Mitsuo Miura en el Centro de Arte 2 de Mayo

Mitsuo Miura en el Centro de Arte 2 de Mayo Patri Nieto

Arte

Mitsuo Miura: “Hoy las posibilidades del arte son infinitas”

El discreto minimalismo de la pintura de paisaje y vida del japonés Mitsuo Miura abre la temporada en el Centro de Arte 2 de Mayo de Móstoles. 

15 septiembre, 2022 03:40

Nos recibe su mujer, la artista María Lara, con una amplia sonrisa en su casa de Madrid, que antiguamente fue también taller y academia y por la que han pasado varias generaciones de artistas. Mitsuo Miura (Iwate, Japón, 1946) conserva el acento japonés que no ha perdido después de llevar casi 60 años en España. Cuando llegó en 1966 no sabía castellano, pero se enamoró de los colores de la pintura clásica y de la cultura española.

Le preguntamos por el arte en general, su incursión en el mundo de la gráfica de la mano de la galería Ginkgo y por Casi 400 metros para dos paisajes, la exposición que hoy inaugura en el CA2M (Comunidad de Madrid) comisariada por Tania Pardo y que el próximo año, en marzo, viajará al DA2 de Salamanca.

Pregunta. ¿Por qué hace arte?

Respuesta. Yo en principio no me lo planteo como arte. Pero eso no quiere decir que no me guste el arte, no me interprete mal. A mí me gusta el arte como algo que encuentras por sorpresa, cosas bellas, cosas que me llaman la atención, la frescura… no solo del campo del arte sino de la vida en general.

P. Su trabajo transmite una emoción optimista, una alegría de vivir más que una militancia política.

R. Siempre me ha gustado trabajar esa parte. Lo oscuro me paraliza. También creo que es mi carácter. Yo nunca he tratado de cambiar el mundo en un sentido político cómo usted dice, simplemente he convertido mi trabajo en una experiencia vital traducida a los materiales. Como un diario, muy privado, que voy escribiendo y recordando, interpretando y mezclando con otro tipo de experiencias.

“Las salas del CA2M me permiten lanzarme a la aventura con un proyecto que une grandes lienzos y archivos personales”

P. ¿Cómo son las experiencias que podremos ver en el CA2M?

R. Pues he planteado la exposición como algo ambiental, como dos espacios y dos sentidos del paisaje: un paisaje urbano y otro de memoria. El espacio del CA2M es muy amplio, son dos salas que me permiten lanzarme a la aventura con un proyecto que ya planteé en exposiciones anteriores pero que ahora reelaboro, en la que habrá grandes lienzos y una selección de mis archivos personales, documentos que llevo almacenando desde el año 1969, desde la primera exposición que hice en Madrid cuando tenía 25 años.

»Hace unos quince años me dediqué a ordenar todo este material, no con la intención de hacer exposiciones, simplemente para mí. Entonces aún tenía ánimo para organizar todo este trabajo tranquilamente. Esa memoria está mezclada con los conocimientos actuales. No es un trabajo 100 % histórico, digamos, está mezclado. También habrá algo de escultura y algunas maquetas.

Mitsuo Miura: Vista de la instalación 'Memorias imaginadas' en el CA2M

Mitsuo Miura: Vista de la instalación 'Memorias imaginadas' en el CA2M Patri Nieto

P. ¿Usted siempre realiza maquetas de sus exposiciones?

R. Normalmente sí porque en las exposiciones grandes primero tomo decisiones sobre la maqueta, hago un pequeño estudio, barajo las posibilidades. En un museo variar el montaje da demasiado trabajo.

P. Para usted es muy importante la relación con el espacio.

R. Según el tipo de exposiciones. A veces trabajo con el espacio y otras veces es puramente un lugar de presentación de obra, sobre todo en las galerías más pequeñas en las que expongo dibujos o cuadros de formato más pequeño que son más fáciles de montar y desmontar. En el CA2M los grandes cuadros van a tener prioridad. Como el espacio es muy grande, cada sala tiene unos 200 metros y el techo de gran altura admite otro tipo de trabajos. Es un espacio realmente hermoso.

“Ir al taller es una cuestión de salud mental. Estando allí siempre
se prende una pequeña chispa”

P. ¿Qué encontraremos en cada una de las salas?

R. Dos paisajes. Una como un paisaje íntimo, interior, de material que no hice con intención de exponer, un diario de cosas que he ido guardando solo para mí, la experiencia subjetiva no escrita, y otra sala de paisaje urbano, que es una temática que trabajé mucho hace veinte años y en la que reflexiono sobre cómo ha cambiado nuestro entorno, la forma de vivir en las ciudades determinada por la mirada capitalista.

P. ¿Cómo es su proceso de trabajo?

R. Nosotros vamos siempre al taller, allí trabajamos más o menos, pero esa es nuestra costumbre porque estar en casa me distrae. Es casi una cuestión de salud mental, una rutina necesaria. Estando en el taller siempre se prende una pequeña chispa.

P. La inspiración llega trabajando, como decía Picasso…

R. Sí, trabajando es el único modo de que salgan cosas.

Vista de una de las salas de la exposición de Mitsuo Miura en el CA2M

Vista de una de las salas de la exposición de Mitsuo Miura en el CA2M Patri Nieto

P. ¿Como llega usted a las imágenes?

R. Hay momentos a los que no doy importancia, situaciones que pasan por mi cabeza ocasionalmente. Pero un día, de repente, me encuentro con esos recuerdos y algo surge. Se conectan en mi cabeza y yo lo recibo con sorpresa. En todas partes suceden cosas y de repente algo se vuelve importante. Yo apunto siempre en una libreta las cosas que me interesan. Y vuelvo sobre esas ideas de vez en cuando.

P. Trabaja entonces desde ese archivo personal.

R. Sí, acumulo allí mis experiencias y así voy entendiendo cada vez mejor si algo tiene interés para seguir investigando. El hecho de tener muchos años te hace perder frescura, vitalidad. Yo no puedo pintar como cuando pintaba con treinta años, ahora pinto de otra manera, con más experiencia y eso aporta otro valor artístico, vas ampliando tus posibilidades y tu forma de entender las cosas, también en los pequeños detalles.

"Cuando tenía 17 años vi una exposición en Tokio de pinturas del Prado y me impactó. No tenía nada que ver con lo que conocía"

P. ¿Se podría decir que es un pintor de gestos mínimos?

R. No estoy de acuerdo. Tanto las cosas pequeñas como las grandes tienen su importancia. Porque si no prestamos atención a lo pequeño no puede surgir lo grande. Es absurdo que el tamaño indique la importancia de las cosas, el tamaño no indica la trascendencia de nada.

P. ¿Cuáles son sus influencias?

R. Cuando uno es joven siempre está pendiente de las tendencias. Cuando tenía 20 años, después de la eclosión del pop americano, a Japón llegaron las corrientes de la vanguardia, los abstractos americanos, el arte experimental. En Tokio se veían grandes exposiciones, ya que tuvieron mucha relación con los artistas de la vanguardia japonesa, como Gutai, un grupo del sur de Japón que abrió el país a la modernidad. Trabajaban principalmente el arte de acción, la performance, en un momento en que en España este tipo de arte no se exhibía en galerías ni en los circuitos comerciales, pero que en Japón ya estaba normalizado, que me encantaban.

»Quizá a través de ellos empecé a conocer lo que hoy se llama minimalismo, pero que en aquella época no entendíamos de esa manera. Había una profunda conexión con nuestra forma de vivir, por ejemplo, con la casa típica japonesa, había una conexión cultural con el minimalismo, la idea no es exactamente igual, pero estéticamente existía esa sinergia.

P. Cuenta que también le influyó la pintura clásica del Museo del Prado.

R. Cuando tenía 17 años vi una exposición en Tokio de pinturas del Prado y me impactó. No tenía nada que ver con la pintura que conocía por los libros, en fotografías pequeñas. Cuando ves los lienzos de verdad, lienzos de dos y tres metros, aprecias los colores, las texturas, aprecias todo el conjunto. En Japón yo no tenía acceso a esta pintura.

P. ¿Qué significa el color en su obra?

R. ¡Uy! ¡Qué pregunta más difícil! No lo sé…siempre me ha encantado. Me gusta el color, pero también trabajar en blanco y negro. Yo creo que todo importa. El color expresa de una manera y el blanco y negro de otra. Incluso siendo la misma cosa, cambia mucho la percepción, la forma de entender la imagen.

Visitante frente a 'Sin título', 2010, de Mitsuo Miura en el CA2M

Visitante frente a 'Sin título', 2010, de Mitsuo Miura en el CA2M Patri Nieto

P. En 1989 abre Galería & Ediciones Ginkgo, ¿cuál es su relación con la obra gráfica y en qué se diferencia el lenguaje de la gráfica del pictórico?

R. Son dos técnicas muy diferentes. Al fin y al cabo, estás haciendo arte de una misma cosa. La misma idea la puedo aplicar hacia la gráfica o hacia la pintura, hacia fotografía, hacia escultura… Lo esencial es la idea. Ideas que aplicas con diferente metodología.

P. ¿Y qué le hace decantarse por una técnica u otra?

R. Intento sacar el máximo provecho al material, escuchar lo que cada material ofrece, porque un grabado, por ejemplo, un grabado calcográfico digamos, surge de la presión, al presionar sale de ahí una copia. Al pintar yo no aplico 3.000 kilos de peso, no le doy presión. Simplemente es la fuerza de mi brazo y el pincel. Eso hace que cambien las cosas.

“La digitalización ha ampliado el campo del arte muchísimo. Ahora las posibilidades son infinitas”

P. Usted llega a España en 1966 ¿Cómo encuentra el panorama artístico?

R. Yo vine aquí para estudiar, para viajar. Al principio tardé en acostumbrarme, fue una aventura total. Era todo muy difícil. Mi interés entonces era aprender a dibujar, iba a dibujar a una academia por las noches o al Círculo de Bellas Artes. Yo lo que quería era aprender a pintar bien, ¡a pintar paisaje! (risas). Era una época políticamente bastante dura, pero a principios de los ochenta comenzó la apertura y empezaron a volver los artistas emigrados y ahí empieza a despertar España con otro tipo de actividad. Fue una época realmente bonita.

P. ¿Qué piensa de la sobreabundancia de imágenes que generamos digitalmente?

R. A mí no me parece mal. La digitalización ha ampliado el campo del arte muchísimo. Ahora las posibilidades son infinitas.

P. ¿Cree que devalúa la imagen?

R. Yo creo que no. Lo único es que hay abundancia. Si hablamos de una cuestión comercial, si abundan las cosas en exceso, repercute en el valor comercial, que no tiene nada que ver con el valor artístico.