Dibujante

Lo primero fue el dibujo. Se conservan desde su niñez y los ejecuta de modo muy realista desde los 8 o 9 años. Muchos de ellos los realizaba en cuadernos: se conocen 175, creados entre 1894 y 1967. En 1901 Picasso cambia su función y pasa a usarlo como estudio para obras definitivas y durante toda su vida discurre íntimamente ligado a sus sucesivas metamorfosis estilísticas. En sus últimos años se relacionan directamente con sus series pictóricas, ampliándolas.

Ceramista

La llegada del artista a la cerámica fue casual, pero ya no la abandonará. Todo empezó en Vallauris, en 1944, con una visita a la casa-taller de Cerámica Madoura de Suzanne y Georges Ramié. Siempre curioso, empezó a producir piezas de alfarería. También usaba objetos existentes y les pintaba ojos, cabezas, animales… Una exposición en el Musée de la Céramique-Vallauris la reivindicará desde el 6 de mayo.

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Escenógrafo

A mediados de 1916 Picasso recibe la invitación de Jean Cocteau para colaborar en los ballets del empresario ruso Serge Diághilev. Así, diseñó el vestuario y la escenografía de diversos montajes: Parade, Le Tricorne (El sombrero de tres picos), Pulcinella, Cuadro flamenco, Mercure... También ayudó a Cocteau en los decorados de Antígona.

Escultor

La primera de sus esculturas conocidas data de 1902. En 1909 llegaron los bustos cubistas y, aunque la abandona una temporada, en 1916, la recupera en 1928, intensificando esta labor desde 1930. Con ella Picasso trató de materializar el cuerpo, como mostrará la exposición del Museo Picasso Málaga, y también, junto a su amigo Julio González, de esculpir el vacío, como registraba hasta hace poco la Fundación Mapfre de Madrid.

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Grabador

Trabajó el grabado a lo largo de toda su trayectoria, aunque con mayor intensidad a partir de los años treinta y nunca estableció diferencias respecto a su lenguaje pictórico. Empleó técnicas diversas desde el aguafuerte y la punta seca de sus comienzos al grabado sobre linóleo que practicó en Vallauris. Sus tres grandes series son Suite Vollard (septiembre, 1930-junio, 1936) –su obra cumbre–, Suite 347 (1968) y Suite 157 (1970-1971).

Escritor

De pequeño ya redactaba periódicos en forma de cartas que enviaba a sus padres. Siempre sensible a la escritura, en 1935 esta forma de expresión se impone y en los 40 escribe dos obras de teatro. Ansioso por experimentar, sus poemas están vinculados al surrealismo. Gallimard publicó sus Écrits en 1989 aunque hasta 2008 no se traducen al castellano.