Por alguna razón o solo porque las modas vuelven, en estos últimos años se ha producido una reevaluación del brutalismo, el estilo que produjo esos edificios angulosos, masivos y grises, paradigma de la arquitectura moderna desde Le Corbusier y que, a partir de la década de 1980, cayeron en desgracia. Su materia prima era el hormigón, que utiliza cemento –concreto, como se denomina en Latinoamérica–. El interesante objetivo de esta exposición es profundizar en él y en la arquitectura que genera.

Concretos

MUSAC. León. Comisarios: Pablo León de la Barra y Gilberto González. Hasta el 28 de mayo

Desde su creación a mediados del siglo XIX, se convirtió en la materia prima predilecta de quienes querían construir una sociedad nueva y hacerlo deprisa. Ya se tratara de los países socialistas, los tercermundistas e incluso la Gran Bretaña de los proyectos de vivienda social de la década de 1970.

Coproducida con TEA Tenerife Espacio de las Artes, donde ya ha sido expuesta, vemos ahora en el MUSAC de León un conjunto de obras de diferentes técnicas y medios de 24 artistas (siete de ellas producidas específicamente para este proyecto), de las que mencionaré las que me han resultado más significativas. A decir verdad, los amplios espacios y altos muros de cemento parecen hechos a propósito para una exposición de estas características que, si bien tiene tramos más delicados, es en general bastante recia.

Si algo prueba la muestra es hasta qué punto el concreto es poco concreto. Por el contrario, en cada objeto y cada vivienda se trenzan historia y psicología, sociología e historia. Lo prueba el estupendo vídeo de las hermanas Wilson (Monument, 2003), en el que se ve a un grupo de chavales trepando por una gran escultura de cemento de Victor Pasmore, como si estuvieran en un parque de atracciones.

Refleja la misma idea Duración Interna (2018), de Pablo Accinelli: sobre hileras de sacos de cemento se han colocado almohadas anatómicas, convirtiendo lo que fuera un peso abrumador en cómodas colchonetas. Otros ejemplos memorables de esas conexiones se encuentran en las fotografías de Guy Tillim del Hotel Beira (Avenue Patrice Lumumba, 2007-2008).

La muestra es hasta qué punto el concreto es poco concreto. En cada objeto se trenzan historia y psicología, sociología e historia

El que fuera uno de los hoteles más lujosos de África fue abandonado y lleva años ocupado por 3.500 personas, que tienden la colada en las antaño espléndidas terrazas. Pero la interacción más dolorosamente visible entre el material y los seres humanos es el sorprendente vídeo de Cyprien Gaillard (The Lake Arches, 2007) en el que unos alegres bañistas bromean antes de lanzarse al agua y cuando lo hacen… apenas hay treinta centímetros de fondo.

Sucede en ese “Versalles para los pobres”, como alguien llamó al conjunto habitacional diseñado en 1981 por Ricardo Bofill en las afueras de París. Y es que solo a los pobres se les ocurre darse un chapuzón en un estanque. Esta sección podría culminar con (Forma Livre, Brasilia, 2013) las entrevistas de Clara Ianni a Lucio Costa y Oscar Niemeyer, urbanista y arquitecto de la ciudad, sobre la matanza en 1959 de un centenar de huelguistas por la policía, asunto que los entrevistados ignoran olímpicamente.

Pérez y Requena: 'Arrife (las propias piedras)', 2022

Las dimensiones más estrictamente escultóricas del material se hacen visibles en obras como las logradas piezas de cemento, madera y color (Táctiles, 2022) de Federico Herrero, que trasmiten una rara serenidad. Es magnífica igualmente la celosía de Abraham Riverón (Hier is de zon, 2022), en realidad un elemento constructivo característico del “modernismo tropical”, la arquitectura turística canaria de los setenta.

Me resultó interesante Lo concreto de lo abstracto, 2023, una serie de maquetas en impresión 3D de las tipologías de edificios de cemento en Castilla y León –desde construcciones proto-industriales a bunkers y silos– realizado por el colectivo Montaje. Hablando de escalas, creo que es una lástima que la presencia de ese notable escultor salmantino que fue Ángel Mateos se vea reducida a una pieza de pequeñas dimensiones en un juego de espejos. Tampoco Sección mínima (2022), la escultura de Rafa Munárriz, aunque perfectamente coherente con la exposición, es de lo mejor de su producción.

[Quince años del MUSAC]

En un inesperado giro argumental, los comisarios presentan Construção, (1971) una celebérrima canción de Chico Buarque que describe lúcidamente la vida diaria en las metrópolis latinoamericanas de su época. El último golpe de efecto es una serie de declaraciones recogidas por Esther Gatón del actual Carlos III cuando era Príncipe de Gales, sobre los edificios de cemento y la arquitectura moderna en general. Insulted Awake (2022) recoge perlas como esta, refiriéndose a los nuevos edificios de Londres: “Son como un equipo de baloncesto que se interponga entre usted y la Mona Lisa”.

Todas las informaciones sobre las obras que he consignado son inaccesibles para un visitante ordinario. En una discutible pero verosímil decisión de los comisarios, las obras no tienen cartela, solo un número. Entonces, busquemos la hoja de sala. La que estaba disponible cuando yo hice la visita era un plano con los números y el nombre de los autores, con lo que no adelantábamos mucho. No es de extrañar que el público huya del arte contemporáneo y prefiera a Botero.