Nos asomamos al cauce del río Manzanares de la mano de la artista Irene de Andrés (Ibiza, 1986). Desde sus orillas excava los estratos de nuestra historia reciente en piezas rebosantes de inteligencia y belleza. Su interesante trabajo le ha valido el premio Estampa de la Comunidad de Madrid, además del premio de Producción Blueproject Foundation o el prestigioso Generaciones.
Hablamos con ella sobre su nueva exposición individual, en la que navega por la evolución del concepto de ocio a través de la representación del paisaje y su arquitectura. Colonialismo, ruinas, turismo y la tropicalización de la idea de paraíso son algunas de sus claves.
Pregunta. ¿Qué podemos ver en su primera individual en la galería Juan Silió?
Respuesta. Una parte del proyecto “A orillas de Madrid”, que comenzó en 2018 y que estuve desarrollando gracias a una ayuda de residencia de Matadero Madrid que tenía muchas ganas de enseñar. Surge en torno a la arquitectura de la piscina “La isla”, que era una piscina con forma de barco, anclada en el río Manzanares a la altura del puente del Rey, que se construyó en 1930 diseñada por Luis Gutiérrez Soto. A través de esa piscina encontré un Madrid enamorado de su río que desconocía completamente.
»Mis trabajos tienen que ver también con mi procedencia, más con la costa y el mar y la explotación a través de la invención de la playa, pero hasta ahora no me había parado a pensar tanto en los ríos. En los ríos se compartía agua y trabajo, como hacían las lavanderas. La idea es entrar en las capas de la historia a través de distintos periodos que atravesaron el río y la ciudad, no solo los baños sino la Guerra Civil, las inclemencias climáticas, pero centrado en la idea de ocio en torno a las aguas y también en la recuperación ambiental. Lo que podrán ver es una escultura, obra gráfica, vídeos… un poco de todo.
Ocio y política
P. Uno de sus principales temas es la dimensión política del ocio ¿Cómo cree que ha evolucionado este concepto en la actualidad?
R. Es una pregunta muy difícil y si le soy sincera todavía estoy en ello. En realidad, he estudiado la construcción del ocio moderno en las dictaduras totalitarias y cómo ha evolucionado a la luz de este capitalismo extremo en que vivimos. Hay imágenes que permanecen, como la famosa pareja feliz del Kraft durch Freude, que se traduce como “fuerza a través de la alegría”, el sindicato nazi que organizaba viajes terrestres y marítimos para el pueblo. Hay algo en su publicidad de promesa dorada que emana hoy de la idea del Caribe, la construcción de la idea de paraíso, que siempre me ha interesado.
“Del Romanticismo me interesa la construcción del paisaje que coincide con ese cambio de mirada hacia el mar”
»En el caso de la exposición en Juan Silió hablo del programa español del régimen franquista llamado “Educación y Descanso” que organizaba excursiones de bajo coste. Por ejemplo, la piscina, que se construyó en la República, fue bombardeada durante la Guerra Civil, la reformaron y siguió funcionando durante el franquismo unos años, hasta el 57. Bajo el auspicio del sindicato vertical del régimen se usó como incentivo para la clase trabajadora, aunque por otra parte su disfrute reactivaba los sindicatos obreros, algo muy peligroso.
P. ¿Es su trabajo heredero del paisaje romántico?
R. Del Romanticismo me interesa la construcción del paisaje que coincide con ese cambio de mirada hacia el mar, que deja de ser un lugar temido para ser un destino deseado desde la invención de la playa. La transformación del paisaje habla de la conquista del ser humano. Me interesa la evolución de los espacios y cómo cuentan nuestra historia.
P. Su proceso artístico se basa en largas investigaciones de años de trabajo. ¿Cómo los gestiona?
R. Parto de objetivos acotados, pero voy hacía donde me lleve el proyecto por lo que aprendo mucho. En este caso empecé muy centrada en la piscina, pero me fui encontrando con información valiosa que no podía desechar. Desde una representación muy moderna de mujeres de los años 30 o el río como barrera natural que funcionó como foso al frenar el avance de las tropas franquistas en la conquista de la capital en la Guerra Civil. Lo que me interesa es buscar otras formas de contar la historia, fuera de los grandes relatos y fuera del barro del río.
P. ¿Qué le inspira para trabajar?
R. Mis referentes son de todo tipo, desde artísticos y publicitarios hasta documentos históricos que encuentro en mercadillos o anticuarios. También la imagen más kitsch de la publicidad turística que utiliza eslóganes como “Siéntete libre” ¿Qué es la libertad si solo la pueden disfrutar las clases privilegiadas?
P. Está forjando su carrera en diferentes residencias artísticas como la Academia de Roma, FLORA Ars+Natura en Bogotá o Matadero Madrid. ¿Le libera esto de la presión del mercado?
R. Estar en otro contexto siempre es enriquecedor y te permite colaborar con otros artistas. Para mí lo más importante es tener unas buenas condiciones laborales para sacar mi proyecto adelante, poder pagarle bien a la gente con la que quiero colaborar, no generar precariedad y seguir trabajando de la forma en que creo.