Nacida en Damasco (Siria) y criada en El Líbano, Simone Fattal (1942) empezó su carrera como artista en Beirut, a finales de la década de los 70. Pero en 1980, al comienzo de la guerra civil libanesa, abandonaría el país junto a su pareja, la pintora y poeta Etel Adnan, para instalarse en Sausalito, California. Allí fundó The Post-Apollo Press, una editorial dedicada a obras literarias innovadoras y experimentales y pasó años sumergida en el trabajo literario.
Fue en 1988 cuando, tras asistir a clases en el College of Marin y en el San Francisco Art Institute, retoma la práctica artística para dedicarse, por fin, a la escultura y a la cerámica.
A principios del nuevo milenio, Fattal y Adnan se trasladaron a Francia, donde Fattal trabajó durante varios años con el ceramista Hans Spinner en Grasse. No fue hasta 2019 cuando se celebró su primera gran retrospectiva en un museo: el MoMA PS1 de Nueva York inauguraba Works and Days, con unas 200 obras que abarcaban más de cinco décadas de producción artística.
Ahora, el IVAM reúne 85 obras de los últimos 25 años en Suspensión de la incredulidad, su primera exposición en España. Una gran muestra que, comisariada por Nuria Enguita y Rafael Barber Cortell, viene además a celebrar el Premio Julio González 2024 otorgado a la artista. Un galardón que desde 2016 ha distinguido a creadores como Georg Baselitz, Anish Kapoor, Annette Messager o Mona Hatoum, y que hoy reconoce la contribución al arte de Simone Fattal.
En el museo valenciano se pueden ver sus esculturas de bronce, arcilla o gres, y cómo estas evocan la literatura, los cuentos sumerios, la épica árabe y la poesía sufí. Ángeles, centauros, héroes y dioses se mezclan con ruinas arquitectónicas y figuras de frutas y animales, aludiendo a la pérdida de lugares históricos como Palmira o Alepo. Obras atemporales y arcaicas, a la vez, modernas, que reflexionan sobre la humanidad y su lugar en el mundo.
El profundo conocimiento de Fattal sobre historia, mitología y literatura es evidente en su trabajo que, a menudo, se inspira en textos antiguos como La Epopeya de Gilgamesh o La Odisea, así como en narrativas religiosas, mezclando estas referencias con temas contemporáneos en sus esculturas y collages, y creando un diálogo entre pasado y presente.
Hasta el 1 de junio de 2025, tenemos en el IVAM la oportunidad de conocer a una artista única, con una obra que trasciende las distinciones entre pasado, presente y futuro y que explora los límites de la figuración inspirándose en símbolos históricos del Mediterráneo.