Image: Entre el artificio y la naturaleza

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Arquitectura

Entre el artificio y la naturaleza

Francisco Mangado presenta el Pabellón Español de Zaragoza 2008

1 noviembre, 2007 01:00

Vista del Pabellón Español en la Expo Zaragoza 2008.

La próxima Exposición Internacional que se celebrará en Zaragoza tiene como lema Agua y desarrollo sostenible. La ecología como argumento y el agua como tema han conducido gran parte de las iniciativas arquitectónicas y de planeamiento urbano para la organización del evento. Primero, la elección del lugar, situado en el cauce del Ebro, cuyas aguas, tan reclamadas por todos y defendidas por los aragoneses, suponen el más oportuno emplazamiento para exponer un problema y algunas ideas para su resolución. Y la arquitectura participa activamente en este motivo con aportaciones relevantes del encuentro de la estética contemporánea con el igualmente contemporáneo espíritu conciliador de las acciones humanas con el medioambiente. Zaragoza está por lo tanto a la vanguardia de esta nueva ilusión por el respeto ante el mundo natural, y toma el agua como la expresión esencial de la vida.

La arquitectura del Pabellón de España, obra de Francisco Mangado, representa con sus espacios y su construcción todo este ideario que debe irse incorporando a la metodología de la producción industrial en general. Al ser el contexto una exposición, parte de una metáfora: reproducir el espacio de un bosque, y experimentar con las grandes posibilidades que la lógica energética aporta a la arquitectura. El compromiso de Mangado es doble, desde un punto de vista espacial y tecnológico. Su colaboración con el Centro de Energías Renovables (CENER) en el desarrollo del proyecto ha supuesto el desarrollo de tecnologías de diseño bioclimático que potencien el ahorro energético. Colectores energéticos y técnicas de reutilización del agua son instalaciones que el Pabellón propone y que en un futuro serán de aplicación obligatoria. Pero la aportación más poderosa que la arquitectura puede ofrecer, como demuestra Mangado en su propuesta, son las soluciones espaciales que de modo natural respondan a dichos planteamientos medioambientales. La búsqueda de la sombra, la ventilación natural, la protección a la radiación, el control solar, la recreación de espacios arquitectónicos que envuelvan al hombre de un confort no sintético, no forzado por costosísimas energías e insalubres ambientes contaminados de campos electromagnéticos y aire viciado. Mangado propone una representación de la arquitectura de un bosque. Un espacio natural que construye con esbeltos pilares metálicos que se apoyarán en una lamina de agua reciclada y que soportará una gran cubierta de madera que dará cobijo a todo el conjunto. La transparencia sugerente entre estos troncos que se revestirán de anillos cerámicos para contribuir a la humedad general del ambiente, conduce a los claros de este bosque arquitectónico, donde láminas de vidrio envuelven los espacios expositivos. La luz velada entre los pilares y reflejada en el suelo de agua construye "espacios cambiantes, llenos de sugerencias y matices, donde conceptos como la verticalidad y la profundidad juegan un papel fundamental".

El Pabellón de España construye por lo tanto una metáfora, y Francisco Mangado concreta con su respuesta arquitectónica un manifiesto que propone incorporar la tecnología en la reproducción artificial de un hecho natural como modo de creación de un simbólico y sugerente espacio público.

Francisco Mangado (Estella, Navarra, 1957) es desde 1982 profesor de Proyectos en la Escuela de la Universidad de Navarra. En 2004 gana el Premio FAD por el Auditorio de Pamplona. Entre sus obras más representativas y trabajos en ejecución destacan: Plaza Carlos III y Bodegas Marco Real, Olite, Navarra; piscinas cubiertas en La Coruña; Palacio de Congresos y Auditorio de Navarra; Plaza de Felipe II en Madrid; Museo Arqueológico, Vitoria; estadio de fútbol en Palencia o Museo de Bellas Artes en Asturias.