Todos hemos escuchado hablar alguna vez de Banksy, uno de los grafiteros más famosos del mundo y de la historia. Aunque no conozcamos la mayoría de sus obras, lo que sí ha trascendido en todo el mundo en torno a su figura es el desconocimiento y el misterio que rodea a este artista tan brillante como polémico.
Su identidad nunca ha trascendido de manera pública. Sin embargo, este misterio podría tener los días contados después de más de tres décadas de oscuridad, anonimato y huidas espectaculares de las autoridades y fuerzas de seguridad. Ahora, Banksy se enfrenta a un problema grave que podría dar al traste con su gran valor y atractivo.
Andrew Gallagher ha presentado una demanda por difamación ante el Alto Tribunal de Londres contra Robin Gunningham, la cual podría ser una de las posibles identidades del grafitero más famoso del mundo. Además, la demanda también pesa contra Banksy Pest Control Ltd, la empresa que está encargada de vender sus obras.
¿Se acerca el final del anonimato de Banksy?
La actual disputa entre Andrew Gallagher y el famoso Banksy arrancó en noviembre del año 2022. El artista de Bristol subió una publicación a Instagram en la que supuestamente incluía palabras difamatorias que se referían a él y a su empresa. Por ello, ahora reclama una compensación de cerca de 1,5 millones de euros en daños y una orden judicial para prevenir futuras difamaciones.
A pesar de que el caso avanza entre un gran secretismo, se han podido conocer algunos detalles que pueden ser claves a la hora de determinar cuál será el futuro del misterioso Banksy, quien nunca ha querido revelar su identidad. El abogado de Andrew Gallagher, Aaron Wood, ha afirmado en declaraciones al medio británico Daily Mail que los detalles del caso son confidenciales y que "seguirán siéndolo hasta que Banksy o Pest Control presenten su reconocimiento de servicio".
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Andrew Gallagher es un empresario de 56 años que se dedica al negocio iconoclasta y grafitero, pero que comenzó su carrera en los años 90 dentro de la industria musical organizando grandes encuentros y raves. Sin embargo, ahora está cerca de hacerse mundialmente conocido por ser la primera persona capaz de desenmascarar a la leyenda del arte callejero contemporáneo.
Lo cierto es que hasta el momento solo se ha conocido la postura del demandante, ya que tanto Banksy como Pest Control guardan silencio sobre lo ocurrido. Seguramente, tanto el artista como los miembros importantes de su empresa se encuentran estudiando todas las vías que pueden explorar para seguir conservando su anonimato y no romper el hermetismo que le ha convertido en un genio en paralelo a su talento.
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Los conflictos entre Gallagher y Banksy no son nuevos, si no que vienen de lejos. Ya en el año 2014, la empresa del conocido grafitero consiguió que el propio Gallagher no pudiera usar una de sus icónicas pinturas, The Flower Thrower, en una tarjeta de regalo.
No obstante, seis años después, la Oficina Europea para los Derechos de Propiedad Intelectual revocó esa decisión tras la apelación de Andrew al considerar que Banksy no podía reclamar unos derechos de los que siempre había renegado desde su anonimato. Ahora, este empresario vuelve a la carga con la intención de desmantelar a su gran enemigo.