Geometría y color en Arganda
Picado-De Blas firman una guardería y un centro de discapacitados
18 octubre, 2007 02:00Centro Integrado de Atención a discapacitados en Arganda / Foto: Ignacio Bisbal
P icado-De Blas es un estudio de gran producción de ideas que han ido depurando en la búsqueda definitiva de aquellos temas que realmente definirán su línea de trabajo, su identidad última como arquitectos. Dentro de su calendario profesional el estudio vive un período de cierta calma entre la construcción del Auditorio del Escorial y el inminente edificio del Decanato para el Campus de la Justicia de la Comunidad de Madrid, concurso que recientemente ganaron y que les sitúa entre los arquitectos elegidos a participar en la construcción de la ciudad cuya traza diseñaron José Manuel López Peláez y Javier Frechilla. Por ello, la guardería municipal supone un brillante ejercicio para estudiar a otra escala la muy específica cualidad del espacio a partir de geometrías radiales, imposición geométrica del campus de la justicia. E igualmente en esta guardería Picado-De Blas juegan con la escala con enorme soltura y habilidad.Aquí proponen una calle interior flanqueada por cilindros que arropan a los niños con cuidado, estimulando su percepción y protegiéndolos de aristas y otros accidentes arquitectónicos. El edificio está lleno de ingenio en el diseño de las salas de baño, juegos y otros mecanismos que facilitan la específica ergonomía de los niños y el control de sus educadores. La amabilidad del espacio denota una gran sensibilidad por el mundo infantil que como usuario del edificio ha condicionado el diseño de los arquitectos.
No muy lejos de la guardería, y con unas condiciones de contexto urbano muy parecidas, se encuentra el Centro Integrado de Atención a Discapacitados. Arganda es un municipio madrileño que ha crecido en los últimos años de manera vertiginosa, y ha liberado entre sus viviendas pequeños solares de uso público. En este equipamiento las poderosas razones funcionales hacen que los arquitectos propongan un eficaz programa horizontal resuelto en una sola planta. Todo el espacio trascurre entre el suelo y un único techo construido por una losa de hormigón, perforada múltiples veces por un solo módulo de patio de dimensión constante que compone así una gran diversidad de espacios que se adecúan a un largo programa. Las circulaciones son de gran precisión y evidencia, facilitando el uso a las personas, principalmente niños, que tienen minusvalías tanto físicas como psíquicas. Es un sistema muy eficiente y lógico el que ordena todas las estancias y patios insertados, donde el color es especialmente relevante y el orden impuesto se evidencia en la construcción: paneles de policarbonato evitan golpes y crean un entorno íntimo y luminoso, paneles de madera coloreada identifican áreas del programa y, cortando perpendicularmente el corredor principal, calles-pasillo conducen al jardín que flanquea todo el edificio. El sistema compositivo semeja la disposición de lo que sería una ciudad bien ordenada: dicen los arquitectos que el proyecto es el reflejo de una ciudad. Geometría, escala y color, definitivamente identifica el gran trabajo que están desarrollando Rubén Picado y María José de Blas.