Por fin se ha resuelto la incertidumbre en torno al destino de la colección de Carmen Thyssen. El Consejo de Ministros ha aprobado el acuerdo que el Ministerio de Cultura había alcanzado con la baronesa. Según el decreto, la colección permanecerá en España durante los próximos 15 años, se expondrá en el Museo Thyssen-Bornemisza y tendrá una dotación de 6,5 millones de euros anuales. A cambio, el público podrá disfrutar de 427 piezas, contando con el Mata Mua, la joya que la baronesa sacó de la pinacoteca en junio de 2020.
Fue en enero de este mismo año cuando el exministro de Cultura, José Manuel Rodríguez Uribes, y la baronesa acercaron posturas y establecieron las bases que hoy se han aprobado, a tan solo 48 horas para que expirase el último plazo que se habían dado. Entonces, se acordó que cuando pasen los 15 años del alquiler, el Estado tendrá opción de compra de una colección de pinturas y esculturas que valora en 1.040 millones de euros. Hace tan solo unos días, durante la celebración de ARCOmadrid, Rodríguez Uribes aseguró que la negociación "iba muy bien" y que en "cuestión de días" se daría a conocer. Esto, añadía, "otorgará estabilidad y seguridad jurídica al museo".
Sin embargo, el ministro fue cesado tan solo unos días después y Miquel Iceta, su sucesor, no ha dudado en "darle curso cuanto antes mejor". A pesar de que en un principio se habían dado dos meses de plazo se han producido tres prórrogas durante las que se han perfilado todos los detalles. De momento, parece que la firma del contrato se llevará a cabo en los próximos días junto a su hijo Borja Thyssen, también titular de la colección.
Dar estabilidad a la colección
En el Real Decreto aprobado hoy se reconoce a la Colección Carmen Thyssen-Bornemisza la garantía del Estado a que se refiere la Disposición adicional novena de la Ley 16/1985, de 25 de junio. Con ello, una vez se formalice el arrendamiento de la colección, las obras que la integran gozarán de este régimen de aseguramiento, permitiendo la cobertura de los riesgos por destrucción, pérdida, sustracción o daño de las mismas en tanto permanezcan en las instalaciones del Museo Nacional Thyssen-Bornemisza.
“En cuanto al impacto indirecto que puede suponer la aprobación de este Real Decreto, el mismo será positivo ya que contribuirá previsiblemente a reforzar el patrimonio cultural español. La mejora del régimen de incorporación de bienes culturales va a redundar de forma muy favorable en el turismo cultural, y, por tanto, en la actividad económica”, sostienen fuentes del Ministerio de Cultura.
En el caso del Museo Nacional Thyssen-Bornemisza, durante 2019 recibió 1.034.872 visitantes, un 11,5 % más que en 2018. "Para garantizar la continuidad de este crecimiento y contribuir a la recuperación del turismo cultural y de la propia economía, una vez superados los momentos más duros de la pandemia, es imprescindible dar estabilidad a la presencia de la Colección Carmen Thyssen-Bornemisza, como elemento fundamental y garantía de cohesión, unidad y calidad en la institución", concluyen desde el ministerio.
Las idas y venidas de la colección
El Museo Thyssen-Bornemisza contó casi desde sus inicios con el préstamo de algunas de las obras de la Colección Thyssen-Bornemisza que no habían formado parte del acuerdo de 1988 y que en 1993 pasaron a la propiedad de Carmen Thyssen. La baronesa siguió coleccionando en los años siguientes y en 1999 se comprometió al depósito gratuito por diez años -extendido posteriormente- de parte de su colección. Ya en 2004, tras un acuerdo con el gobierno español, se inauguró una nueva ala del museo en la que se alberga la Colección Carmen Thyssen. Además de nuevas galerías, se crearon espacios para oficinas, talleres, almacenes, así como salas de exposiciones temporales.
Tan solo un año más tarde el Gobierno se planteó comprar la colección de la baronesa para asegurar su permanencia en nuestro país pero Carmen Thyssen rehúsó el ofrecimiento. Llegado el año 2011 y con el fin del primer acuerdo, la aristócrata negoció con el estado una cesión gratuita de su colección renovable de manera anual. Pero la venta de La esclusa, de John Constable, en 2012, no gustó. No obstante, el contrato de cesión le permitía vender parte de su fondo siempre que no excediese del 10 %.
Ya en 2017 la baronesa pidió un nuevo marco de negociación. Entonces, consideraba el contrato "obsoleto" y sostenía que su colección no podía "estar en una situación de precariedad". Y añadía que "un préstamo gratuito de las obras de mi colección que, según consta en las cuentas anuales de la Fundación (publicadas en el B.O.E) genera unas ganancias para Madrid de entre 7 y 8 millones de euros anuales, no debería estar sin un marco legal claro y estable". A partir de ese momento, la baronesa ha negociado con cuatro ministros diferentes: Íñigo Méndez de Vigo, José Guirao, Rodríguez Uribes e Iceta. Con este acuerdo, se pone fin a nueve años de prórrogas.
Del conjunto, integrado por obras de Canaletto, Fragonard, Courbet, Boudin, Monet, Sisley, Renoir, Degas, Gauguin, Rodin, Matisse, Picasso, Kirchner, se mostrarán 180 obras en ocho salas a las que se accede desde el vestíbulo del museo.