¿Qué libro tiene entre manos?
La Tela y otros poemas de la maravillosa poeta italiana Mirella Muià, Rombo de Esther Kinsky y A Painter of Our Time de John Berger, ya que estamos preparando una exposición sobre Berger en La Virreina.
¿Qué le hace abandonar la lectura de un libro?
La excesiva ejemplaridad de un texto o la soberbia de un escritor que desea a toda costa ser admirado.
¿Con qué personaje cultural le gustaría tomar un café?
Con Valentino, el protagonista de la novela homónima de Natalia Ginzburg.
¿Recuerda el primer libro que leyó?
Sí, al menos el primero que leí por elección y no por obligación. Era Barrio de Maravillas, de Rosa Chacel.
¿Cómo le gusta leer, cuáles son sus hábitos de lectura?
Suelo leer en papel, normalmente de madrugada.
¿Qué persona o acontecimiento cultural le hizo cambiar su manera de ver el mundo?
El ciclo de las luchas obreras que se extendió por España entre principios y finales de los setenta, cuando la clase trabajadora comenzó a no ceder ante la represión policial ni ante la violencia de la patronal. Observar, con nueve o diez años, cómo golpeaban en las manifestaciones a mis profesores, a mis vecinos y a mis padres me giró la cabeza del revés, fue muchísimo más definitorio que cualquier experiencia cultural.
¿Quién manda hoy en el mundo del arte?
Hay numerosos “mundos del arte” en el “mundo del arte” y cada cual tiene sus fuerzas de dominación y sus potencias de disensión.
¿Y en los museos?
A día de hoy mandan los procesos gerenciales y los entramados administrativos.
¿Cuál sería su “museo ideal”?
El mismo término de “ideal” es contrario a la configuración histórica y a los usos sociales de un museo. Nada de lo que ocurre en los museos sucede dentro de
un más allá arquetípico, sino durante un aquí y un ahora connotados.
¿Y elige museo con o sin colección?
Sin colección.
¿De qué artista le gustaría tener obra en casa?
De Hannah Höch, porque su mundo es horrible, histriónico y a la vez fascinante, tan repulsivo y tan adictivo como la realidad que malogradamente nos rodea.
¿Cuál es la última exposición que ha visitado? Ejerza, por favor, de crítico y díganos qué le pareció.
Dibujos de prisioneros de Gilda Mantilla & Raimond Chaves, en la Galería ProjecteSD de Barcelona. Me pareció una muestra impecable, de una honestidad poco frecuente. Los artistas resumen sus intenciones con unas palabras que suscribiría al cien por cien: “Aquí no hay tema, investigación ni proyecto. Hay alienación, ira y pereza”.
¿Le importa la crítica, le sirve para algo?
Me importa la crítica cuando se embarca en un proyecto que no es el meramente prospectivo. Cuando tiene otras ambiciones, la crítica te devuelve el retrato de todo aquello que te construye –de manera consciente o inconsciente– como autor.
¿Qué música escucha en casa?
Rap, hip hop y jazz en dosis moderadas. Casey, Michel Petrucciani, Payo Malo, Las Krudas, Tia Fuller, Raynald Colom...
¿Qué película ha visto más veces?
Petit indi de Marc Recha y Wanda de Barbara Loden.
¿Se ha enganchado a alguna serie de televisión?
Sí, a The Knick.
¿Le gusta España? Denos sus razones.
Prefiero otros países con los que comparto un mismo orden de prioridades.
Proponga una medida para mejorar la situación cultural.
Que las clases medias sentimentales no sean el espejito mágico donde se mira la cultura. Y que se establezca un impuesto revolucionario para gravar la excesiva
cursilería.