Image: Un mundo de plástico

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Arquitectura

Un mundo de plástico

Enirque Ruiz-Geli firma el Media-Tic de Barcelona

26 marzo, 2010 01:00

Exterior del Media-Tic

Cubierto con una extraña piel de plástico. Así aparece, en el moderno distrito 22@Barcelona, el provocador edificio que acaba de inaugurar el estudio de Enrique Ruiz-Geli, el Media-Tic. En él se dan cita los argumentos ecológicos que rigen hoy la nueva arquitectura sostenible, pero, ¿qué pasará dentro de unos años con estas construcciones de plástico? De momento, la moda se ha impuesto y aquí está la prueba.

Hubo un tiempo en que con materiales como la piedra, la madera o el ladrillo, se construyeron sueños, edificios y ciudades. Después llegó el hormigón -sí, ya sé que los romanos lo utilizaban-, el hierro y, gracias al acero, fue posible la gran revolución plasmada en los iconos conocidos y reconocidos por todos que expresaban la modernidad de cada tiempo, desde la Tour Eiffiel hasta el Seagram Building. Y llegó el vidrio -sí, también apareció en Roma-, un material noble que con sus cualidades de transparencia, traslucidez y opacidad, nos sigue emocionando en la parisina Maison de Verre o en la excepcional Farnsworth House, una de las más bellas casas del mundo.

La arquitectura es reflejo de una época, y la durabilidad y resistencia de los materiales, junto a la buena construcción, hacen que podamos disfrutar de tantos edificios separados por tantos siglos y culturas. Hoy todo debe ser móvil, flexible y ecológico, las estructuras establecidas se ponen en duda y velocidad es ya una palabra demasiado lenta que no nos vale para llegar, quién sabe a qué sitio. Hoy viajamos más y accedemos al mundo por medio de Internet. Hoy parece que vivimos en un mundo de plástico en el que las operaciones de cirugía plástica invaden las noticias, el dinero es de plástico, y muchos edificios, también.

Dentro de una bolsa de plástico
El edificio Media-Tic se encuentra en el distrito 22@Barcelona. Como ven, hay arroba hasta en los nuevos barrios, un área de innovación, investigación y de transferencia de tecnología en la antigua zona industrial de Poblenou.

Se puede explicar de manera muy sencilla de dos maneras. La primera como una gran estructura metálica que libera las plantas de pilares interiores y allí donde los hubiere, se reducen a su mínima dimensión, como si cada piso fuera una mesa con sus patas en el borde que deja libre todo el espacio bajo y sobre el tablero: el sueño del arquitecto, vencer la gravedad liberándose de la estructura. La segunda explicación es más breve: imaginen el rostro de Ava Gardner dentro de una bolsa de plástico que oculta toda su belleza.

El argumento ecológico-natural-sostenible construye la fachada y el plástico llamado ETFE, Etileno-TetraFluoroEtileno, la hace posible al ser un material con una elevada resistencia a los rayos ultravioleta, que lo convierte en una alternativa posible al vidrio. Los arquitectos definen el edificio en su web como "la Pedrera digital", elogian las cualidades de este material que no pesa y deja pasar la luz y, sin vergüenza, se atreven a terminar su discurso relacionándolo por medio de una imagen con el Crown Hall de Mies van der Rohe. Hoy también vivimos en un mundo de provocación.

Representativo de nuestro tiempo
Cuesta entender cómo una estructura tan precisa y clara, en concepto y en construcción, que permite espacios fantásticos libres de pilares, en los que casi todo es posible, termina envuelta en un plástico que la hace casi irreconocible. Cuesta entender que algunas arquitecturas quieran convertirse en una seudo-naturaleza, aquello de lo que se quería distinguir. Vivimos hoy en un mundo de modas, de éxito fácil, de circunstancias y contradicciones, donde se envuelve y empaqueta con plásticos y telas todo, edificios incluidos. Con esta perspectiva, el Media-Tic es representativo de nuestro tiempo.

Me pregunto, ahora qué me cobran por cada bolsa de plástico, porque contamina, que pasará en unos años con todos estos edificios de plástico, hoy tan aplaudidos, y a quién le vamos a pedir la factura.