Tanto en la preparación de esta exposición como en el esfuerzo de catalogación de la pintura de Amalia Avia que estamos haciendo en la familia, he tenido la oportunidad de contactar con muchos propietarios de su obra.
Ha sido emocionante hablar con aquellos que conocieron personalmente a mi madre, y que quieren y cuidan su cuadro como un recordatorio de su amistad o de su admiración por ella. En estas conversaciones, expresada de una manera o de otra, hay una frase que he oído repetida muchas veces: “tu madre era una mujer especial”.
Para un hijo es difícil valorar la verdadera dimensión de alguien a quien has estado tan indisolublemente ligado y cuya manera de ver el mundo forma parte de la tuya. En mi caso, admiraba y adoraba a mi madre desde niño, y estaba orgulloso de que fuera pintora. Sin embargo, creo que apreciar los matices y el carácter distintivo de su personalidad es algo que solo conseguí hacer con los años y con la distancia.
Un momento clave que tuvimos mis hermanos y yo para redimensionar a nuestra madre fue la lectura de sus maravillosas memorias De puertas adentro (Taurus, 2020).
Su naturalidad, su ironía, su clarividencia o su capacidad de observación no eran nuevas para nosotros, pero sí lo era la visión de conjunto de tantas cosas como le ocurrieron y de la huella que dejaron en su especial sensibilidad. De pronto accedíamos a su personalidad con más distancia de la que habíamos tenido nunca.
Algo parecido me ocurrió bastantes años después, cuando decidí afrontar en un libro el retrato de mis padres y de nuestra vida familiar [La casa de los pintores, Alfaguara, 2019]. Tirar del hilo de la memoria, fijar tantos detalles sobre la forma de ser de Lucio Muñoz y Amalia Avia y sobre sus procesos y ambiciones creativas, me los descubría en cierto modo.
Y si hubo algo que me sorprendió en este descubrimiento fue la fuerza con la que emergía la figura de mi madre, tan velada en los últimos años antes de su muerte. Su risa, sus expresiones, sus exageraciones, su amor o sus despistes volvían a llenar de vida nuestra casa.
El escritor y guionista Rodrigo Muñoz Avia (Madrid, 1967), autor de La tienda de la felicidad (Alfaguara, 2021), es hijo de los pintores Lucio Muñoz y Amalia Avia.