Veneradas y temidas, esta parece ser la eterna dicotomía a la que se enfrentan las mujeres desde hace más de 5.000 años. Así lo refleja la primera exposición de la temporada de CaixaForum, que ofrece un recorrido histórico en la construcción colectiva del poder femenino desde la perspectiva de múltiples religiones y sistemas de creencias en todo el mundo.
Veneradas y temidas. El poder femenino en el arte y las creencias, realizada en nueva colaboración con el British Museum, funciona como un diálogo entre el pasado y el presente, pero también entre la arqueología, la antropología y el arte. La muestra recoge 166 objetos (11 de ellos contemporáneos) ancestrales y espirituales de diferentes culturas y periodos de la historia, buscando puntos en común y contrastes.
De ahí que en la misma sala se den cita obras de arte históricas y contemporáneas, para conversar sobre temas tan actuales como la identidad de género, a través de las figuras expuestas. Aunque Belinda Crerar, comisaria de la exposición, asegura que esta conversación lleva en curso mucho tiempo.
“Al tomar como punto de partida a seres espirituales, fuerzas y deidades que se representan en el arte como mujeres o que se ven como una encarnación de lo femenino, se representan a su vez sin género o como bigénero. Es algo que llama mucho la atención, porque lo podemos ver como algo actual, pero en realidad ya se hablaba del género binario hace muchos años”, destacó.
La exposición, que se podrá ver hasta el 14 de enero en Madrid, está dividida en cinco secciones temáticas, que representan todas las aristas posibles del poder femenino: Creación y naturaleza, Pasión y deseo, Justicia y defensa, Magia y malicia y Compasión y salvación.
El primer ámbito presenta diferentes narrativas sobre el origen de la naturaleza, poniéndonos en contacto con las tradiciones espirituales que han asociado la tierra con lo femenino, como la fertilidad. La Madre Tierra se personaliza en la sala con una escultura de Deméter y Perséfone, diosas del cambio de estación, y también con la de Sedna, deidad de las profundidades marinas, relacionada con la mitología inuit. Sin embargo, el carácter impredecible de ambas, les aleja de la benevolencia usualmente asociada a los espíritus naturales, acercándoles más a una fuerza creativa y destructiva.
Al recorrer la segunda sala, Pasión y deseo, se puede ver las dos piezas de la institución británica más destacadas de la exposición: La Reina de la Noche, un relieve de terracota de hace 4.000 años que representa a Ishtar, diosa mesopotámica del cielo, y la estatua de Venus, tan representativa en el mundo occidental. Siempre asociada al deseo y al amor, la muestra se detiene en la importancia que también tuvo su figura para la sociedad en su conjunto, y en concreto para el poder masculino de la época, siendo una fuente de virilidad y ambición para los líderes varones.
En algunas tradiciones espirituales, la feminidad es fuente de autoridad moral y liderazgo, de ahí que en la sala Justicia y defensa se resalte la figura de divinidades como Kali, la terrible, quien, a pesar de su carácter feroz y vengativo, enturbia su juicio legítimo y defensor. Además, destaca una gran estatua de la diosa leona Sekhmet, relacionada con la guerra, la aniquilación y la enfermedad, pero también con la protección.
Ese espíritu amenazador se explora también en Magia y malicia, mostrando la demonización de las mujeres que no encajan en los moldes preestablecidos, con objetos como la llamativa máscara de Taraka, ogresa hindú devoradora de personas, pero también con piezas contemporáneas, como la instalación de vídeo Dragon Heads, en la que Marina Abramovic cubre su rostro con serpientes, simulando la figura de Medusa.
Resaltan los paralelismos entre ambas, por ser consideradas seres maternales y cuidadores, pero también sus diferencias. Mientras la deidad budista tiene connotaciones sexuales y es una representación clara de la fluidez de género, ya que puede manifestarse de forma ambigua, la virgen se caracteriza por su pureza y su feminidad maternal.
Tanto para Elisa Durán, directora general adjunta de Fundación La Caixa, como para Crerar, Veneradas y temidas es una exposición discursiva, que puede suscitar muchas preguntas, debido a la cantidad de planteamientos contemporáneos que aborda. De ahí, que la muestra termine apelando directamente al visitante, quien podrá poner a prueba sus propias creencias respecto al concepto de "lo femenino", una vez terminada la visita.
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