F. D. Quijano
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Francesc Torres ha sido galardonado con el Premio Velázquez de Artes Plásticas 2024, concedido por el Ministerio de Cultura y dotado con 100.000 euros. Se trata de la distinción más importante del arte en el ámbito hispanoamericano.

El jurado ha destacado "su trayectoria artística con un trabajo interdisciplinar y precursor del arte conceptual que abarca diversos medios como la escultura, la instalación, el videoarte y la fotografía". De hecho, Torres fue uno de los artistas que apostaron por la instalación multimedia en los años 70, cuando esta mezcla de formatos —en la que convivían el vídeo, el collage, la escultura y los objetos encontrados— aún no se exponía en los museos. "Parece mentira, pero esto hace 40 años no existía", afirmó el artista en una entrevista con El Cultural en 2019.

"La obra de Francesc Torres se caracteriza por su reflexión profunda sobre el contexto social y político", continúa el fallo del jurado. "A lo largo de su carrera, de proyección internacional, Torres ha abordado temas esenciales en nuestro tiempo como la guerra, la identidad, la memoria histórica y el impacto de los medios de comunicación en la percepción del mundo, explorando las intersecciones entre arte y política".

Vista de la exposición 'La cabeza del dragón', de Francesc Torres, en el Museo Reina Sofía, 1991. Foto: MNCARS

No obstante, Torres opina que "en el arte político hay una parte de mala conciencia, una especie de autoindulgencia de los placeres estéticos que se identifican tradicionalmente con un planteamiento burgués. Por muy importante que sea el contenido, el medio tiene que estar a la altura. El arte bueno, como la pornografía, se reconoce cuando lo ves. El mejor ejemplo es el Guernica de Picasso, famoso no sólo por lo que cuenta sino porque está muy bien hecho".

El arte se convirtió en un concepto líquido de difícil definición durante el siglo XX. Según Torres, "a partir de Duchamp se abre un terreno ilimitado. Todo puede ser arte si lo dice el artista. En un peldaño más abajo, podemos parafrasear a Arthur Danto: si está en el museo, es arte. Y luego hay otra definición que es la que mí me interesa más: tanto si es arte como si no lo es, la carga emocional, el contexto, consigue generar una experiencia parecida a la de la obra de arte. Me interesa mucho el arte silvestre, el arte que no sabe que lo es", declaró en la mencionada entrevista.

Una de sus obras recientes más impactantes fue su instalación de dos aviones de combate soviéticos que participaron en la guerra civil española —los aviones y los coches son dos elementos recurrentes en su trabajo— en una gran sala del Museo Nacional de Arte de Cataluña, en 2021. La instalación se complementaba con documentos históricos y simbólicos relacionados con el campo de aviación de La Sénia, construido por el gobierno de la República al inicio de la contienda y poco después conquistado por los nacionales para servir de centro de operaciones de la Legión Cóndor nazi. Uno de los aviones, el bombardero Túpolev SB-2, conocido popularmente como "Katiuska", de unos doce metros de longitud y otros veinte de anchura, estaba suspendido literalmente en el aire como una cruz invertida.

Instalación de Francesc Torres en el Museo Nacional de Arte de Cataluña

El jurado también ha destacado "el compromiso con la enseñanza", ya que ha sido profesor en diversas instituciones académicas y ha "contribuido al desarrollo de nuevas generaciones de artistas".

Además, el jurado ha manifestado que su obra “forma parte de importantes colecciones en instituciones museísticas internacionales. Su excepcional práctica artística sigue influyendo tanto a artistas contemporáneos como a estudiosos del arte, y su obra continúa interpelando al público a reflexionar sobre la memoria y la historia”.

Francesc Torres (Barcelona, 1948) trabajó de aprendiz en el taller de impresión de su padre y se formó como artista gráfico. Continuó sus estudios en la École des Beaux Arts de París en 1967 y se convirtió en asistente del artista Piotr Kowalski. Durante este período, empezó su obra de línea industrial, que seguiría las estrategias formales y materiales del minimalismo.

A partir de mayo del 68 redirigió sus actividades y trabajó en carteles para el movimiento de obreros y estudiantes. En 1970 regresa a Barcelona para hacer el servicio militar obligatorio, una experiencia que afrontó como fuente de información de primera mano sobre el comportamiento militar y que sería de utilidad para su obra posterior. Poco tiempo después se trasladó a Chicago, y más tarde a Nueva York, donde residió hasta 2001.

En los años 70 y 80 expone en Estados Unidos en instituciones como Illinois Center (Chicago), Whitney Museum of American Art (Nueva York) o Los Angeles Institute of Contemporary Art.

En 1991 el Museo Reina Sofía de Madrid le dedica la exposición retrospectiva La cabeza del dragón y expone en diversas instituciones españolas y galerías como el Institut Valencià d’Art Modern (IVAM) o la Fundació Antoni Tàpies (Barcelona).

A partir de 2001 se traslada a Barcelona y, desde entonces, su obra se ha podido ver en exposiciones en el Espai d’Art Contemporani de Castelló (EACC), Museu d’Art Contemporani de Barcelona (MACBA); Artium Centro-Museo Vasco de Arte Contemporáneo o Museo Guggenheim Bilbao. A lo largo de su carrera, Francesc Torres ha recibido varios premios y reconocimientos que avalan su contribución al mundo del arte contemporáneo.

El jurado, presidido por Isaac Sastre de Diego, director general de Patrimonio Cultural y Bellas Artes del Ministerio de Cultura, ha estado formado por María Luisa González González (Marisa González), ganadora del premio Velázquez de las Artes Plásticas correspondiente al año 2023; María Concepción Gay González, artista y vicepresidenta de la Unión de Artistas Contemporáneos de España, a propuesta de la Unión de Artistas Contemporáneos de España (Unión AC); Rosa María Pilar Brun Jaén, artista, catedrática de Pintura de la Universidad de Granada y académica de la Real de Bellas Artes de San Fernando, a propuesta de la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando; Martí Manen Farrero, director de Index-The Swedish Contemporary Art Foundation, a propuesta de la Asociación de Directoras y Directores de Arte Contemporáneo (ADACE); José Luis Pérez Pont, director artístico de la candidatura de Las Palmas de Gran Canaria a Capital Europea de la Cultura 2031, a propuesta del Instituto de Arte Contemporáneo (IAC); María Isabel Tejeda Martín, catedrática de Bellas Artes de la Universidad de Murcia, a propuesta de Mujeres en las Artes Visuales (MAV); Cristina Manuela de Middel Puch, artista y presidenta de la Agencia Magnum Photos y Amanda de la Garza Mata, subdirectora artística del Museo Nacional Centro de Arte Reina Sofía, designadas por el Ministerio de Cultura.