiendo gracias a esta institución. Tenemos que reforzarlos. Detrás hay un grupo de profesionales que lleva muchos años trabajando y no podemos perder todo ese conocimiento. El conservador de la Real Armería es reconocido internacionalmente. Los textiles medievales y del siglo XVIII son más conocidos fuera de España que aquí. Es fundamental articular alguna fórmula para que cuando ellos se jubilen, puedan transmitir sus conocimientos a las nuevas generaciones, tenemos que atraer el interés de estudiantes, de licenciados universitarios, recoger la antorcha a estos sabios. Estos son los activos que hacen marca España de verdad. La cultura es nuestro mayor potencial.