Marta y Publio, los profesores-artistas que ponen a bailar a los alumnos encima de las mesas
Vuelven los artistas Marta de Gonzalo y Publio Pérez Prieto a la galería Formato Cómodo de Madrid planteando otras formas de educación artística.
3 marzo, 2024 02:00"Alguien en el pasado hizo muescas, dibujó o marcó sus dedos en el barro", así presentaban Marta de Gonzalo (Madrid, 1971) y Publio Pérez Prieto (Mérida, 1973) Ornamento (2020), el vídeo en el que recogían materiales, técnicas y estilos de distintos periodos, fruto de esos pequeños gestos que acaban conformando la Historia del arte.
Esas discretas pero certeras pinceladas son uno de los rasgos distintivos de un trabajo que se va adaptando a distintos soportes –aunque el vídeo sea el lenguaje más recurrente– para hablar de temas de trasfondo social como la situación del colectivo de la limpieza (Canción de la armonía y el mundo, 2004), una de sus primeras obras, que mostraron años después en el CAAC de Sevilla; o el teatrillo de marionetas Aquí huele a hueso español (2016) sobre el despertar de una niña a las desigualdades que dio pie a una pieza colaborativa en el Museo Herreriano de Valladolid.
Entre todas ellas, la relación entre arte y educación tiene un lugar protagonista. Saben bien de lo que hablan, pues llevan más de dos décadas trabajando como profesores de secundaria, dejando que los límites entre esa labor docente y la creación artística se contaminen. Hasta el punto de que, ahora, en Desplegar el después mientras mañana, en la galería Formato Cómodo, lo pedagógico se convierte en el tema central. Invitan a sus alumnos a desarrollar una serie de acciones siguiendo una partitura abierta.
Tienen algo de la pintura de historia de otros periodos, retratan un imaginario en el que muchos nos reconocemos
Bailan encima de las mesas, muestran pancartas en blanco, en señal de protestas abstractas, o sueñan, tumbados sobre los pupitres en posición fetal haciendo exactamente lo contrario de lo que se espera de nuestros cuerpos en las aulas.
La serie de grabados sobre tableros escolares que vemos en la exposición están tomados de las fotografías resultantes de estas performances. Realizados con tintas acrílicas y texturas, añaden además otros motivos como las nubes, una fórmula para transformar ese espacio tradicionalmente constreñido en otra cosa, en un lugar para soñar.
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Estas composiciones tienen algo de la pintura de historia de otros periodos, retratan un imaginario en el que muchos nos reconocemos. Conectan en sus preocupaciones con el artista uruguayo Luis Camnitzer y obras como Lección de historia del arte, diez proyecciones de luz blanca recortada sobre la pared. Y también con otros artistas profesores como Gloria Martín y Alegría y Piñero.
La exposición se cierra con un vídeo que es pura poesía. Seis planos secuencia de 50 minutos –la duración de una jornada en el instituto– de un pupitre en seis entornos naturales. Una playa, un bosque de helechos, un prado... en los que la luz va cambiando y se cuela el sonido ambiente. Toda una declaración. Para Marta de Gonzalo y Publio Pérez Prieto el arte, y la educación, pueden ocurrir en cualquier momento.