Parece mentira. A pesar de las limitaciones de la pandemia con las que arrancaba 2021, los museos estiraron el ingenio como un chicle. Se han montado exposiciones vía webcam y ha reinado la colaboración entre instituciones. Siguen a la cabeza las artistas mujeres –Cecilia Vicuña y Georgia O’Keeffe son las primeras de esta lista–, el esfuerzo por (re)escribir una historia del arte todavía incompleta (Mujeres en la abstracción, Sandra Gamarra o Ida Applebroog) y han eclipsado otra vez las individuales. De Pedro G. Romero a Juan Muñoz o Ad Reinhardt, muchas de estas muestras pueden visitarse todavía. Hagan agenda.
1. Cecilia Vicuña
CA2M, Móstoles (Madrid)
Ha sido sin duda la exposición más emocionante de 2021. Abría en un mes de febrero a medio gas, sin la feria de ARCO ni la carrera habitual de inauguraciones, y daba buena cuenta del trabajo sencillo, poético y comprometido de Cecilia Vicuña (Santiago de Chile, 1948). “Mi estética –decía en una entrevista con El Cultural– es una estética silvestre de los setenta, pop si quieres, pero de un pop indígena, de otro orden”. Lo veíamos con claridad en sus pinturas y en su acercamiento a los materiales de desecho que transformaba con mimo en su serie de “basuritas”. Entre todas las obras de la muestra, quizá la más rotunda fuera la enorme y colorida instalación textil Quipu menstrual (2019) en la que rescataba la escritura de nudos que los incas emplearon para registrar sus propiedades. Comisariada por Miguel Ángel López, Veroír el fracaso iluminado llegaba al CA2M de Móstoles dos años después de que la artista hubiera sido galardonada con el Premio Velázquez y poco después de su paso por la Documenta 14 (2017).
2. Georgia O’Keeffe
Museo Thyssen-Bornemisza, Madrid
“Hay muy pocas obras de Georgia O’Keeffe (Sun Prairie, 1887 - Santa Fe, 1986) fuera de Estados Unidos. A pesar de la popularidad de sus flores, de su elevada cotización –se expone aquí la más cara jamás adjudicada de mano de una ‘artista mujer’, etiqueta que ella odiaba– y de que en Estados Unidos es un auténtico mito, en Europa no la conocemos y por tanto no la valoramos lo suficiente”. Así presentaba Elena Vozmediano la exposición que el Museo Thyssen inauguraba el pasado mes de abril. Reunía nada menos que 90 pinturas de la artista, un auténtico “milagro” teniendo en cuenta que la mayoría venían de Estados Unidos y que todavía estábamos en plena pandemia. Cinco de ellas pertenecían a la colección del museo español y 37 venían del Georgia O’Keeffe Museum de Santa Fe. En la muestra no se echaba en falta nada: estaban sus icónicas flores, las vistas de Nueva York y sus pinturas de Nuevo México, un lugar que siempre le fascinó por esa mezcla de culturas y por lo remoto de su paisaje.
3. Pedro G. Romero
Museo Reina Sofía, Madrid
Artista multidisciplinar (o indisciplinado, como a él le gusta presentarse), comisario y escritor, los 30 años de trabajo de Pedro G. Romero (Aracena, 1964) se condensan en Máquinas de Trovar. Un recorrido muy didáctico y cronológico en el que se aprecia su interés por lo popular, el flamenco y el trabajo colaborativo. No faltan en esta selección sus primeras esculturas, secciones dedicadas a comisariados (Aplicación Murillo entre ellos) o, cómo no, sus archivos de postales, vídeos y documentos en los que lleva trabajando más de 20 años. Surgieron como una forma de tener el control sobre “los cambios de significado de la obra según la exposición colectiva en la que se incluya”, explicaba a El Cultural. Hay también una pequeña exposición dentro de la exposición que arranca con Goya, y muchas sorpresas, Christina Rosenvinge o El Niño de Elche entre ellas. Hasta el 28 de marzo.
4. El sentido de la escultura
Fundación Miró, Barcelona
“Al superarse las convenciones y las limitaciones de los lenguajes tradicionales, lo que denominamos escultura se amplía y dilata hasta tal punto que cualquier cosa puede serlo”, decía Jaume Vidal Oliveras sobre El Sentido de la escultura. Su comisario, el artista David Bestué, recorre la práctica escultórica moderna y, sobre todo, contemporánea de una manera absolutamente libre. Exhibe, por ejemplo, una fotografía de Wolfgang Tillmans de dos jóvenes besándose (cuerpo y el tacto, dos aspectos fundamentales aquí). Patrocinada por la Fundación BBVA, la lista de nombres es interminable: Calder, Miró, Bruce Nauman, Eva Lootz o Susana Solano sirven para abrir boca. Hasta el 6 de marzo.
5. Mujeres de la abstracción
Museo Guggenheim, Bilbao
Todavía se puede visitar esta muestra imprescindible (hasta el 27 de febrero). Con el apoyo de la Fundación BBVA, el Guggenheim se sumaba a este proyecto del Pompidou de París que reconstruye la historia del arte poniendo el foco en las aportaciones de artistas mujeres como Sonia Delaunay, Sophie Taeuber-Arp, Hilma af Klint o Aurèlia Muñoz a la abstracción. Más de 100 nombres y 400 piezas con las que se denuncia “la invisibilización de las artistas, borradas en el discurso moderno por prejuicios sexistas y racistas”, sentenciaba Rocío de la Villa. Más de un siglo (llega hasta 1980) mostrado de manera multidisciplinar.
6. Pasiones mitológicas
Museo del Prado, Madrid
Hacía siglos que no se reunían en España las seis “poesías” de Tiziano y el Museo del Prado lo conseguía y sumaba a la cita pinturas de Rubens, Veronese, Velázquez, Jan Van Dyck y Poussin, entre otros. Comisariada por Miguel Falomir y Alejandro Vergara, y patrocinada por la Fundación BBVA, Pasiones mitológicas fue un verdadero festín para los amantes de las apasionadas historias de los dioses clásicos. ¿Su origen? “Encargos de personas poderosas que simplemente los querían tener cerca, para no olvidar ciertas enseñanzas y para procurarse ciertos placeres”, explicaba José María Parreño en su crítica. Y añadía: “De eso trata la exposición: de amor, sexo y belleza. De la vida, en su sentido más carnal y apasionado”.
7. Juan Muñoz
Museo Patio Herreriano, Valladolid
Todavía se puede visitar en el Museo Patio Herreriano este homenaje a Juan Muñoz (Madrid, 1953 - Santa Eulàlia, 2001), artista fundamental tanto dentro como fuera de nuestras fronteras. Sus enigmáticas figuras, de aspecto casi idéntico, dialogan a la perfección con los espacios desnudos del edificio. “Al final –comentaba Sergio Rubira– somos un personaje más de los que imaginó en esas obras que recuperaron las estrategias del barroco y algunas tácticas del romanticismo”.
8. Sandra Gamarra
Sala Alcalá 31, Madrid
La Sala Alcalá 31 muestra todavía una de las mejores exposiciones que recordamos en su espacio. La protagoniza Sandra Gamarra (Lima, 1972), atenta siempre a cómo se (re)construye la historia desde los museos. En el Buen gobierno se centra en la presentación de las piezas arqueológicas americanas y el arte colonial. Consigue con sus pinturas “un mestizaje de medios y de lenguajes artísticos, con gran inteligencia creativa y cierta ironía”, subrayaba Elena Vozmediano.
9. Ad Reinhardt
Fundación Juan March, Madrid
“El arte es el arte y todo lo demás es todo lo demás”, decía Ad Reinhardt (Búfalo, 1913 - Nueva York, 1967) queriendo diferenciar claramente estos dos aspectos de su vida. Inclasificable, pintor abstracto como pocos, la Fundación Juan March organizaba su primera exposición individual en España. 47 obras y una amplísima documentación sobre su actividad como escritor, profesor, activista, ilustrador y autor de viñetas sobre el arte y sus instituciones. Hasta el 16 de enero.
10. Ida Applebroog
Museo Reina Sofía, Madrid
La primera gran retrospectiva de Ida Applebroog (Nueva York, 1929) se celebraba en España cuando la artista ya había superado los noventa. Precursora del ‘cunt art’ con sus más de 150 autorretratos de su vagina, el Reina Sofía desplegó sus dibujos, libros, vídeos, pinturas y “teatrillos” dentro de contundentes instalaciones. “Descarada y elusiva, saca toda la violencia que sufrimos de debajo de la alfombra. Su confrontación es dura, conmovedora”, sentenciaba Rocío de la Villa.