Tamara Kreisler (Madrid, 1970), que pertenece a la tercera generación de galeristas de la familia Kreisler, es una galerista atípica. Así mismo se considera la madrileña que abrió en mayo de este año su primer espacio físico dedicado al arte, y que ahora acoge por primera vez en España la obra del fotógrafo Nick Brandt como parte de PhotoEspaña 2023.



Kreisler, que ha convivido con este mundo desde su infancia, posee en él una trayectoria tardía, ya que llegó al mundo del galerismo en 2015, después de haber estado trabajando en el sector de la publicidad en diferentes países y dirigiendo la Fundación Theodora. En 2021, cofundó la Fundación (H)ARTE, de la que todavía es directora. Ahí reside su singularidad, que en vez de perjudicarle, considera que le aporta “una visión más global y completa sobre el sector”. 

La galería Tamara Kreisler tiene su germen en la galería online que ella misma puso en marcha cuando vivía en Suecia hace ya ocho años: kreislerart.com. “En ese momento cuando hablabas de una galería online, todo el mundo te decía que era imposible, que nadie iba a querer comprar un cuadro si no lo ha visto en persona”. Sin embargo, llegó la pandemia y tras ella, el metaverso, que demostró que el arte no solo es cosa de esta dimensión. Aún así, Kreisler no cree que las galerías digitales vayan a acabar con las galerías físicas, sino que son “un canal más” y por ello, han mantenido esta plataforma como complementaria a la que poseen físicamente en Alonso Martínez.  

Tamara Kreisler, galerista /Foto: Galería Tamara Kreisler.

En este sentido, Tamara Kreisler asegura que busca aportar su granito de arena a esta amalgama madrileña, con una galería interdisciplinar que abarca tanto fotografía como pintura, street art o arte digital, que sea lo más accesible posible, trayendo artistas nacionales e internacionales que normalmente no exponen en la capital y alejándose de las tendencias: “Me manejo más por la intuición de buscar artistas que tengan un lenguaje propio, que sean originales y que tengan una calidad artística”. De ahí que haya apostado por el fotógrafo Nick Brandt para su segunda exposición. 

Este fotógrafo inglés aterrizó en África hace ya treinta años para ponerse detrás de las cámaras de dos de los videoclips del Rey del Pop, Stranger in Moscow y Earth Song. Sobre todo en este último se aprecia cómo el cambio climático y sus consecuencias eran ya en ese momento una obsesión de Brandt, que dura hasta hoy en día. La perseverancia del artista inglés en su trabajo fue una de las cosas que más le interesó a Tamara Kreisler para exhibir su obra. “El londinense empezó a hacer fotografías de animales a tamaño natural con una calidad técnica impresionante y una gran belleza. Pero lo más importante es que ha continuado haciendo un testimonio de cómo cada vez hay menos espacios naturales y menos animales”, comenta la galerista. 

Fatuma, Ali & Bupa, Kenya, 2020 / Foto: Nick Brandt, Galería Tamara Kreisler.

Todas las fotografías, realizadas en blanco y negro, aparecen envueltas en una niebla espesa símbolo de un mundo natural que ya no existe y que genera un entorno inhóspito y hosco. Ahí Brandt sitúa a jirafas, elefantes y monos para que dialoguen en ese mismo espacio, santuarios naturales donde se encontraban los animales rescatados, con hombres y mujeres zimbabuenses, keniatas y bolivianos cuyas vidas han quedado atravesadas por los incendios, las inundaciones o las sequías.

Helen and Sky, Zimbabwe, 2020 / Foto: Nick Brandt.

La obra de Brandt se asemeja por temática, no por forma, a la del premio PhotoEspaña 2023, Edward Burtynsky, quien denunciaba en sus African Studies el deterioro medioambiental, producido por la superpoblación y la transformación industrial del continente africano. Por lo que está claro que, la crisis climática no son solo es tema de la agenda política, sino también de la artística, que ha encontrado sus vías para denunciar y combatir una realidad innegable.